Sevilla ha recuperado este jueves el olor a tierra mojada. Hacía tiempo, mucho tiempo, que los sevillanos no recordaban ese aroma húmedo que regala la lluvia. El recuerdo más reciente fue en la madrugada previa al alumbrado de la Feria de Abril. Aquel chaparrón dejó esparcido por el albero los farolillos que se convirtieron también en motivo de enfrentamiento político por su tardanza en colocarse. Los augurios de la Aemet se han cumplido y a la hora prevista, el cielo se ha teñido de gris panza de burra y el agua (acompañada de truenos y granizos) no se ha demorado en aparecer.

Quizás la llegada de la lluvia haya sido la noticia más esperada para una buena parte de sevillanos, a los que –perdonen la comparación facilona– las promesas electorales les resulta como cuando llueve sobre mojado. La campaña cumple su primera semana y hay una sensación de hastío. De nulo interés. De que todo se viene escuchando desde hace tiempo. Un soniquete falto de sorpresa.

El agua, por cierto, ha adquirido protagonismo este jueves electoral. Antonio Muñoz se ha ido a Torreblanca y entre los proyectos anunciados a sus vecinos, habló de un paseo fluvial junto al Canal del Bajo Guadalquivir (antiguo Canal de los Presos en el leguaje políticamente incorrecto). También muy húmedo ha resultado el transporte por el río que propone la candidata de Podemos, Susana Hornillo, para facilitar los desplazamientos de los vecinos del Distrito Norte, aquellos que viven más allá de la SE-30.

Muñoz también ha visitado Rochelambert, donde ha compartido desayuno con vecinos de un barrio cuyas necesidades conoce como la palma de su mano el edil Juan Manuel Flores, uno de los concejales más eficientes de la corporación (perdonen la opinión) y al que el PSOE de Ferraz lo ha descabalgado de la lista electoral. Ellos (y nosotros) se lo pierden (vuelvan a perdonarme el exceso de confianza).

En el microbús

José Luis Sanz, en "el bus de los incumplimientos".

Sigamos hablando de transporte, que hay mucho margen de mejora en este asunto. José Luis Sanz ha fletado un microbús para denunciar “los incumplimientos” del alcalde socialista en los principales proyectos de la ciudad. El PP ha recordado sus propuestas en materia de cultura, donde no falta aquel polémico proyecto para convertir la antigua Fábrica de Tabacos (hoy rectorado de la Universidad de Sevilla) en sede del Museo de Bellas Artes. Esta vez, “de la mano” de la Hispalense, cuyo rector, Miguel Ángel Castro, lo dejó claro en septiembre al ser conocedor de la idea :“Con el Rectorado no se mercadea”, un edificio para el que la institución académica plantea la declaración de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

No parece que Castro haya variado mucho de opinión estos meses, un rector, por cierto, que siempre deja grandes titulares, de esos que nos hacen más fácil la vida a los plumillas. (Recordemos lo del show de Bertín Osborne y la reciente pregunta al consejero de Universidades por su posible “amnesia”).

Una concejalía de 23 letras

Cristina Peláez, candidata de Vox, en el mercado de abastos de la Encarnación.

Hablando de titulares, en este jueves húmedo –sin segundas– Cs ha propuesto una nueva concejalía de las que tienen un nombre complicado de encajar en las cajas de títulos, “Transformación Económica”. 23 letras. De transformación también ha hablado Vox para adaptar los mercados de abastos al siglo XXI, esos lugares donde realmente se conoce una ciudad.

La lluvia caída este jueves ha venido fenomenal para los árboles que ha plantado Adelante. Agua de mayo para los cultivos y para una campaña electoral que entra en su ecuador con suma indiferencia. La tormenta es perfecta para salir del letargo. Aún queda una semana. ¡Qué vengan más nubes negras!