"Creo que el sentido común se ha perdido definitivamente"
Pepe Cantero | Cómico
-Hemos perdido el sentido de la vista con el móvil, el sentido del oído con los auriculares y ahora el sentido del olfato con la mascarilla. Menos mal que nos queda el sentido del humor.
-El sentido del humor no se puede perder nunca, es más, hay que entrenarlo para enriquecerlo. Todos los días y a todas horas. El que creo que se ha perdido definitivamente ha sido el sentido común, que en los tiempos que corren es una rara avis.
-En la película Para toda la muerte hace de abuelo que aspira irse a pasar el resto de la vida a una residencia de ancianos de Marbella. Las residencias ahora no tienen buen marketing.
-Desafortunadamente no puede estar más de actualidad el desajuste y las carencias de nuestro sistema de cuidados. No podemos abandonar a nuestros mayores. Son (somos) la historia y la sabiduría viva que aporta la experiencia. Y eso se merece un respeto.
-¿Los actores ahora lo están pasando realmente mal? Se están haciendo menos películas.
-El sector atraviesa una gran crisis de difícil solución. Se han aplazado o suspendido muchos proyectos cinematográficos. Yo espero, sin convencimiento quizás, pero con esa terquedad que es tan propia del que elige ser cómico, que vaya mejorando este panorama.
-Usted ha sido en el cine y la televisión cura, policía municipal, camarero, médico… ¿Qué profesión le queda por hacer?
-En cine y televisión he hecho casi de todo... Tal vez me faltaría hacer de millonario y quedarme después con el dinero, aunque fuera de atrezo. Tampoco he hecho de madre superiora, pero no pierdo la esperanza.
-¿Y político?
-No, aunque he tenido algunas propuestas. La labor pública requiere una entrega total y absoluta, y yo siempre he preferido ser, si no dueño, al menos inquilino de mi tiempo y de mi independencia.
-Me cuentan que usted es de los que echa siestas de pijama y orinal.
-En efecto, siesta de pijama, orinal y padre nuestro, como decía y practicaba mi abuelo. La siesta debería ser declarada patrimonio inmaterial de la humanidad, igual que el gazpacho, la cerveza o las torrijas.
-¿Si naciera de nuevo volvería a dedicarse al mundo del cine y la farándula?
-Sin duda. Con sus grandezas y a pesar de sus miserias, el oficio de cómico es el más maravilloso del mundo.
-¿De qué se arrepiente?
-Prácticamente de nada. Sí me pesa no haber dedicado el tiempo suficiente a algunos proyectos de mi carrera profesional y el que era preciso pensarme bien estas respuestas.
-¿Cuándo cree que se empezarán a hacer películas de esta pandemia?
-Sería un tema muy interesante y de amplio recorrido, sobre todo para que aprendamos de nuestros errores y no volvamos a cometerlos. Yo estoy dispuesto a participar en cualquier proyecto.
-¿De humor?
-Cualquier tema, por serio que sea, puede tener una veta humorística.
-¿Cómo la lleva usted?
-Bastante bien y en solitario, aunque no echo de menos la compañía de nadie. Mi tiempo, a veces, está incluso demasiado lleno… Cine, radio, lectura... Estoy editando cientos de audios y vídeos que me han pedido de distintas asociaciones y plataformas. Esa está siendo mi pequeña aportación a esta crisis sanitaria.
-¿Estaremos en Navidad con mascarilla?
-Si no prospera esa imprescindible responsabilidad colectiva que ataje esto a corto o medio plazo, creo que sí. Ya está el villancico compuesto: A Belén pastores, a Belén chiquilla, que ha nacido el rey con la mascarilla.
-¿En qué película lo veremos de nuevo?
-Estoy en un magnífico proyecto de largometraje de un granadino sobre leyendas de La Alpujarra. Eso sería para el año que viene. Y también espero volver a trabajar con nuestro maravilloso compadre... Todo sea por el enterismo que predica Alfonso Sánchez, esa cualidad que arraiga a un ser humano a su propia identidad.
-¿Se jubilan los actores?
-Un actor, un cómico, lo es hasta el fin de sus días. La jubilación total no le llega nunca. Un cómico tiene la obligación de divertir, entretener, hacer reflexionar a los ciudadanos, sobre todo en los tiempos que corren. Esa es la grandeza del oficio.
Un cómico orgulloso de su oficio
Pepe Cantero hace de abuelo en Para toda la muerte, la última película de Alfonso Sánchez y Alberto López, Los Compadres. Durante su dilatada carrera ha participado como actor de reparto en numerosas películas y series de televisión. Le gusta que lo llamen cómico, como aquellos actores de Viaje a ninguna parte que en la posguerra iban haciendo teatro por pueblos y aldeas de mala muerte y experimentaban todo tipo de carencias, sueños y frustraciones. Pepe Cantero es granadino y aunque está jubilado dice que, mientras pueda, nunca dejará de actuar. Dice que esa es la grandeza de su oficio.
1 Comentario