El premio al espíritu de la superación

Es un sueño hecho realidad. La meta de un deportista convertida en evidencia. A sus 26 años Rafa Baena debutó con la selección española de balonmano en un encuentro amistoso internacional. Es sin duda el primer paso hacia la consecución de objetivos que siempre estuvieron en la mente de este sevillano natural de Estepa. Ahora el futuro se abre ante él como un abanico inmenso en el que proyectar cada paso en la élite del balonmano.

"La verdad es que se ha hecho realidad uno de mis sueños, es una recompensa al trabajo bien hecho y a la lucha constante, estoy muy feliz por ello. Sabía que estaba en el grupo de aquellos que podían ser seleccionados, pero no me esperaba que fuera este momento", expresa el jugador internacional. Rafa no duda en recordar sus inicios en el mundo del deporte, cuando ni las circunstancias eran tan propicias ni su camino parecía tan bien encaminado como actualmente: "Comencé jugando al fútbol, como casi todo el mundo, pero me apunté al club de balonmano de Estepa y vi que se me daba mejor y me lo pasaba bien. Poco a poco seguí vinculado a este deporte, fui a Sevilla a estudiar y jugué en el Dos Hermanas de Primera Nacional, a partir de ahí le dediqué más horas".

Pero el camino hacia la élite sólo había comenzado para Rafa, que demostraba partido a partido que su nivel debía consolidarse en lo más alto del balonmano tarde o temprano. Cuando partió hacia Palma del Río para jugar tuvo nuevas oportunidades para pedir un sitio entre los mejores: "Estuve cinco años allí y me di cuenta de que no era mi techo. Quería jugar con gente mejor y en la máxima categoría, hice buenos números y finalmente todo salió bien y fiché por el Antequera, de la liga Asobal".

Mirando hacia delante, Rafa tiene claras sus metas: "Consolidarme en la selección es el objetivo. Tras la llamada de Valero Rivera espero que no sea una ocasión pasajera y seguir demostrando que puedo estar con los mejores. Con mi club el objetivo es estar en Europa ya que el año pasado nos quedamos a un solo gol". Cuando llegó al Antequera, el hispalense se dio cuenta de que las diferencias eran grandes con respecto a otras categorías y sus inicios necesitaron tiempo para la adaptación: "Me costó adaptarme a la Liga Asobal al principio, las diferencias tácticas y técnicas se notan, son mucho mejores".

Preguntado por el balonmano existente en Sevilla, Rafa se sincera: "La clave debe ser la presencia de patrocinadores y ayudas de organismos públicos, la base está ahí porque hay muchos clubes y niños jugando. Pero en los periódicos el fútbol vende mucho aunque no sea más espectacular que el balonmano".

Sin duda, Rafa Baena sigue dando pasos de gigante para convertirse en uno de los pivotes importantes del balonmano nacional. Tras debutar con la selección ayer, sabe que ahora toca disfrutar: "Es un deporte que me encanta por el compañerismo que hay y el gran sacrificio que supone tratar de llegar a lo más alto".

Es el turno de que la pista sea el mejor escaparate en la búsqueda de protagonismo. La trayectoria de Rafa Baena es ya el mejor aliciente posible para que sus metas logren ser viables. Su familia es uno de sus grandes apoyos: "Ellos están muy contentos y tienen una satisfacción enorme de que esté cumpliendo mis sueños". Y seguramente será aún mayor cuando éstos logren consolidarse.