Una losa en las segundas partes

El Betis de Velázquez se ha dejado ya 12 puntos tras el descanso. La debilidad mental y física más la nula reacción del banquillo con los cambios lastran al equipo.

Julio Velázquez, pensativo, ayer en el entrenamiento.
Julio Velázquez, pensativo, ayer en el entrenamiento.
Samuel Silva / Sevilla

18 de noviembre 2014 - 05:02

El Betis de Julio Velázquez continúa sin mostrarse como un conjunto equilibrado, por más que en los últimos partidos sí exhiba sus cualidades ofensivas. A la falta del control del juego le ha añadido otro problema en las segundas partes, algo que ya se evidenció desde el principio, pero que ha adquirido connotaciones más desfavorables en las dos últimas salidas ante Osasuna y Zaragoza. Desplomes físicos, falta de confianza tras encajarse algún gol o la mala praxis desde el banquillo son algunas de las causas que han provocado que el cuadro verdiblanco no acabe de dar ese golpe en la mesa que se le demanda al mayor presupuesto de la categoría.

Hasta 12 puntos ha perdido el equipo bético tras las reanudaciones de sus partidos, una cifra demasiado elevada cuando se llevan disputadas únicamente 13 jornadas del campeonato, al mismo tiempo que la plantilla verdiblanca es de las más numerosas de la categoría. Todo empezó ante la Ponferradina, cuando los de Velázquez se marcharon con un gol de ventaja al descanso para acabar encajando una goleada en la segunda parte (4-1), aunque ya en Sabadell, en la primera jornada del campeonato, los verdiblancos recibieron dos goles en los últimos minutos que complicaron un partido que parecía controlado con el 0-3 inicial.

Posteriormente, ante Albacete y Leganés, el Betis llegó al descanso con una igualada sin goles y en ambos partidos, el primero en el Benito Villamarín y el segundo en Butarque, acabó cediendo por la mínima, después de apenas generar ocasiones.

Más llamativa, y también dolorosa, fue la remontada sufrida en El Sadar. El Betis realizó los mejores 45 minutos de la temporada para marcharse 0-2 al descanso e incluso la renta debió ser mayor atendiendo a las numerosas ocasiones erradas. La debacle se gestó nada más encajar un gol al inicio del segundo tiempo y el varapalo continuaría hasta recibir el 3-2 en los instantes finales. Lo sucedido el domingo en Zaragoza se asemejó en parte a aquella cita en Pamplona, aunque el juego verdiblanco no llegó a alcanzar la superioridad de aquel mediodía. El Betis se fue 0-1 al descanso y luego incluso llegó a ponerse 1-2 para acabar salvando un punto gracias a una parada de Adán en el último suspiro del encuentro.

Demasiadas situaciones parecidas se han repetido ya en esta temporada, por lo que los problemas apuntan en varias direcciones. A la falta de un plan alternativo desde el banquillo, donde se han repetido cambios tardíos y que no sirvieron para frenar las vías de agua detectadas, se añade la falta de confianza de un equipo que se viene abajo en cuanto recibe un gol.

De igual forma, la parcela física también se pone en duda, al comprobarse en cada partido que una serie de jugadores disminuyen su rendimiento en cuanto los partidos avanzan, aunque también influye la falta de control, lo que obliga a esfuerzos innecesarios. Múltiples argumentos para una losa que ha costado 12 puntos y 14 goles.

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