Almería-sevilla · el otro partido

Cuando hay lógica entre extravagancias

  • El Sevilla asalta el cuarto puesto, aunque su juego y algunas decisiones tácticas excitan a los más exigentes. Coke refrenda una elección extraña.

Entre discusiones por el estilo de juego y por las decisiones tácticas de su entrenador, el Sevilla suma y sigue y muestra sus dientes en la cerrada lucha por la Champions. No puede ser casualidad que cuando la Liga emboca su ecuador el equipo de Unai Emery, con un partido menos (que aunque sea en el Bernabéu implica que los otros han tenido una oportunidad más para sumar) sea el cuarto clasificado. Tras el trío de los grandes, el Sevilla de Emery: 36 puntos en 17 partidos, a razón de 2,117 puntos por encuentro. De seguir así, el Sevilla terminaría con 80 puntos, una auténtica barbaridad. Y eso sin convencer con su juego...

Emery volvió a sorprender este domingo a los suyos. Con dos laterales derechos en el banquillo, Aleix Vidal en un puesto que no es el suyo. Con Pareja tocado hasta el punto de tener que dejar el campo en el descanso, Carriço a la medular junto a Iborra. Con gente para llevar la manija del equipo como Banega o Denis Suárez, Coke como primer cambio y como medio centro... A veces, la suma de extravagancias tiene su lógica. Ayer, por ejemplo, la tuvo para Emery, que salió una vez más ganador pese a que el juego de su equipo y sus decisiones tácticas excitaran a los más exigentes de entre los seguidores sevillistas.

Emery trabaja muchísimo los partidos. Estudia a los rivales, revisa los vídeos de su equipo para mirar los errores y los aciertos individuales y colectivos, pide consejos a sus futbolistas para conocer mejor a los contrincantes... Hay quien dice que para lo mucho que estudia saca muy poco rendimiento al Sevilla. Pero mirando la clasificación parece que sí le saca rendimiento. Decisiones como poner de titular a Pareja, aun a riesgo de que se rompa, medio partido y sacar luego de medio centro a Coke sólo pueden refrendarse con triunfos. Coke no sólo ayudó a cerrar el choque en la segunda mitad, sino que mató al rival con su incorporación para hacer el 0-2 y para contabilizar 36 puntos, 2,117 por partido.

Las matemáticas, a veces, están reñidas con el fútbol, un espectáculo que estaba concebido para el disfrute del espectador y que cada vez más está encaminado a ser un factor más de la economía de un país. Y ante esta realidad, cabe la siguiente pregunta: ¿qué quiere el sevillista, ver jugar muy bien a su equipo en la Liga Europa o verlo jugar la Champions? Emery, sin decirlo en voz alta, se apunta a lo segundo y elige para ello el camino que cree más práctico, aunque Reyes y Bacca tengan que pasar de ser actores principales a actores secundarios. Ambos, desde el segundo plano, hicieron ayer ganador al Sevilla, tanto o más que Iborra y Coke. Y eso no es una extravagancia, eso es la virtud que tiene Emery para sacarles rendimiento a sus futbolistas. Es la lógica de la extravagancia, que también existe.

El 'goal average' y otra ocasión perdida de golear

Como en Granada, el Sevilla, una vez que se puso por delante en el marcador, podría haber goleado a un rival inferior a la contra. Apenas tuvo una ocasión muy clara, en aquel contraataque que no supieron hilvanar Gameiro y Deulofeu en el minuto 86. En la cita copera, el no concretar más contragolpes para lograr una mayor ventaja se tradujo en que el miércoles habrá un partido de competición en lugar de un entrenamiento. En Almería, el Sevilla desperdició la ocasión de mejorar su goal average (+11). Valencia (+17) y Villarreal (+ 13) lo superan en este campo y ante la igualdad que hay en la Liga puede ser clave.

 

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