Hoy hace 41 años que España contuvo la respiración mientras se encontraba sumida en la incertidumbre de un intento de golpe de estado. En una democracia jovencísima y con dudas sobre el rumbo que iría tomando el país, el teniente coronel Antonio Tejero, al frente de doscientos guardias civiles, irrumpía en la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo.

"¡Quieto todo el mundo!", estas fueron las palabras que eligió Tejero para su entrada en el Congreso de los Diputados. Consiguió entrar en el edificio sin que los agentes opusieran ningún tipo de resistencia y por razones que se desconocen (al menos la ciudadanía de a pie), el circuito cerrado de cámaras del Congreso no se encontraba operativo.

Gutiérrez Mellado se alzó de su escaño para hacer frente a los asaltantes, estos le zarandean. En ese momento Gobierno y diputados pasan a estar "secuestrados". En esos momentos, Milans del Bosch se comunicaba por teléfono con diferentes capitanes generales. Pero es el rey Juan Carlos I quien habla también con estos mismos militares y les convence de no actuar contra la legalidad. Gran parte de estos hombres negaría posteriormente, tras el fracaso del golpe, haber recibido estas llamadas por parte del teniente general Milans del Bosch.

Por otra parte, el general Juste, ya preparado para tomar Madrid al frente de la División Acorazada Brunete, hace una llamada al secretario del rey, Sabino Fernández Campo. En esta comunicación le pregunta si el general Armada se encuentra en ese momento en el palacio de la Zarzuela. Fernández Campo responde "no está ni se le espera". Una afirmación que deja claro que el monarca no apoya el golpe. A pesar de este gesto, Juste dio marcha atrás únicamente ante las órdenes del capitán general de Madrid, Quintana Lacaci.

Milans del Bosch saca los tanques a las calles de Valencia

En Valencia, el siguiente paso del general Milans del Bosch, es imponer el toque de queda y sacar a la calle los tanques, que apuntan a lugares estratégicos como el ayuntamiento o la Delegación del Gobierno.

El general Alfonso Armada se presenta en el Congreso. Intenta convencer a Tejero de que ponga fin al secuestro del Parlamento. Por otro lado, se propone él mismo como jefe de un gobierno con ministros de todos los partidos políticos. La respuesta de Tejero es rotunda: "Yo no he asaltado el Congreso para esto". 

Mensaje del rey Juan Carlos a los golpistas

A la 1:15 de la madrugada, el rey Juan Carlos aparece en televisión vistiendo su uniforme militar de capitán general y lanza un mensaje rechazando el golpe. Ya desde primera hora de la mañana del 24 de febrero, algunos guardias civiles comienzan a entregarse ante la Policía Nacional.

En torno a las 10:00, las diputadas empiezan a abandonar el Congreso. Dos horas y cuarto más tarde Tejero se rendiría y dejarían el Congreso los diputados. La democracia española ha pasado su primera gran prueba, y el golpe de estado ha fracasado.