El mejor amigo de los centrales
Lo que más puede aprovechar Manzano de Medel es su sentido de la posición
Con Gary Medel, el Sevilla no ha fichado un virtuoso. Que se vayan haciendo una idea los aficionados que torcían el gesto cuando veían a Duscher en las alineaciones de Jiménez. Que no ocurra como con Matías Almeyda, al que precisamente se enfrentaba en un Boca-River la semana pasada en su despedida como jugador del mítico club bonaerense. El medio centro chileno, en el análisis de un partido con la camiseta xeneize que jugó en la posición de eje por delante de la defensa, exhibe que es un futbolista ordenado, de recorrido corto, de pase casi siempre en horizontal y apenas sin levantar el balón un palmo.
Es verdad que el vídeo elegido para esta especie de somero informe sobre su fútbol no puede ofrecer perspectivas reales, sobre todo en defensa, porque su rival, el Atlético Tucumán, no le exige mucho aunque el choque termina con 0-0 en la Bombonera. Pero sí se pueden atisbar las líneas maestras de su juego y lo que puede aportar al Sevilla de Manzano, ese equipo que anda tan necesitado de claridad de ideas y trabajo táctico en el centro del campo.
Medel es un jugador que, como pivote, se ancla por delante de los centrales, de los que, sin descuidar las obligadas basculaciones del equipo cuando el balón cae a alguna de las bandas, apenas se separa quince metros de los dos hombres que forman el centro de la defensa. Y eso es precisamente lo que más agradecen los centrales, tener la garantía y la seguridad de que su compañero va a estar colocado siempre en esa parcela delante de la media luna, con lo que ninguno de ellos, como Escudé hizo en varias ocasiones el miércoles ante el Madrid, tendrá que salir de sus terrenos para tapar en el centro, lo que acaba descuadrando todo el sistema defensivo. Ello siempre provoca que el lateral de turno tenga que acudir unos metros al centro, que el extremo tenga que hacer la cobertura oportuna... en defitinitiva, que el desajuste sea general.
Medel es un jugador que toca con la derecha, que combina sin complicaciones con los laterales en horizontal o, sin tapujos, con los centrales. Tiene agresividad si hace falta, aunque ante Tucumán no tuvo que hacer alardes de ella, y relativa velocidad en el corte. Habrá que ser prudentes y esperar su adaptación al ritmo del fútbol europeo y a la exigencia de nuestra Liga, pero a simple vista es el futbolista ideal para descargar a Zokora de esa labor y permitir que el costamarfileño pueda rendir en una posición más acorde y productiva con su potencia al barrer sin tener que mirar atrás y robar muy arriba. Puede permitir un dibujo parecido al 4-1-4-1, con dos interiores que, dependiendo de las necesidades, combinen creatividad y fuerza.
No busca ser efectista sino efectivo y, aunque se descuelga para disparar desde lejos a veces, es el típico centrocampista oscuro, pero necesario, que en ocasiones cambia por completo la cara de un equipo.
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