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El mejor aval para un sueño

  • Luismi, orgulloso de lucir el dorsal de Puerta y de formar parte de la mejor plantilla de la historia, espera su momento. "Estoy preparado y sé que Emery me dará una oportunidad".

Cuando uno el alma la deja sobre el verde se nota luego en el trato con la gente. Una mezcla entre humildad y timidez mamada entre los fríos vientos de la sierra gaditada le sirve a Luis Miguel Sánchez Benítez (5-5-92, Puerto Serrano) para entender todo lo que le ha sucedido en el fútbol, lo bueno y lo malo. Y lo que le queda...

Sentado en un banquillo en una final europea (en la Supercopa de Tiflis) o en el partido de Champions con más glamour en la historia del Sevilla (en Turín ante la Juventus), igual que en una mesa de operaciones con la cabeza abierta tras un tremendo choque en un partido con el Jaén. El mismo talante. Aquello, ya olvidado, fue en 2012 y no iba a acabar con la idea y el sueño de este chaval por mucho que dijeran los neurólogos.

Hoy, tras estar a punto de abandonar el Sevilla este verano con destino a un club de Segunda División, espera paciente y sin bajar la barbilla una oportunidad que no ha llegado hasta el momento ni siquiera con las muchas bajas en este tramo inicial de temporada, pero que llegará. Lo avalan tanto su constancia y cabezonería (en el sano sentido de la palabra) como el dorsal que por derecho propio luce en la espalda, todo un símbolo para el sevillismo.

"Tenía pie y medio fuera, pero Unai desde el primer momento habló conmigo para que me quedara y decidí quedarme. Veía que mi sueño podía hacerse realidad. El estar en una plantilla de este nivel sabía las consecuencias que podía tener, en el sentido de que no iba a disfrutar de muchos minutos, pero sí que iba a poder aprender más. Y con eso me quedo, con lo que estoy aprendiendo y disfrutando", asegura el dorsal 16 de la plantilla más cara de la historia del Sevilla. Para Luismi, este detalle es un gesto que no se le puede olvidar: "Yo me siento un privilegiado por llevar este número, con todo lo que representa para el club y para el sevillismo. Por eso sé la gran suerte que tengo y estoy dispuesto a llevar el dorsal 16 donde se merece. ¿Si me acuerdo de Puerta? Tengo algunos recuerdos. Cuando ocurrió era el primer año que yo estaba aquí. Fue un drama que todos lo vivimos en la cantera, una pena que se tuviera que ir una persona y un futbolista como Antonio".

Este mocetón tenía 14 años y ya apuntaba un físico envidiable. Como dotes futbolísticas, un gran desplazamiento de balón en largo, buen dominio de los espacios y, sobre todo, una gran intensidad y compromiso. "Es la única manera. Hay que dejarse el alma cada vez que el balón está sobre el campo", relata sonriendo. Y a fe que lo hace. Lo saben todos los entrenadores que lo han tenido en la cantera, a los que -incluido el fallecido Mariano Pulido- no olvida agradecerles "todo lo que cada uno de ellos me ha aportado. Gracias a ellos estoy aquí".

El agradecimiento va siempre con las buenas personas y Luismi trabaja para que no se quede en simples palabras. Está empeñado. "Llevaba mucho tiempo trabajando para ello, detrás de este sueño y gracias al cuerpo técnico ya puedo decir que pertenezco a este equipo. Lo importante es estar siempre preparado. Tarde o temprano, confío mucho en el míster. Te hablo de mí, de que creo que puedo tener la oportunidad. A él le tengo que agradecer el estar aquí y poder aprender día a día de ellos. Estoy seguro de que si algún día me da la oportunidad, estoy preparado para aprovecharla. Este verano tuve la suerte de jugar ante rivales fuertes y me sentí bien. Eso me ayudó a tener más confianza". Esos mismos partidos, con rivales como el Watford, Stade Reims o la Roma (partido en el que salió casi coincidiendo con el 6-0 y en el que contribuyó a la reacción hasta el 6-4) reforzaron la decisión del propio jugador y de Emery de seguir en el club.

Pero, evidentemente, Luismi es consciente de lo alto que está el listón en un equipo al que han llegado figuras internacionales de primera línea, lo que le da mucho más valor a la presencia de un jugador formado en la casa. "El nivel deportivo ahora mismo del Sevilla es muy alto, altísimo. Hay muchísima exigencia. En la cantera hay muy buenos jugadores, pero es muy difícil, aunque hay que ser constantes, trabajar día a día al máximo y seguir con la máxima ilusión. Es el único secreto. Haciéndolo así todo tiene que llegar. Cuando uno no juega es porque hay mucha competencia y aquí es muy complicado jugar. Pero con trabajo, constancia y paciencia... yo confío en que tarde o temprano el míster me dará una oportunidad y cuando llegue estaré preparado", asegura mientras no olvida la idiosincrasia de un club que siempre llevó a gala los frutos de sus escalafones inferiores. El hecho de que Sergio Rico esté ahí es la prueba del presente. Antes, una lista interminable: Alberto Moreno, Jesús Navas, Sergio Ramos, Reyes... "A este club lo que lo caracteriza es la cantera. Todos los años van a seguir subiendo jugadores y en los momentos difíciles los canteranos hemos estado ahí dando la cara. Y es que estamos preparados para ello, porque lo hemos demostrado. El Sevilla tiene muy buena cantera, de las mejores del mundo. Los titulos no sólo del primer equipo, sino de juveniles... están ahí y son la prueba".

Como parte del grupo, también ha sufrido los momentos de dudas que ha habido fuera del vestuario en un arranque de temporada irregular para un equipo que había generado mucha ilusión. Pero, como todos los profesionales del fútbol, habla desde el prisma de la cordura. "Los comienzos nunca son fáciles. El equipo ha tenido muchas lesiones, estamos en un periodo de adaptación, con muchas caras nuevas y pienso que poco a poco el míster va a conseguir que rindamos al máximo. Esta última victoria (ante el Barcelona) ha reforzado mucho al equipo y nos va a dar mucho aire", explica al tiempo que incide en la calma que ha habido entre los muros del vestuario: "El equipo siempre ha tenido las cosas claras. Desde el primer momento el míster nos ha transmitido mucha confianza, estábamos muy tranquilos y confiábamos en su trabajo. Lo que nos hacía falta era una victoria como ésta para que todo se calmara un poco. Hay una plantilla amplia y muy competitiva y por eso sé que no sólo vamos a igualar la temporada pasada, sino que vamos superarla".

Aunque ha tenido poca participación en partidos oficiales, sólo unos minutos en la primera jornada de la pasada Liga ante el Valencia, Luismi ha estado prácticamente en todas. Muchos momentos inolvidables como parte del equipo (finales, títulos...) y también formando parte activa. Entre los convocados, aparte de en las jornadas 4, 5 y 6, en la Supercopa de Europa y también en la última gran cita de Champions en el Juventus Stadium.

Para un canterano, abrir mucho los ojos en una cita de esa envergadura hace que sea un recuerdo imborrable. "El ambiente, cuando suena el himno... Se nota que es un partido grande y te ves que estás ahí formando parte de todo", se explica sin dejar de expresar su admiración por Unai Emery, sobre quien cree que no necesita transformación en estos partidos: "El míster vive cada partido como una final. Es incansable. Día a día es muy trabajador, muy exigente, te exige mucho en cada entrenamiento y lo mejor que tiene es que te hace sacar lo mejor de ti. Me está dando mucha confianza, no estoy disfrutando de minutos, pero veo cómo estoy creciendo día a día en cada entrenamiento".

Por tesón no va a quedar. Tesón y una tremenda ilusión, aparte de poder adaptarse a varios puestos, medio centro y central por ambos perfiles. Grandes avales junto a otro gran empujón anímico: llevar en la espalda bajo el nombre de Luismi el peso de una parte de la historia de este club.

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