El inmovilizado de San Pablo, bajo la lupa del Ayuntamiento

El Consistorio exigirá facturas de todo lo que se lleve Pedro Fernández, que pidió mantener allí los elementos hasta el día 15 de septiembre

El Caja 87, que ha adquirido las canastas, no puede usar el gimnasio del pabellón ni el vestuario principal

Los jugadores del Caja 87, en el gimnasio para hacer una sesión de trabajo física.
Los jugadores del Caja 87, en el gimnasio para hacer una sesión de trabajo física. / M.G.

El Proyecto 360, ese punto de unión entre los clubes profesionales de baloncesto de la ciudad, el Ayuntamiento y la Fundación Cajasol, fue presentado la semana pasada, pero todavía nadie es capaz de decir públicamente en qué consiste y en qué acciones concretas se verá reflejado. Y mientras una medida así se anuncia a bombo y platillo ha sido el Caja 87 el que, de momento, se ha encargado de reponer las canastas de San Pablo al retirar las anteriores el Baloncesto Sevilla, todavía en el registro Betis Baloncesto bajo la presidencia de Ramón Alarcón y que Pedro Fernández, propietario de una entidad en el limbo a la espera de su liquidación, quitó de la pista principal del Palacio de los Deportes.

El Consistorio, a través del IMD, anunció que se encargaría de reponer todo lo que Fernández retirara haciendo uso de su derecho como dueño del famoso inmovilizado del pabellón (canastas, marcadores, videomarcador, lonas...), pero lo cierto es que ante la urgencia y necesidad de seguir con los entrenamientos y no poder esperar los lentos cauces administrativos fue el Caja 87 quien se encargó de pagar para que haya canastas en San Pablo.

El conjunto hispalense debuta oficialmente en la temporada este domingo (12:00) con la primera jornada de la Copa de España, visitando al Morón y una semana más tarde repite a domicilio en Córdoba. No será hasta el 28 de septiembre (12:30) cuando se estrene como local ante el Jaén Baloncesto, último duelo antes de iniciar su segunda temporada en Segunda FEB el 5 de octubre ante el Círculo Gijón.

Es por ello que los dirigentes hispalenses no podían esperar a que desde el Ayuntamiento se aceleraran los trámites para adquirir nuevas canastas, ante la incógnita de saber cómo respondería Pedro Fernández, que ya durante la temporada pasada amenazó con llevarse el inmovilizado y trata de venderlo para sacar algo de dinero tras cerrar un club con casi 40 años de historia en la ciudad sin que las administradores, anteriores propietarios o la propia Fundación Cajasol, que anunció que apoyaría económicamente a la entidad para estar en la ACB hayan movido un dedo.

Tanto es así que ni el Baloncesto Sevilla Femenino ni el Caja 87 usan las máquinas de gimnasio (ni el vestuario) que en su día adquirió el Cajasol o después el Betis Baloncesto y que están en San Pablo para que los equipos hicieran sus sesiones de trabajo físico. Están ahí, pero no se usan, y la plantilla de Eloy Ramírez se desplaza, por ejemplo, a un gimnasio privado para ejercitarse en el plano físico. Esta semana debe resolverse, o al menos ver algo de luz, ese asunto, ya que fuentes del consistorio indican que se espera que en estos días quede el asunto resuelto, pues el 15 de septiembre (el próximo lunes) cumple el plazo dado al dueño del Grupo Hereda (inicialmente era hasta finales de agosto) para retirar los elementos que considere suyos, siempre que presente la correspondiente factura y con el correspondiente seguro de prevención de riesgos laborales para realizar los trabajos de retirada.

Entonces será un nuevo capítulo del esperpéntico final que entre todos los agentes responsables se está perpetrando de un club histórico, mientras el baloncesto en Sevilla sigue vivo de la mano de dos equipos, uno femenino y otro masculino, a la espera de que el famoso Proyecto 360 tome forma. Entre tanto, es el Caja 87 el que ha pagado las canastas para que se siga encestando en el Palacio de los Deportes de San Pablo.

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