-Es periodista de la antigua escuela: ¿de los que ya no quedan?
-Quedamos cantidad, pero es verdad que tenemos otra forma de enfocar las cosas, quizá porque vivimos los años apasionantes de la Transición, con políticos de primera y un sentimiento generalizado de que había que arrimar el hombro.
-¿En qué hemos cambiado desde entonces?
-En mucho y para bien. Pero echo de menos lo que decía, la grandeza de los personajes públicos.
-¿Qué contará a sus nietos?
-La experiencia de la Transición, sin duda. Y luego, la oportunidad que he tenido de conocer al Rey. Soy una privilegiada que ha podido conversar con él sobre lo que quería hacer por España y cómo pensaba lograr su objetivo de cambio.
-¿Sin el Rey todo habría sido distinto?
-Sin el papel que tuvo el rey Juan Carlos en sus primeros años de mandato la Transición habría sido más larga e infinitamente más dura. Y no creo que se hubiera hecho con el consenso de todos. Dudo que hubiera sido tan ejemplar.
-¿Qué momentos borraría?
-Muchos. Por ejemplo, borraría las imágenes de los muchos atentados terroristas que he tenido que cubrir como periodista.
-¿A cuántos ministros ha conocido?
-Creo que a todos. Quizá no he conocido a un par de los ministros de Zapatero de no mucha relevancia. Porque si son importantes me importan, y entonces hago por conocerlos.
-¿Alguno que destacar?
-Muchos. Yo soy muy de Rubalcaba, si sólo puedo mencionar un nombre. Y eso que discuto con él. Pero creo que tiene una cabeza privilegiada políticamente hablando. Y en lo personal es alguien de quien me fío incluso cuando discrepo de lo que hace.
-¿Cómo es el vínculo que une a periodistas y políticos?
-Es muy bueno cuando uno entiende el tipo de relación que se establece. Nos necesitamos mutuamente, y nos utilizamos mutuamente.
-¿En qué momento perdió el miedo reverencial a los poderosos?
-Se lo sigo teniendo. Hay gente que te puede hundir aunque aparentemente no sea poderosa. Y voy más lejos: los peligrosos no suelen ser los que tienen más poder.
-¿No?
-Los peligrosos se encuentran en el segundo nivel. A veces tiene más peligro un director de comunicación que el ministro para el que trabaja.
-¿Aún le divierten los plenos del Congreso?
-No me gustan excesivamente, la verdad. Pero algunos de ellos, por su relevancia, hay que seguirlos con atención y escribir sobre lo que se dice, lo que se anuncia y lo que se debate.
-¿Qué es lo mejor que ha oído en la tribuna de oradores?
-Hay gente muy buena. Rato era un gran parlamentario, y Fraga, Roca, Felipe González… y ahora hay algunos que lo hacen bien. Aunque me gustaban más los de antes, lo siento.
-¿Hay un creciente frentismo en la vida española?
-Hay frentismo. Me espanta lo de si no estás conmigo estás contra mí, pero existe. Como las meigas.
-¿Qué otros males nos aquejan?
-Fundamentalmente la mediocridad y, segundo, anteponer los intereses de partido y los personales a los intereses de España y de los ciudadanos.
-¿Tenemos los dirigentes que nos merecemos?
-No.
-Intente ser imparcial: ¿ZP o Rajoy?
-Rajoy, sin dudarlo. Aunque no es el mejor líder de la oposición que hemos tenido. Pero Zapatero me parece una desgracia para España, y eso no lo diría de muchos socialistas. Incluso no lo diría de socialistas de su equipo.
-¿Por ejemplo?
-Como por ejemplo José Blanco, al que admiro y me parece una buena cabeza política.
-¿Cree que talante y buenismo son términos bien acuñados?
-Es evidente que Zapatero juega al buenismo. Y en cuanto al talante, dime de lo que presumes y te diré de lo que careces.
-¿Coincide con quienes aseguran que Rajoy siempre se pone de perfil?
-No, aunque echo de menos a veces que ejerza su autoridad con más contundencia.
-¿Cospedal o Pajín?
-Me gustan las dos y me llevo bien con ambas, pero es evidente que Leire todavía debe madurar más políticamente. Pero que no se equivoque la gente, tiene buena madera.
-¿Arenas o Blanco?
-Son dos cabezas políticamente muy bien puestas, y dos hombres apasionados de y por la política.
-Se nota que le gusta Pepiño.
-Es un político que debería estar más valorado. Y no tiene nada de Pepiño, por cierto, ni nadie nunca le ha llamado así.
-¿De qué les haría falta una buena dosis a Gobierno y oposición?
-De patriotismo.
-¿La corrupción tiene remedio?
-Claro que sí. Pero no se elimina con normas y códigos éticos, sino echando a la calle, y con deshonra, a quien cae en la corrupción, por muy influyente que sea.
-¿Qué norma introduciría para evitar el apego al coche oficial?
-Soy poco de normas. Me gustaría que los políticos fueran conscientes de que el coche oficial no es suyo ni es eterno.
-¿A qué otro país nos parecemos más?
-Spain is different.
-¿Alguna predicción para 2010?
-La tengo, y me gustaría que no se cumpliera.
-¿Teme que haya crisis para rato?
-Pues a eso me refería en la pregunta anterior.
-¿Se atrevería con una quiniela electoral?
-Noooo. En política, en una semana puede cambiar totalmente el escenario.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios