El derbi europeo

Un siglo después

  • Sevilla y Betis estrenan una nueva modalidad de derbi en su centenaria historia al cruzarse en una competición europea. La Liga avala a los sevillistas, pero los béticos llegan con moral.

La edición número 118 del derbi sevillano no tendrá nada que ver con las anteriores. Han tenido que pasar más de cien años desde el nacimiento de ambos clubes para que se crucen por primera vez en una competición europea, algo que le da un especial realce a esta doble ración de enfrentamientos de la máxima rivalidad sevillana a litigar en el breve espacio de una semana. Será histórico, por tanto, todo lo que acontezca a partir de que el balón eche a rodar esta noche en el Ramón Sánchez-Pizjuán y tenga su final el jueves siguiente en el Benito Villamarín, entre otras cosas porque difícilmente volverá a repetirse una situación que tiene mucho que ver con los méritos de clasificarse, primero, y con el azar de los sorteos, después. Es decir, que el equipo clasificado podrá presumir casi por siempre de semejante logro, por muy menor que éste pueda ser desde una perspectiva más histórica.

Eso, nada más y nada menos que eso, en una ciudad tan pasional como Sevilla es lo que está en juego desde que el prestigioso árbitro turco Cakir haga sonar su silbato cinco minutos después de las nueve de la noche. Con toda puntualidad, pues organiza la UEFA y sus regidores no dejan pasar el más mínimo detalle a la hora de hacer cumplir los horarios. Como tampoco dejan al aire ni siquiera lo que tenga que ver con las equipaciones y eso hará que el Betis deba saltar esta noche al césped vestido de verde y negro. Son las cosas del marketing con las marcas que provisionan la ropa deportiva y las obligaciones que éstas establecen, pues fue una elección que manó única y exclusivamente de la entidad heliopolitana.

Atrezzo al margen, lo fundamental será cómo se empleen posteriormente los protagonistas sobre el terreno de juego. En ese sentido, como siempre en los partidos de la máxima rivalidad sevillana, comparece el aspecto fundamental del favorito. Siempre, pero siempre siempre, el equipo que teóricamente llega mejor huye de semejante responsabilidad mientras que el catalogado como inferior trata de endosarle esa presión al rival. Estrategias que tienen ya más de un siglo, cuestiones que, adobadas con los tópicos de unos y otros, parecen que cambian la orientación del partido en sí. Pero es eso, un tópico, pues la mayoría de las veces lo que sucede es que el mejor de los dos es quien acaba ganando en cada ocasión puntual. Está claro que el fútbol no es una ciencia matemática, siempre hay una rendija para la sorpresa y hasta el Valladolid es capaz de derrotar en un día concreto al Barcelona de Messi y compañía, pero no suele ser lo más habitual.

¿Y a cuál de los dos equipos sevillanos le han otorgado el cartel de favorito en esta ocasión tanto dentro como fuera de la propia ciudad? Las referencias europeas son nulas, no sirven, pero si se acude al balance liguero de unos y otros, es evidente que ese titulito le corresponde en esta ocasión al Sevilla. El equipo de Unai Emery es el séptimo clasificado del campeonato doméstico mientras que el conjunto de Gabriel Humberto Calderón trata de meterse al menos en la lucha por evitar el descenso, ya que es último con ocho puntos de desventaja sobre el anterior en la tabla. Siguiendo con esos fríos números, la distancia en puntos entre ambos conjuntos se sitúa en 23 (41 por 18) al finalizar la jornada 27 de la Liga española.

Pero los números son fríos si no se acompañan con las sensaciones que transmiten ambos equipos y ahí es donde se abre la opción para el Betis. El conjunto de Calderón está creciendo en su comportamiento en las últimas jornadas. Ya no es aquel grupo de futbolistas que era zarandeado por sus rivales sin apenas oposición. A este partido llega después de derrotar al Getafe y de empatar en Villarreal, además de eliminar al Rubin Kazán a domicilio en tierras rusas. Tampoco es que sea mucho, pero sí lo es si tiene en cuenta el comportamiento anterior de los verdiblancos.

Sin embargo, los anfitriones de esta primera cita tampoco se quedan atrás en lo referente a los números y a las sensaciones que vienen transmitiendo en los últimos choques ligueros. Después de dejar atrás una horrible racha, el conjunto de Unai Emery ha sido capaz de ligar tres triunfos consecutivos ante Rayo, Real Sociedad y Almería, además de eliminar al modesto Maribor en esta competición europea. El Sevilla ha mejorado de forma considerable en su balance defensivo y por ahí ha crecido también como equipo para alcanzar unos resultados más acordes a la calidad de los futbolistas de su plantilla.

Está claro que ambos, pues, arriban a este choque europeo en un buen momento de juego. Tanto el Sevilla como el Betis han crecido bastante, sobre todo en lo que tiene que ver con la confianza que siempre proporcionan los resultados. El problema, a posteriori, será la factura que tengan que pagar los dos, tanto el ganador como el perdedor, por esta eliminatoria que tanto los puede desgastar a la hora de seguir con su buen momento liguero. Está claro que el esfuerzo será exigente y por ahí también debe afectar en los objetivos correspondientes. Pero eso es tarea de los entrenadores, que son quienes tienen que manejar sus plantillas.

Emery ya lo hizo el pasado domingo, cuando fue a Almería sin Fazio y Alberto, dos titulares indiscutibles por acumulación de tarjetas, y encima dejó una hora en el banquillo a Rakitic, su principal estrella, para no añadirle más fatiga de la que ya acumula. Calderón, mientras, tira con lo que ahora le está dando mejores resultados y debe repetir el equipo, aunque quepa el matiz de que algunos futbolistas importantes, casos de Rubén Castro, Baptistao, Adán o N'Diaye, no se han desgastado tanto durante el presente curso por una razón u otra. Parece que la alineación está mucho más clara en el Betis, que sólo tiene la duda sobre la situación en la que partirá N'Diaye y que tendrá mucho que ver con ese once sevillista que sólo está en la cabeza de Emery y sus ayudantes. No es lo mismo que Gameiro acompañe a Bacca arriba a que salga con un solo delantero.

Lo que sí es seguro es que ambos partirán con 11 futbolistas, ni uno más ni uno menos, y que el turco Cakir será el encargado de impartir justicia en un derbi en el que, por encima de todo, debe ganar la ciudad de Sevilla. Un siglo después, toca lucir el primer derbi para Europa.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios