Paro y afiliación en julio

El bajón del empleo agrario lastra el dinamismo laboral de Andalucía

Trabajadores en una obra.

Trabajadores en una obra.

Andalucía vive un mes de julio de contrastes en lo laboral, como es habitual, por otro lado, todos los años. Hay mucho dinamismo en la costa -con muchas contrataciones en la hostelería- y se destruye mucho empleo agrario como consecuencia del fin de muchas campañas.

El resultado es dispar. Así, el paro baja en 5.166, personas, un 0,74%, en la que es en números absolutos la mayor caída de España y la mitad del todo el descenso en el conjunto del país. El número de desempleados, así, se aleja de los 700.000, cota que se bajó el mes pasado, y se sitúa en 693.373, el dato más bajo desde octubre de 2008. La evolución mensual, por otro lado, está dentro de la normalidad: la reducción es similar a la de 2018 y 2019, los años previos de la pandemia.

En contraste, la afiliación se reduce en 12.145 personas. No es una cifra especialmente alta para el mes de julio, e incluso es inferior que la del año pasado, cuando rozó los 20.000. Pero se suma al fortísimo traspié de junio, cuando el retroceso fue de 38.121. Toda la destrucción de la fuerza laboral en el séptimo mes del año se corresponde con la agricultura. Así, hay 25.619 trabajadores menos en el régimen agrario (temporeros) que en el mes anterior. La cifra no es más alta que la de otros meses de julio -de hecho, es la más baja en ese mes desde 2016- pero es que ya llueve sobre mojado. En lo laboral, el sector primario lleva años en retroceso y en los últimos años esta situación se ha agudizado por la sequía. Hasta el punto de que el mes pasado el número de cotizantes alcanzó el mínimo histórico: 343.956. En sus mejores años había llegado a alcanzar los 500.000.

Si obviamos la afiliación en agricultura, el empleo crece en Andalucía, en concreto en 13.743 personas. Buena parte de ese crecimiento se da en las provincias costeras -en concreto, en Málaga y Cádiz- y, por sectores especialmente en la hostelería. Este sector suma 9.187 nuevos afiliados, pero también empujan fuerte, por las sustituciones de verano, sanidad y servicios sociales (+7.430), y administración pública (+2.387). También crece, en menor medida, el comercio, con 2.066 empleados más. En el lado opuesto se sitúa la educación, que, como suele ser tradicional en verano, pierde mucho empleo. En concreto, resta 14.754.

En buena parte, la razón de que se destruya empleo y al mismo tiempo baje el paro (algo aparentemente contradictorio) tiene que ver con varios factores. En primer lugar, buena parte de los empleados agrarios que dejan de serlo pasan a cobrar el subsidio agrario, y los que están en esta situación no tienen la consideración de parados oficiales. Como tampoco la tienen los fijos discontinuos que están inactivos, una situación que se corresponde con los trabajadores de la educación que paran en verano. Por último, en el caso de Huelva -provincia con más destrucción de empleo de toda Andalucía (-13.331) muchos de los afiliados eran inmigrantes contratados en origen que vuelven a su país y que, por tanto, no pasan a formar parte de las listas del paro.

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