Manuel Alonso | Fundador de 'Tu mayor amigo'

"El mayor no es un dependiente; vive su realidad y hay que darle soluciones"

El fundador de 'Tu Mayor Amigo', Manuel Alonso, bajo el cartel de la entidad.

El fundador de 'Tu Mayor Amigo', Manuel Alonso, bajo el cartel de la entidad. / M. G.

Manuel Alonso (Asturias, 1962) es un licenciado en Matemáticas que que ha trabajado toda la vida en servicios de seguridad. Por una convicción personal que persigue desde los 26 años, en 2014 fundó la asociación Tu Mayor Amigo con el objetivo de otorgar el espacio social que se merece el colectivo de las personas mayores y poderles dar la posibilidad de ser reconocidos como se merecen. Con sedes físicas en Madrid, Oviedo, Santiago de Compostela y Zaragoza, la entidad ayuda a mayores de toda España gracias a su funcionamiento por internet.

–¿Qué es Tu Mayor Amigo y cuándo nace?

–Es una empresa creada para proporcionar el mayor grado de independencia posible a las personas mayores o con capacidades diversas que pusimos en marcha en 2014, con lo que son siete los años en activo.

–¿Cómo funciona la entidad?

–Lo que hacemos es definir las soluciones de cada una de las personas que solicitan el servicio para cada área. Todos los trabajadores de Tu Mayor Amigo son especialistas profesionales como trabajadores sociales, sanitarios, logopedas, terapeutas, compañía para ir al teatro… etc. Es decir, no funcionamos con voluntarios, sino con profesionales de cada campo que nos permitan generar una solución para cada una de las necesidades específicas.

–¿Cómo ha influenciado la pandemia en vuestro día a día siendo los mayores el colectivo más afectado?

–Mucho. La pandemia llega de forma muy directa al colectivo al que nos dirigimos. De hecho, el entorno recibe un susto importante y considera que cualquier tipo de contacto y relación con el exterior los sitúa en condición de vulnerabilidad y es por ello que desde el principio evitan cualquier tipo de contacto y se encierran en casa, lo que, al tiempo, desencadenó dificultades de relación, una vez terminó el confinamiento. Fue a partir de mayo del año pasado cuando empezamos a ver una mayor recurrencia hacía nosotros y nos empezamos a poner en contacto (a través del teléfono o videollamadas) con todos aquellos que entendíamos que podrían necesitar volver a relacionarse con el exterior de nuevo y les garantizamos que seríamos los más cuidadosos posibles para que no existiera riesgo de transmisión en las casas, pero que había que seguir viviendo. Había que comer, había que socializar, asearse a ellos mismos y a su entorno. Y, sobre todo, había que mantener ese contacto con el día a día para no perder habilidades cognitivas.

"Todos vamos a terminar siendo mayores y por eso entender el valor de esa figura en el entorno familiar es vital"

–¿Cómo se ayuda a las personas mayores en estas circunstancias tan extremas y excepcionales?

–Con respeto. Escuchándolas. Reconociendo que el ser mayor no significa ser dependiente de una Administración, que no es algo que limita sus derechos. El mayor tiene unas necesidades particulares, igual que las puede tener un niño. Y la sociedad tiene que ayudarle a vivir en las mismas condiciones de dignidad que el resto de las personas. El 80% de las necesidades del mayor están relacionadas con la emoción, con lo que le hacemos sentir, y eso está directamente relacionado con el entorno.

–¿Qué es lo que más demandan nuestros mayores en los tiempos actuales?

–Sobre todo, aceptación e independencia. El mayor ahora mismo es un problema y no debe ser vistos así. Reclama no ser un problema, tener su sitio en la sociedad y ser valorados por ello. La realidad es que el mayor pasa de ser el padre/madre de un hijo a convertirse en un problema para ellos, cuando en realidad es una fuente de riqueza. Y además, cuando uno coloca al mayor en una posición de respeto dentro del entorno familiar, en la mayoría de los casos se convierte en la figura del mediador, la persona que mejor entiende a la gente joven, y que aporta el contexto histórico, el pasado, para entender al mundo que nos rodea. Lo único cierto es que todos vamos a terminar siendo mayores y por eso entender el valor la figura del mayor en el entorno familiar es vital.

–¿Qué evolución notan en ellos tras recurrir a vosotros?

–Vemos como, con el paso del tiempo, las personas a las que ayudamos van siendo conscientes de que tienen un impacto social. Se vuelven cada vez más reivindicativos y empiezan a exigir su espacio social, van pidiendo soluciones a sus necesidades, como espacios públicos o bienes de consumo adaptados a sus peculiaridades: como su forma de hacer turismo, de vestir, de ocio, de problemas auditivos, etc... La evolución es muy clara.

– El servicio se ofrece con sede física en Madrid, Oviedo, Santiago de Compostela y Zaragoza, pero también funcionan por internet. ¿Podemos tener mayores amigos en toda España?

–Gracias a las soluciones profesionales para pymes de Grupo QDQ, que han sido nuestro aliado en la sombra y sin cuyo soporte y orientación esta iniciativa habría sido casi imposible, hemos podido llevar a Tu Mayor Amigo a través de internet a todos los puntos del territorio nacional, obteniendo presencia incluso en lugares remotos del país para que cualquier persona que lo necesite pueda acceder a nuestros servicios esté donde esté.

– En Andalucía, casi un 20% de la población está en la tercera edad, ¿están presentes de alguna manera en la comunidad?

–Sí en toda la comunidad. Además, somos una empresa acreditada por la Junta de Andalucía, siendo uno de los puntos desde donde más nos llaman, Málaga.

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