Cajas de Cola Cao enterradas con 250.000 euros

Cajas de Cola Cao enterradas repletas de billetes, una soprano que ameniza actos comerciales, sobrasadas que entran de contrabando en China y fotos de un conseller disfrazado de oriental. El caso Scala son estos hechos esperpénticos, pero también el saqueo corrupto de millones de euros públicos. Poca risa.

La imagen de unas viejas cajas de Cola Cao extraídas de la tierra del jardín de un chalé quedó grabada en la memoria de los mallorquines como el símbolo de la más burda corrupción. Su dueña, la ex gerente del Consorcio para el Desarrollo Económico de Baleares, Antonia Ordinas, desveló a los investigadores dónde escondía decenas de miles de euros procedentes de comisiones ilegales.

Esas cajas, exhibidas como prueba en el juicio, podrían haber sido la metáfora grotesca de una parodia sobre políticos sin escrúpulos, pero eran tan reales como los 250.000 euros que contenían. El vodevil incluía también a una cantante de ópera, pareja sentimental de Ordinas, Isabel Rosselló, contratada una y otra vez para dar la pátina de alta cultura a las promociones que el Consorcio organizaba para vender cualquier producto balear en cualquier lugar del mundo. Ya fueran zapatos o quesos, allí estaba Rosselló para marcarse un aria.

Bajo el mandato del ex consejero balear e Comercio, Josep Juan Cardona, el Govern balear llevó a cabo una ofensiva de difusión comercial sin precedentes que le obligó a viajar por medio mundo para promocionar desde calzado y ropa confeccionados en Baleares hasta los vinos y quesos que da la tierra insular. Cardona, el gran embajador, tenía querencia por China, a donde viajaba con enormes comitivas y donde llegó a ser extorsionado por unas fotos comprometedoras.