Una historia de éxitos y fracasos
Jjoo-la actuación española
Las cinco preseas de oro permiten mejorar en el medallero el puesto de Atenas · El atletismo, la natación y el judo, puntos negros del equipo español
Gracias a sus cinco oros, España superó en Pekín la posición en el medallero de los Juegos de Atenas 2004, pero obtuvo menos preseas que hace cuatro años y se quedó lejos del ambicioso objetivo de alcanzar las cotas de Barcelona 92.
La derrota ante Estados Unidos en la final del baloncesto y el triunfo ante Croacia en la lucha por el bronce del balonmano fijaron la cifra de medallas de España en 18 –cinco de oro, diez de plata y tres de bronce– lo que la sitúa en el decimocuarto puesto en la tabla.
En Atenas, España acumuló 19 preseas, pero la menor calidad de los metales le dejó en la vigésima posición del medallero. A Pekín, la delegación llegaba montada en una ola de optimismo después de un mes de éxitos memorables.
En junio, el equipo nacional de fútbol ganó la Eurocopa terminando con una sequía de décadas en el deporte con más adeptos en el país, y apenas una semana después, Rafael Nadal se imponía en Wimbledon ante el número uno del mundo, el suizo Roger Federer. Más tarde, Carlos Sastre venció en el Tour de Francia de ciclismo.
Los triunfos llegaban justo antes de los Juegos, el punto culminante de cuatro años de ensueño para el deporte español. “Los mejores de la historia”, aseguró el presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco.
Pekín debía ser el lugar para ponerles un broche de oro. “Ganaremos entre 21 y 23 medallas”, auguró el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, que anhelaba superar las 22 logradas en las dos mágicas semanas de Barcelona 92.
España consiguió 13 oros en “sus” Juegos y terminó en el sexto puesto del medallero, algo nunca repetido desde entonces.
En Pekín, el polémico ciclismo español fue la mayor fuente de éxitos, mientras que el atletismo y la natación defraudaron las expectativas que habían despertado antes del comienzo.
Samuel Sánchez ganó la prueba de fondo en carretera y Joan Llaneras se convirtió en el mejor deportista español en la historia de los Juegos al ganar un oro en puntuación y una plata en la Madison en el velódromo de Laoshan, justo en su última competición internacional.
Paradójicamente, el ciclismo proporciona tanto triunfos como quebraderos de cabeza a España, que tuvo el dudoso honor de ser el primer país con un dopaje positivo en los Juegos, el de la ciclista en ruta Maribel Moreno. No hubo ninguno más en la delegación.
La vela tampoco faltó a la cita con lo más alto del podio gracias a Fernando Echávarri y Antón Paz en clase Tornado, mientras que Nadal volvió a responder cuando debía y se llevó el triunfo en el tenis. A quienes nadie esperaba fue a Saúl Craviotto y Carlos Pérez, que lograron un sorprendente oro en piragüismo (K2 500 m.).
Su colega David Cal, el abanderado en la ceremonia de inauguración, no pudo lograr los dos oros a los que aspiraba y tuvo que conformarse con la plata, al igual que los chicos del baloncesto, que pese al lío en que se metieron haciéndose una foto promocional “achinándose” los ojos, acabaron plantando cara en una gran final al Dream Team estadounidense.
El gimnasta Gervasio Deferr no pudo encadenar su tercer oro consecutivo en otros tantos Juegos y tuvo que conformarse con la plata en suelo, como el equipo masculino de hockey sobre hierba, el dúo de 49er, la natación sincronizada y las tenistas Ana Isabel Medina Garrigues y Virginia Ruano Pascual en el dobles.
Más que satisfechos terminaron José Luis Abajo con su bronce en espada y Leire Olaberria con la tercera plaza en la prueba de puntuación de ciclismo en pista.
Eso fue por el lado de los éxitos. Pero también hubo fracasos. El presidente de la Federación Española de Atletismo, José María Odriozola, había pronosticado cuatro medallas en el deporte rey de los Juegos, pero el equipo español se fue de vacío.
Lo mismo sucedió en la natación, que no pudo trasladar al Cubo de Agua sus éxitos en el Campeonato de Europa. El judo y el taekwondo, tradicionales fuentes de medallas, tampoco dejaron ninguna cosecha para los españoles, mientras que el waterpolo sigue sin recuperar su sitio en los Juegos y cayó en cuartos de final.
A partir de hoy, empieza ya el trabajo para Londres 2012, donde España, consolidada ya en una cifra un poco inferior a las 20 medallas, tendrá una nueva oportunidad de superar su cima histórica de Barcelona.
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