“Es un error pensar que el posparto son 40 días”
Celia Padilla | Matrona
Celia Padilla, matrona y doctora en Enfermería, es más conocida en redes sociales como @ohmama.matrona, donde realiza un gran trabajo de divulgación sanitaria femenina con un característico toque de humor. Es la fundadora de Oh Mama Matrona, un equipo multidisciplinar de acompañamiento a las familias. En Oh, la maternidad (Esfera de los libros), hace un recorrido por el embarazo, parto, posparto y crianza temprana.
–¿Qué aspectos del embarazo ‘sorprenden’ a una matrona?
–Estar al otro lado y vivirlo desde otra perspectiva. Ser profesional no te exime de tener miedo, cansancio, dudas... Es universal para todas las mujeres.
–¿Ha cambiado la maternidad tu forma de trabajar?
–Siempre digo lo mismo, que para ser una buena matrona no hace falta ser madre. Simplemente te da otra perspectiva. De alguna forma, la maternidad me ha hecho un poco más empática, ser más cuidadosa con el lenguaje, entender desde la vivencia por qué está pasando esa mujer.
–¿Se conoce poco la labor de las matronas?
–Sin ninguna duda. Las mujeres llegan a nosotras a través del embarazo, pero no saben que las podemos acompañar desde muchas más etapas de su vida, desde la menarquia, la primera regla, hasta la menopausia, que a veces está un poco desangelada y en tierra de nadie. Muchas desconocen que las podemos acompañar mucho más allá del proceso de ser madre.
–¿Cuáles son las principales dudas de una embarazada primeriza?
–Hay tantísimas dudas como mujeres, pero sobre todo, las relacionadas con los cambios que suceden en el embarazo, con el cuerpo, con qué pueden o no pueden hacer, qué pueden o no pueden comer...
No tienes que volver a ser como antes de la maternidad. Ésta es una experiencia transformadora”
–¿En qué consiste el plan de parto? ¿Se cumple?
–El plan de parto es un documento que está bien escribirlo, pero sobre todo hay que pensarlo. Y para ello hay que tener información. El plan de parto se tiene que acompañar de información veraz que te ofrece la matrona para que las expectativas en torno a él sean realistas. Pero no siempre se cumple por dos razones: hay veces que quien decide cambiarlo es la mujer, y eso está bien, pues la flexibilidad es básica en el proceso de maternidad en general. Y otras veces hay decisiones clínicas y médicas que no dependen de la mujer. Ya no es tanto si se cumple o no, sino el cómo te sientes en ese proceso: si te sientes respetada, apoyada, informada...
–¿Qué es más frecuente, la idealización o el miedo al parto?
–El miedo. Al final surge de un desconocimiento de nuestro cuerpo. En algunos casos puntuales hace falta medicalizar los procesos, pero parir es un evento natural que a veces necesita ayuda médica, no un evento médico que a veces sucede de forma natural. Si se explica desde el proceso de la fisiología cómo sucede el parto, se rebaja esa sensación de miedo. Hay partos muy buenos, pero no solemos predicar tanto los partos buenos como los malos porque es necesario denunciar determinadas situaciones. Hay darle voz y visibilidad a los episodios de violencia obstétrica o mala praxis.
–El posparto, ¿es la etapa más olvidada?
–Es la etapa más vulnerable. El posparto es para toda la vida y hay veces que no le damos ese protagonismo. Cometemos el error de pensar que van a ser 40 días, la famosa cuarentena, y no hay nada más equivocado que pensar que en 40 días vas a estar como antes. Pero igual que a veces se romantiza el parto, dramatizamos el posparto: es una etapa de mucha vulnerabilidad, a veces de mucho descontrol, de no ubicarte, pero también desprende mucho amor y mucha vitalidad. Es una etapa de ambivalencia, como todas las importantes en la vida. No hay ningún proceso importante en la vida que sólo sea de felicidad, todo tiene su cara A y su cara B, y el posparto cumple con eso a la perfección.
–¿Es la lactancia uno de los temas más controvertidos?
–Es uno de los temas que preocupa mucho a las mujeres porque se genera una expectativa con respecto a la lactancia que, cuando no se consigue, provoca mucha frustración e incluso casi un duelo. Por eso es muy importante el acompañamiento: te has imaginado haciendo determinada lactancia y luego te encuentras con que tienes que sobrevivir porque no es lo que esperabas.
–Vivimos en una era de sobreinformación. ¿Es positivo o negativo para una embarazada?
–Hay mucho acceso a información, pero a veces de fuentes que no son profesionales. Con todo mi cariño, sólo ser madre no te da la potestad de poder guiar a otras en un parto. Lo importante es que la información provenga de fuentes confiables y profesionales.
–El embarazo provoca cambios en el cuerpo. ¿Cómo afectan las redes sociales en este aspecto?
–Tendemos a comparar en muchos ámbitos de la vida y en la maternidad parece que es más exponencial. Cada vivencia es única y las dudas o consejos de salud cuando tengamos esas inquietudes siempre tienen que venir de la mano de un profesional.
–¿Cuál es el mito que más perdura, por más que se desmienta?
–Es difícil, pero uno de los que más existe y que hay que darle visibilidad de que puede no ser así es que tienes que volver a ser como antes. No tienes que volver a ser tú. La maternidad es una experiencia transformadora que te hace ver la vida desde otra perspectiva, ni mejor ni peor. Hay que darle visibilidad a esa transformación tan potente e intensa que hay que transitar para reencontrarte con tu nuevo yo.
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