Fin de semana intenso en El Rocío. La aldea marismeña –donde el tráfico está restringido desde el pasado jueves– vive las vísperas más inmediatas de la Venida de la Blanca Paloma al pueblo del que es Patrona, un acontecimiento que se produce cada siete años y que coincide con la celebración del Rocío Chico, en recuerdo del voto de acción de gracias a la Blanca Paloma por librar a la localidad onubense de las tropas napoleónicas.

Tanto el municipio como la aldea se encuentran engalanados. Numerosos arcos y flores blancas de papel se han colocado las últimas semanas por parte de los vecinos para esta Venida. A esta decoración se suma la imponente catedral efímera que se inauguró el pasado miércoles.

Los actos oficiales comenzaron ayer con el inicio del triduo preparatorio del Rocío Chico. Minutos antes se bendijo el paño y el guardapolvo que cubrirán a la Virgen del Rocío y al Divino Pastorcito antes de adentrarse en el Camino de los Llanos, una senda de 15 kilómetros que une la aldea con Almonte.

Los actos religiosos continuarán el fin de semana. Mañana, por la noche, tendrá lugar el Santo Rosario y ya el lunes se celebrará en el santuario la misa conmemorativa del voto de acción de gracias que el pueblo de Almonte mantiene a su patrona desde 1813 por haberle librado de la matanza que las tropas napoleónicas tenían prevista en esta jornada. Tras la función, tendrá lugar la procesión eucarística alrededor de la ermita, cuyo cortejo abrirá el grupo de tamborileros almonteños.

En el último traslado el salto de la reja se produjo poco después de las 14:30 del 19 de agosto

Acabados los cultos oficiales, y a una hora incierta, los almonteños saltarán de nuevo la verja para iniciar el traslado con el que llevarán a la Blanca Paloma hasta su pueblo. En 2012 el comienzo tuvo lugar pasadas las 14:30. Otros años ha sido cerca de las cuatro de la tarde. Antes de ser cubierta por el guadapolvo, discurrirá por la explanada de la ermita, la calle Moguer, el Real (con una bellísima cúpula instalada junto a la Hermandad de Huelva), la calle La Romería y la Plaza del Eucaliptal hasta llegar a la casa hermandad de Gines, uno de los momentos más esperados de esta jornada.

Pocos metros después se adentrará en el Camino de los Llanos. Irá precedida de las abuelas almonteñas que portarán la denominada “plata de la Virgen”, es decir, sus atributos de Reina y parte de los enseres del altar. A la altura de la casa hermandad de Madrid se vivirá uno de los momentos más especiales. La Virgen –atav iada con sus galas de dama viajera– será colocada en un templete donde las camaristas la cubrirán mientras rezan varias salves. El acto tiene lugar una vez que el sol se ha ocultado pero su luz sigue presente en el cielo de la marisma. Es el momento conocido como lubricán.

A partir de ahí se iniciará una senda de 15 kilómetros, que se recorrerá de noche. En él se instalarán varios puestos de avituallamiento de agua. El tramo más dificultoso es el de “las parcelas”, un banco de arena que acaba en la carretera que une El Rocío con Almonte, donde comienza una senda colmatada de pinos que proporciona unas estampas únicas. El último tramo –después de haber cruzado por segunda vez la carretera– llevará hasta el pueblo. Antes habrá que pasar por el puente de Olivarejo.

La Virgen del Rocío llegará a Almonte sobre las seis de la mañana. Una hora después, cuando despunte el primer rayo de luz, su rostro será descubierto en el Alto del Chaparral, momento en el que cientos de almonteños lanzarán al aire innumerables salvas de escopetas para anunciar que la Blanca Paloma ya está en el pueblo del que es Patrona.

A partir de ahí, el traslado se ralentiza por unas calles exornadas con flores de papel y numerosos arcos que conducen hasta la plaza principal de Almonte, donde se alza la catedral efímera que sirve de prólogo a a la parroquia de la Asunción. La Virgen del Rocío permanecerá en ella hasta el próximo Pentecostés.