"Es lamentable que algunos líderes se comporten de una forma tan insana y nefasta para el mundo"

Pilar González | Escritora

Pilar González Álvarez publica 'Solo la lluvia', su última novela de ficción tras debutar con libros de autoayuda y una amplia experiencia previa en servicios sociales: "Se están cargando la sanidad pública", avisa

Reyes Vargas | Neurocriminóloga y escritora: "Estamos rodeados de psicópatas"

Pilar González Álvarez, autora de 'Sólo la lluvia'. / M.G.

La sevillana Pilar González publica ‘Solo la lluvia’ (Espasa) tras ganar en 2023 el Premio Amazon Storyteller con ‘Palabras de ceniza’, la segunda novela de su trilogía sobre la detective Julia Soler; y ser finalista del Premio Ateneo de Sevilla en 2019 con ‘Miradas de humo’, el relato que inauguró esa serie de ficción. Antes de todo eso trabajó en el SAS como experta en Psicopatología y con un postgrado en Terapia Gestalt.

Pregunta.–¿Cómo vendería 'Sólo la lluvia' a un potencial lector que por ejemplo llega a su caseta en una feria del libro?

Respuesta.–Es un libro que dicen conmovedor, es lo que me está llegado, bastante sensorial y mezcla bastantes géneros: misterio, thriller psicológico, ficción histórica, intriga, realismo mágico... Hay un cóctel importante. Y habla de temas universales con los que nos podemos sentir identificados, como el destino, el amor platónico, la necesidad de aceptación... Y sus personajes son profundos, atractivos, humanos y reales, y los escenarios también son un poco mágicos. Hay dos tramas que se van alternando, una del presente y otra del pasado. Hay un personaje real, un ilusionista llamado --- que tiene que ver con el pasado, y la protagonista de la trama del presente es la médium Candeloria Navarro, que se puede considerar un don pero para ella es más bien un castigo, una maldición, una condena, porque la aterroriza desde pequeñita y la hace sentirse un bicho raro. Eso va a marcar su carácter y su vida, se siente rechazada.

P.–trilogía con una detective, ahora una médium. Protagonistas femeninos

R.–No siempre, por ejemplo en mi primera novela El espejo … el protagonista es un escritor. Pero sí, después de esa hay muchos personajes protagonistas femeninos. La consternación del olvido, la trilogía y en este caso...

P.–¿Se puede decir que ya es escritora profesional?

R.–Se puede decir. Llevo publicando de manera seguida desde 2015 y en total tendré doce o trece libros, entre autoayuda y novelas. Casi todos los años he ido publicando. Llevo una buena trayectoria.

P.–¿Ahora es lo que quería ser de chica?

R.–Nunca me había planteado ser escritora. Es verdad que escribo desde muy jovencita, pero en aquella época lo hacía como algo personal, para mí, pero sin idea de publicar. Pero cuando decidí hacerlo, eran libros relacionados con mi profesión y lo vi como una forma de que pudiera llegar a más gente las técnicas que yo utilizaba, era una forma de darlas a conocer. Fue lo que me motivó a publicar, y cuando vi que la autopublicación era algo fácil, pensé que por qué no escribir ficción.

P.–¿Cómo ha sido esa transición de terapeuta a escritora?

R.–Ha sido una transición, durante muchos años he compaginado una cosa con la otra. Como cualquiera que tiene un trabajo y en su tiempo libre va sacando tiempo para escribir. Y ahora por suerte puedo dedicarme a escribir solo. También tenía ganas de aparcar mi profesión.

P.–Entonces se ha impuesto la ficción sobre la cruda realidad...

R.–Se ha impuesto, sí.

P.–Usted empezó con libros de autoayuda. ¿Pero quién ayuda al que ayuda?

R.–Hay también terapeutas que ayudan al que ayuda. Yo misma he necesitado en más de una ocasión acudir a psicoterapia. Nos ayudan otros terapeutas y a mí me ha ido muy bien.

P.–¿Es usted buena paciente?

R.–Bueno... Hay de todo. en mi caso digamos que a ratos, vamos a dejarlo ahí.

P.–Usted ganó el premio Amazon y fue finalista del Premio Ateneo de Sevilla… ¿Ganar premios es terapéutico o tiene su peligro?

R.–No sé si lo tendrá para algunos, pero en mi caso no siento que lo haya tenido. Tampoco que sea terapéutico, tan sólo una satisfacción, un reconocimiento... Es agradable, pero no siento que me haya cambiado como persona ni nada. En todo caso me da un poquito de miedo cada vez que escribo porque pienso: ¿Estaré a la altura de lo último? Pero por otro lado no hay nada que me alimente el ego.

P.–Antes decía que leía unos catorce libros al año. ¿Mantiene el ritmo ahora que es escritora?

R.–Leo bastante más que antes. Quizás utilizo más tiempo libre en leer que antes. Puedo tener un poco más, pero le dedico más que antes. Siempre he leído mucho, pero últimamente creo que más.

P.–Usted se especializó en la terapia Gestalt. ¿En qué consiste?

R.–Es la terapia del darse cuenta. Consiste en que la persona tome conciencia de cómo está, qué le está pasando, cómo está su entorno, y en darle herramientas para que sea más capaz de manejar las situaciones que lo están poniendo en dificultad. Lo que pretende es hacer más autónoma y madura a la persona.

P.–Al igual que antes con el libro, ¿cómo vendería la terapia Gestalt?

R.–Diría que es un método bastante efectivo. En comparación con otras terapias es resolutiva en un periodo menor de tiempo. Si lo comparas con el psicoanálisis, el conductismo o terapias parecidas, suele ser bastante más breve el tiempo en el que la persona resuelve sus problemas. Es una terapia que trabaja con el presente, se centra en el presente. Si resuelves en el presente el trauma de hace mucho tiempo, lo tienes resuelto ya para siempre. Se trabaja con el emergente, no hay algo previsto de antemano sino que cada sesión va a ser distinta; se trabaja sobre lo que emerge. Hablamos de salud en general y salud mental, claro. Hay que cuidar lo físico y lo psíquico y lo emocional.

P.–Usted trabajó durante años con muchos usuarios. ¿En sus libros ha construido personajes basados en esa experiencia?

R.–Eso es indiscutible, la experiencia que cada uno tiene la arroja y sí, me viene muy bien a la hora de construir personajes porque me permite darles más profundidad psicológica y hacerlos más veraces, más humanos, que tengan más aristas... Tener esa experiencia y ese conocimiento de las personas, de su psique, ayuda.

P.–También se especializó en psicopatología. Otra escritora nos dijo en su día que "estamos rodeados de psicópatas". ¿Está de acuerdo?

R.–Jajaja... Lo veo un poco exagerado. A pesar de cómo está el mundo, hay mucho psicópata pero tampoco todos. Creo que sí hay más gente normal. Es verdad que vivimos en una sociedad en la que hay muchos estrés y eso termina afectándonos, pero tanto como decir que estamos rodeados de psicópatas me parece un poquito exagerado...

P.–Y viendo cómo está el mundo, ¿recomendaría la terapia Gestalt a alguno de los que son líderes?

R.–Ah, por supuesto, ojalá. Me apena ver, y me parece muy lamentable que los que son líderes se comporten de algunas formas que me parecen muy insanas y nefastas para el mundo.

P.–También llevó talleres de desarrollo personal. Así pues, ¿ha sido coach?

R.–Tampoco lo llamaría así. Más bien conductora del taller, coordinadora... Tampoco me gusta mucho la palabra coach pero sí, es un papel como el de un maestro, en definitiva son talleres en los que las personas se forman, no en matemáticas sino en cómo manejar las emociones. Es un aprendizaje.

P.–¿Siente o ve que las personas tenemos más problemas que antes?

R.–No lo creo. Quizás ahora hay más formas de tratarlos. Los problemas siempre han estado ahí, sólo que ha habido menos conciencia de ellos o no se ha tenido la oportunidad que se tiene ahora para tratarlos, pero los problemas no creo que sean mayores ni menores, han estado ahí y ahora tenemos la suerte de que existen herramientas y capacidad. Me imagino que mis padres o mis tíos también tuvieron esos problemas pero no la oportunidad de ir a alguien que pudiera ayudarlos a solucionarlos.

P.–¿Diría que la sociedad está sana o nada más que regular?

R.–Regular.

P.–El panorama es propicio para volver a los libros de autoayuda...

R.–Por ahora no lo tengo previsto. Fue una etapa y ahora he pasado a esta otra. Aquella lo hice más motivada por la ayuda y porque tenía que ver con mi profesión, pero pasar a la ficción fue algo más de satisfacción personal, es lo que me gusta hacer y ahí estoy de momento. No descarto lo otro porque nunca cierro puertas del todo, pero no lo tengo previsto.

P.–La ficción es más manipulable: usted crea la realidad que quiere.

R.–Ah, claro, jajaja.

P.–¿Tiene constancia de que sus libros de autoayuda, en efecto, ayudaron?

R.–Sí, sí... En alguna ocasión la gente que participaba en estos talleres los había leído y me devolvían sus impresiones y en qué les podían haber servido.

P.–¿Eso es más satisfactorio que ganar un premio?

R.–Son satisfacciones diferentes. Para mí siempre ha sido una satisfacción ver que mi aportación ha podido servir a alguien para mejorar su vida.

P.–¿De la sanidad pública le pregunto o no entramos en esos berenjenales?

R.–Bueno, como quiera.

P.–¿Está mejor o peor que antes?

R.–Ahora mal. Me parece que se la están cargando, cada vez está peor. Antes tardabas un día o dos en pedir cita para tu médico de atención primaria y ahora tardas diez días o dos semanas. Antes un especialista podía tardar seis u ocho meses y ahora tarda dos años. Mal, muy mal. Y luego los profesionales están muy quemados, no se sienten bien tratados ni bien remunerados, falta personal en todos los sitios... Mal.

P.–¿Qué es mejor, un buen libro o un buen 'coach'?

R.–Depende de para qué. Para ayudar a alguien, un buen coach. Para que alguien resuelva alguna situación que le resulte complicada, un buen coach, por supuesto. Y para disfrutar, un buen libro.

P.–Por tanto, para afrontar la realidad un 'coach' y para evadirse de ella, un libro.

R.–Bueno, tampoco tiene por qué ser un libro para evadirse de la realidad. Los libros de autoayuda no tienen por qué evadirte de la realidad. Pero si realmente quieres hacer un cambio en profundidad para resolver o mejorar algo, un terapeuta. Me gusta más terapeuta que coach.

P.–Otra trilogía, pero no destripar nada

R.–No lo tengo previsto, nunca se sabe, pero no es la idea. Cuando escribí la trilogía, desde un principio tenía claro que sería una trilogía y de hecho no publiqué la primera hasta que no tuve la segunda casi casi y la tercera también, porque no sabía y si luego no me sale, no soy de las que planifican. Y en esta la idea es que fuese una novela que terminara

P.–¿Le gustaría que alguna novela suya se convirtiese en película?

R.–Ah, pues claro, me encantaría, a quién no.

P.–¿Qué actrices o actores tiene en mente?

R.–Fantasear sí he fantaseado, pero no sé qué actores o actrices, no les he puesto cara. Pero sería una gran alegría, un sueño, uno de los que me quedan por que se cumplan.

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