La cantante Sílvia Pérez Cruz.
La cantante Sílvia Pérez Cruz. / Alex Rademakers

ARTISTA OLÍMPICA. Sílvia Pérez Cruz (Palafrugell, Gerona, 1983), cantante y compositora –"y bailonga"– está de gira con Canciones preparando su actuación del 8 de marzo en el Olympia de París. Es una artista especial desde que nació, pues ese día nevó en el litoral ampurdanés. Canta de todo, arte que le viene de cuna, y ha hecho sus pinitos en el cine. El jueves estará en el Cartuja Center de Sevilla.

Pregunta.–Como anda regular de la voz la iba a mandar hacer gárgaras...

Respuesta.–Tuve en abril una neumonía fuerte y luego bronquitis, lo pasé fatal. Ya bien. No me mande hacer gárgaras, hombre.

P.–Está de gira con Canciones. No se resume mejor una carrera y una vida.

R.–Cuando me pregunta un taxista qué canto, respondo: "Canciones". Es una gira para preparar el concierto del 8 de marzo en el Olympia de París, el sueño de mi vida.

P.–Según mi novia, su canto es el trino de un pájaro. ¿No sería un petirrojo en su anterior vida?

R.–Es hermoso ese piropo. Siempre se ha cantado mucho en casa. Es la manera de pasárselo bien, de compartir, alegra la vida.

P.–¿Qué canción tararea más en la ducha?

R.–No canto mucho en la ducha, sólo si tengo que estrenar un repertorio nuevo. Qué pena, ¿no?

P.–"El tiempo se para cuando canto", dice. También petrifica al público.

R.–Cuando se para, que no es siempre, es el momento de felicidad máxima. En un mundo tan rápido y estresante, de repente la música me da presencia.

P.–Canta en castellano, catalán, inglés, francés, portugués... ¿cuál es el idioma más musical?

R.–Me gustan el castellano y el portugués, el brasilero, los más gustosos, pero cada idioma tiene una melodía propia y depende de cada una elijo.

P.–La primera vez que cobró por actuar tenía 13 años y ya cuenta con 42. Le da para jubilarse en una década...

R.–No creo, quiero cantar hasta que no pierda la dignidad, que no es poco. Qué fuerte llevar tanto. Suena a vieja, pero es que empecé muy chica.

P.–¿Cuánto le debemos a Serrat?

R.–Ha abierto muchas puertas. En Latinoamérica no sabe cómo lo aman, es maravilloso, la banda sonora de muchas generaciones: una poesía hermosa, un compromiso y una voz también de pajarito. Se le debe mucho.

P.–¿Es de las colaboraciones porque tiene muchos amigos, porque se enriquece con ellas o porque así canta sólo la mitad de la canción?

R.–No he hecho ninguna con alguien que no tenga un vínculo de amistad o de haber conectado antes.

P.–Fue madre con 25 años. ¿Qué tal le ha salido la obra, su niña?

R.–La Lola cumple 18 en febrero. Es mi mejor canción, un escándalo, lo más importante de mi vida. Me tiene enamorada.

P.–Dijo su madre de usted: "Cuestionaba la vida y el amor desde los tres años". ¿De niña ya era muy sensible?

R.–Sí. Vamos perdiendo con los años. Pienso que nacemos con todo y vivir parece que sea intentar perder la menor cantidad de cosas. Se ve que tenía el coco a mil desde chiquita. Y la sensibilidad también.

P.–Su colaboración con Salvador Sobral confirma que cree en la idea de Iberia. ¿Deberíamos mirar más a Portugal?

R.–Absolutamente. Lo hablo con él, crear un puente. Portugal tiene mucha más conciencia de España que al revés. Es precioso. Tenemos que juntarnos.

P.–¿La animó Sobral para ir a Eurovisión? Bueno, aunque España ya no estará presente...

R.–No, ni antes ni después.

P.–La versión de 'Procuro olvidarte' en los Goya fue estremecedora. Sería precioso un disco con canciones de Manuel Alejandro.

R.–Ese momento fue la puerta para animarnos a hacer el disco. Las canciones de ese señor son una maravilla, inmortales.

P.–Usted tiene un deje muy flamenco, ¿a qué cantaoras admira?

R.–Lo conocí tarde. En casa ponían a Lole y Manuel. En Barcelona me inspiró Mayte Martín en el piano. Recuerdo a la Niña de los Peines y a la Paquera de Jerez. A Estrella Morente por el tipo de voz. Tiene mucha nobleza Carmen Linares. Me admira mucho desde dónde se canta. Siempre digo que afinar está sobrevalorado y que lo importante es cantar desde el corazón.

P.–Hábleme del sueño de cantar en marzo en el Olympia de París.

R.–No soy nada de sueños, pero el Olympia sí lo era, imaginarme cantando a Edith Piaf, a Nina Simone… Es un punto de inflexión. Además, es el Día de la Mujer. Dígale a su novia que el petirrojo quiere que vaya a París a verla, será muy especial.

P.–El 'Pequeño vals vienés' es una de las canciones que más le han marcado. Está muy vinculada a Granada...

R.–He vuelto a recorrer Andalucía en furgoneta y la quiero mucho, he aprendido muchísimo...

P.–Ole, ole.

R.–Les doy las gracias. Lorca nos dejó mucha belleza. Canté el otro día el 'Pequeño vals vienés' en Granada y me sigue arrebatando. Me permite algo que me sana mucho. Hace falta energía para cantarla, vas desde las profundidades de los mares a los cielos. No es Andalucía, pero tengo pendiente ir a La Unión, mis bisabuelos eran mineros de allí.

P.–Coja la furgona y va.

R.–Qué graciosa yo, ¿eh? Me he marcado un viajito precioso.

P.–Tiene dos Goyas por la mejor canción original y ha hecho la música para Muy lejos, ¿para cuándo uno como actriz?

R.–Estuve nominada a Mejor Actriz Revelación y rezaba para que no me lo dieran. Fue muy hermoso trabajar en el cine. Si me ofrecen algo muy sencillo que lo pueda cuidar, me lo pensaría. Hay una conexión que me gusta tener con todas las artes porque podemos aprender mucho unos de otros. Soy muy fan de eso, de conversar, y entre las artes hay muchas conversaciones pendientes.

P.–Me dijeron que era seria pero de eso nada.

R.–Seria no, si canto el 'Vals' sale algo profundo, pero me gusta el cachondeo.

stats