Rosa Márquez, la excepción dolorosa de un trasiego bastante común

La llegada de la centrocampista al Sevilla ha generado mucha polémica, además de severas críticas por parte de los béticos, pero hay bastantes precedentes

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Rosa Márquez posa como nueva jugadora del Sevilla / Sevilla FC
Ángel Platero

Sevilla, 06 de agosto 2025 - 08:48

El Sevilla Femenino anunció el lunes el fichaje de Rosa Márquez, hasta esta temporada jugadora del Betis Féminas. Un fichaje que ha generado controversia, pero que no es ni mucho menos un caso pionero en los cambios de jugadoras entre los dos equipos de la ciudad, ya que con Rosa son 21 los casos de futbolistas que han pasado por ambos clubes.

Esta situación es poco convencional en el fútbol masculino, aunque haya casos como Diego Rodríguez en los 80 o el más reciente de Isco, pero en el fútbol femenino no ha sido así. Esto se debe a que el Betis Féminas empezó a competir en 2011, de modo que las jugadoras sevillanas que querían competir al más alto nivel en su ciudad no tenían más remedio que jugar para el Sevilla Femenino, creado en 2004, independientemente de cual fuese su club a nivel sentimental.

Por lo tanto, cuando empezaron a producirse estos movimientos eran siempre en la misma dirección, jugadoras que habían pasado por el Sevilla y que llegaban al Betis, en muchos casos cambiando directamente de un club a otro. Una persona crucial en muchos de estos movimientos fue María Pry, que jugó en el Sevilla hasta 2008 y fue entrenadora en la temporada 11-12, cuando ascendería con las de Nervión a Primera División. Tras este logro se marcha a entrenar al Betis, siendo entrenadora hasta 2019 (posteriormente tendría una segunda etapa menos exitosa) y consiguiendo el ascenso a Primera y las mejores temporadas de la sección del club.

Junto a ella se embarcó en el proyecto Ana Llamas, que fue su ayudante además de ser entrenadora en categorías inferiores. Aunque antes de María Pry hubo tres jugadoras que ya llegaron al Betis en 2011, cuando empezó a competir, es el caso de Chari Palacios y Bea Prieto, que llegaron del Híspalis, y María del Carmen Fernández "la Arrebata", procedente directamente del Sevilla.

En 2014 se produjo el trasvase de una tacada de futbolistas que serían fundamentales en el ascenso bético en 2015 y su estabilidad posterior en Primera División: es el caso de Bea Parra, las hermanas Ana y Laura González, Paula Perea y Nuria "Nana" Ligero, que ha colgado las botas este mismo verano y seguirá ligada al club como coordinadora de la dirección deportiva. Un año después, se sumó al proyecto liderado por María Pry Ana Angulo, que defendió la camiseta blanquirroja durante dos temporadas.

Las futbolistas Ana "Willy" Romero y Ángela Sosa jugaron para el Sevilla en la década de los 2000 y tras hacer carreras exitosas en equipos como Barcelona y Ajax, en el caso de Ana, y el Atlético de Madrid, en el de Ángela, se marcharon al Betis como jugadoras contrastadas siendo dos referentes en su etapa en Heliópolis.

Rosa Márquez celebra su gol en el derbi, el último con la camiseta del Betis / Liga F

Hay jugadoras que pasaron por cantera sevillista y jugaron posteriormente para el Betis (Paula Moreno o Irene Guerrero), pero en el caso de Lucía Méndez llegó a debutar en la 17-18 en el primer equipo sevillista y pasaría la temporada siguiente a un Betis al que perteneció hasta 2022 antes de marcharse al Córdoba.

La internacional italiana Martina Piemonte tuvo un paso breve en ambos equipos, pasando primero por el conjunto sevillista (17-18) y luego por el bético (19-20). La última jugadora en militar en ambos equipos jugando primero en el Sevilla es Carla Armengol, que pasó por la carretera de Utrera cedida por el Barcelona y que ha pertenecido al Betis en las dos últimas temporadas.

Martina Piamonte, delantera italiana que pasó del Sevilla al Betis. / Antonio Pizarro

Un caso curioso es el de Virgy García, que se sumó a esta lista en 2017 cuando ficho por el Betis debido a que militó entre 2009 y 2013 en el Sevilla, pero tras dos temporadas en las del final de la Palmera volvió al que fue su club, iniciando una segunda etapa y siendo la primera jugadora que hacía el cambio en esta dirección.

En los últimos años la marcha de jugadoras de un equipo a otro ha sido en el sentido contrario a lo que acostumbraba, y la segunda en pasarse del verde al rojo fue Rosa Otermín en el verano de 2021 y la temporada siguiente fue Eva Llamas, actual capitana del equipo dirigido por David Losada.

Reacciones contrarias

Sin embargo, ninguno de estos casos generó la polémica y crispación de una parte de la afición del equipo que perdía su jugadora cuando Rosa no es la primera jugadora en cambiarse al Sevilla este verano, puesto que la lateral Esther Martín-Pozuelo le ha dado a su carrera el mismo cambio que la mairenera. El caso más parecido que encontramos al de Rosa es el de María Suárez, que en 2013 siendo capitana sevillista se marchó al Betis, donde colgó las botas también como capitana.

Las jugadoras del Betis mantean a María Suárez en su retirada del fútbol. / Antonio Pizarro

Estos dos casos guardan cierto parecido, pero no tuvieron la misma repercusión, lo que se debe que se juntan dos factores: El primero es que la jugadora es una referente en su club (como María Suárez en su día), ya que Rosa llevaba trece temporadas perteneciendo al Betis, debutó con tan sólo 16 años y ha llegado a ser internacional absoluta en el club, convirtiéndose en las últimas temporadas en la jugadora más reconocible y admirada por la afición verdiblanca, además de ser bética confesa y haber estado en las finales de Copa del Rey en 2022 y Conference League en 2025 como una aficionada más.

El segundo sería la importancia que va adquiriendo el fútbol femenino en el panorama nacional, ganando cada vez más aficionados que se suman a seguir y apoyar a los clubes femeninos. El caso de Esther pasó desapercibido al ser una jugadora que no tenía tanta relevancia y el de María porque llegó en una época en la que el fútbol femenino estaba lejos de su estatus actual y generaba mucho menos interés. Esto puede provocar que el traspaso de Rosa Márquez, a pesar de ser la vigésima primera jugadora en pertenecer a ambos clubes, genere la polémica y esté en el foco del fútbol sevillano.

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