Supercopa de europa

El orden no basta ante una galaxia (2-0)

  • El Sevilla no puede repetir la alegría de Turín y cae en Cardiff ante un Real Madrid inabordable. Dos goles de Cristiano Ronaldo sentencian una final de la que los hombres de Emery salen con la cabeza muy alta.

El Sevilla se chocó contra un muro en Cardiff, contra una constelación de estrellas que pueden dominar el fútbol mundial si se proponen jugar de verdad cada semana. El equipo de Unai Emery, seguro, se marchará hoy de la capital galesa como un verdadero campeón, pues fue capaz de pelear hasta que todos sus hombres echaron el último aliento, pero lo que no puede ser, pues no puede ser y, además, es imposible. Dos goles de Cristiano Ronaldo sentenciaron una Supercopa en la que, esta vez sí, peleó David contra Goliat, aunque el vencedor final fue Goliat. 

Partía el Sevilla con la ilusión de que su rival no llegara con el mismo nivel de forma física. En teoría, tenía que ser así, Kroos, por ejemplo, hace muy poco que alzaba en Río de Janeiro la copa de campeón del mundo de selecciones, mientras que los hombres de Emery habían preparado a fondo este encuentro, concretamente desde el primer entrenamiento del verano en la ciudad deportiva sevillista. Eso establecía la lógica previa, mas a la hora de la verdad no tendría nada que ver con la realidad. El Real Madrid se iba a tomar muy en serio esta final de campeones y, concretamente, Kroos iba a mover a los suyos de manera tan sencilla como primorosa.

Ante semejante diferencia de nivel entre unos y otros, el Sevilla apostó por el orden, por mantener a todos sus peones muy juntos, por pelear todos los balones como si fueran el último del partido y por meterle balones rápidos a Bacca para que éste los aguantara y tratara de servirlos a las balas que llegaban desde atrás. El planteamiento era el correcto, pues la imagen del Sevilla siempre fue convincente, pero falló la conexión principal, la que tenía que ver con Bacca. El colombiano, con muchos menos entrenamientos que sus compañeros, se movía a una velocidad inferior y, lógicamente, tenía mucha dificultad para hacerse con los balones que le llegaban desde las botas de Denis Suárez, de Krychowiak y los demás centrocampistas.

La consecuencia era una pérdida de la pelota tras otra cuando el balón sobrepasaba el centro del campo madridista. Cierto que Pareja, Fazio, Beto y Carriço, en las ayudas, garantizaban una salida limpia del balón desde atrás, pero todo el trabajo de Emery se iba al traste en el momento en que el objetivo era conectar con Bacca. El colombiano se esforzaba, sí, a la hora de los desmarques, pero era imposible controlar y aguantar cuando llegaba a contactar siquiera con el esférico, pues Pepe y Sergio Ramos se tiraban encima de él para después jugar con Kroos o con Modric.

El Sevilla, por tanto, se quedaba muy pronto sin plan ofensivo y en muchas ocasiones optaría por dar un paso atrás a la espera de tiempos mejores. En ese aspecto, los hombres que ayer vestían de rojo trabajaron bastante bien y sólo se vieron superados en una acción de Cristiano Ronaldo cuando ya estaba cerca la media hora de juego. Beto se lució en ese momento y pudo salvar a los suyos instantes antes de la jugada que comenzaría a decantar esta final.

Y fue precisamente al contrario del guión marcado por Emery y tal vez también por Ancelotti en ese intento de tener más posesión del balón. Un ataque del Sevilla por la banda izquierda llevado por Denis Suárez invitó al gallego a un pase de fantasía por dentro cuando por fuera lo comenzaba a doblar Fernando Navarro, quien ya había dejado de ser seguido por Cristiano Ronaldo. Emery pidió la apertura fácil y juró en arameo desde el mismo momento en el que Denis Suárez arriesgo, y perdió, el balón. Peor aún iba a estar el técnico vasco en apenas segundos, los que necesitó Cristiano Ronaldo para conectar con Bale y el propio galés para servirle el primer gol al portugués.

El Real Madrid se había puesto por delante relativamente pronto, lo peor que le podía pasar al Sevilla. El plan A se había ido al traste, aunque Carriço tuvo una gran oportunidad para restablecer la igualdad en un balón rebotado en el que se quedó completamente en solitario delante de Casillas. Pero el guardameta internacional español demostró que no está acabado, ni muchísimo menos.

En positivo para el Sevilla, sólo quedaba pensar que en el segundo tiempo las baterías de las estrellas que estaban enfrente comenzaran a gastarse. Pero se da la circunstancia de que este Madrid, además de la calidad sumada a través de Kroos y de James Rodríguez, sigue conservando el físico de verdaderos atletas. El cuadro sevillista seguro que salió del vestuario tras el intermedio con la intención de dar un paso adelante, pero tardaría muy poco en toparse con la cruda realidad. Una pelota peleada por Cristiano Ronaldo, conexión con Benzema, Pareja llega un segundo tarde al cruce y la estrella madridista demuestra que es capaz de hallar un gol donde otros ni lo sueñan tal vez.

Dos a cero para el Real Madrid con un tiempo entero por disputar. Y el temor, en quienes sienten en sevillista, por que aquello torne a un resultado que sí podía convertir en pesadilla la fiesta de llegar como campeón de la Liga Europa a esta cita de gala. Pero no, el Sevilla jamás bajó la cabeza, mantuvo el orden y trató de pelear contra ese imposible. Cierto que Beto le tuvo que hacer un paradón espectacular al recién llegado James Rodríguez, pero el juego comenzaría a equilibrarse a través del orgullo que demostraban Krychowiak, Fazio, Carriço y compañía. El equipo de Emery, pese a la diferencia en el marcador, jamás se dejó llevar y fue particularmente hermoso su esfuerzo titánico en los últimos por alcanzar al menos el premio del gol para brindárselo a los suyos, que apoyaban sin cesar desde la grada. No pudo ser, porque es imposible ante una galaxia semejante, pero Sevilla sí hizo honor al papel que se le presupone a un campeón, al de la Liga Europa.

Ficha técnica:

2 - Real Madrid: Casillas; Carvajal, Pepe, Sergio Ramos, Coentrao (Marcelo, m.83); Kroos, Modric (Illarramendi, m.85), James (Isco, m.71); Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema.

0 - Sevilla: Beto; Fazio, Navarro, Pareja, Coke (Figueiras, m.83); Krychowiak, Carriço; Suárez (Reyes, m.77), Vitolo, Vidal (Aspas, m.65); Bacca.

Goles: 1-0, m.30: Cristiano Ronaldo. 2-0, m.49: Cristiano Ronaldo.

Árbitro: Mark Clattenburg (Inglaterra). Amonestó a Kroos (Real Madrid), así como a Navarro y Vitolo (Sevilla).

Incidencias: Final de la Supercopa de Europa disputado en el Cardiff City Stadium (Reino Unido) ante unos 30.000 espectadores.

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