Liga europa

Ni siquiera fue un trámite (1-6)

  • El Sevilla fulmina al Mladost con un primer tiempo de gran eficacia que contó con el brillo de Rusescu y acabó... 0-5. Emery cambió fichas tras el descanso y el equipo bajó el ritmo.

Lo que se presentaba como un trámite lo fue. Por escasez de intensidad y por una superioridad tan abismal que ni siquiera el freno del segundo tiempo pudo relativizar. El Sevilla logró ratificar su clasificación a la tercera ronda previa de la Liga Europa con una ejecución efectiva de un partido que no necesitó de su mejor versión para plasmar una goleada que pudo ser escandalosa.

Rusescu y Coke brillaron con dos goles en otra muestra de que los fichajes suponen un salto de calidad en las bazas de un Sevilla tan equilibrado como eficiente en ataque. Hoy será el Manchester United el que mida esas mejoras.

Fue el inicio más esperado. El Sevilla, consciente de su superioridad, tiró de galones para tomar el mando del choque y ser dueño absoluto del balón. Como ya ocurrió en la ida, los nervionenses propusieron y el Mladost se limitó a asistir a la escena. Miró el balón mientras Rakitic distribuía honores con pases verticales que no encontraban piernas rivales. Y en ese escenario favorable, en esta ocasión con menos intensidad en el adversario, apareció Rusescu para dar una lección de movimientos que nunca pudieron ser controlados por la zaga montenegrina.

Pero fue Rakitic el que inició la exposición de muestras con un pase magistral para que Vitolo abriera el marcador. El canario, cada día con más ritmo, fue un puntal por los dos costados e hizo daño a una zaga poco acostumbrados a tantos desbordes.

El propio Vitolo asistió a Rusescu poco después para que el rumano se estrenara con la camiseta del Sevilla. Lo hizo en semifallo y bajo la sorpresa de Vujadinovic, que no se esperaba el remate del ariete. Tras los tantos de Rabello y Coke, Rusescu volvió a lucirse para, con mucha calidad, engañar al portero sin tocar el balón y marcar a placer el quinto tanto del encuentro. El descanso llegaba con una película esperada, la misma que se rodó hacía una semana pero con cartas de intensidad muy cambiadas.

El segundo tiempo cambió las caras de los protagonistas sin variar el escenario del primero. Cotán tomó los mandos en la medular y Coke siguió siendo incisivo en ataque hasta que anotó su segundo tanto aprovechando la inocencia de un portero rival que parecía unirse a la causa.

Minutos para Marin, que trató de enlazar desde la mediapunta con el ataque sevillista dejando pinceladas de su gran calidad. Pero desde su entrada, el rival ya no era rival ni el Sevilla tenía las mismas intenciones dañinas del arranque. Con la intensidad frenada por ambos bandos y por el sofocante calor, el cuadro de Emery no quiso batir registros históricos y contó los minutos restantes para certificar un pase ya cantado en la ida.

Los centrales se miraron mutuamente durante gran parte del choque. Fueron espectadores invitados e incluso Emery dio descanso a Pareja para colocar a Fernando Navarro en el eje de la zaga y dar entrada a Alberto Moreno. Otro guiño a la posibilidad de que el catalán se convierta de nuevo en comodín atrás.

Ni siquiera el animado final del choque cambió el signo del trámite. El Mladost Podgorica encontró el premio a su trabajo con un tanto en el último instante, de falta directa, que revolucionó las gradas. Pavicevic sonrió más que nadie y guardó el balón para recordar un tanto que sólo maquillaba un 1-6 demoledor. El trámite, que ni siquiera fue tal, se cerró de la única forma posible. Y todos contentos...

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