El panorama cambia tras el adiós de Bosch

La elevada cantidad pagada por la cesión de Leo Baptistao, que ha sobrepasado los dos millones de euros con comisiones, además, que implicarían al entorno del entrenador del Betis ha provocado, tras el adiós confirmado este lunes de José Antonio Bosch, que Miguel Guillén y su equipo de trabajo se hayan planteado la conveniencia de realizar más fichajes en el mercado invernal.

Influyen también la pésima clasificación del equipo, ante la que un gasto garantiza menos incluso que en otras condiciones, y la desestructuración deportiva del club tras el adiós de Pepe Mel y Vlada Stosic.

El actual consejo no acaba de fiarse, lógicamente, de nadie y no sólo ha paralizado el fichaje de Erbes, sino que va a esperar al menos unos días antes de acometer alguna otra contratación.

Por ello, en los intestinos de Heliópolis no sólo se especula ya con la próxima destitución de Garrido tras el partido del sábado frente al Real Madrid, sino con el fichaje de un director deportivo o el ascenso de alguno de los miembros que hoy componen la secretaría técnica.

Al contrario que Bosch, quien recelaba de los béticos e incluso llegó a decir públicamente que "al Betis hay que protegerlo de los béticos", Guillén tiene la intención, dentro de la competencia profesional de las personas a contratar, de introducir sentimiento verdiblanco, cualidad de la que está necesitado el club y, por supuesto, el primer equipo y hasta la cantera.