Marruecos frena a otro millar de subsaharianos en la valla de Melilla

Los presidentes de la ciudad autónoma y de Ceuta reclaman un pacto de Estado de inmigración y más implicación a la UE

Efe Melilla

28 de marzo 2014 - 05:05

Marruecos impidió ayer que más de mil inmigrantes de origen subsahariano se aproximaran a la valla de Melilla.

Según fuentes policiales, durante toda la madrugada del jueves se avistaron distintos grupos de inmigrantes, pero ninguno de ellos logró llegar al vallado perimetral. En el lado español, se desplegó también un amplio dispositivo policial, en el que participaron Guardia Civil y Policía Nacional.

Los gobiernos de Ceuta y Melilla acordaron ayer una postura común para demandar soluciones ante la extrema presión migratoria que padecen las dos ciudades autónomas, ya que constituyen la frontera sur de Europa en el continente africano.

El presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas, y dos de sus consejeros, se reunieron con el presidente melillense, Juan José Imbroda, una cumbre que se repite periódicamente, pero que esta vez estuvo marcada por la inmigración.

El coronel jefe de la Guardia Civil, Ambrosio Martín Villaseñor, explicó a los dos presidentes autonómicos en el puesto fronterizo de Beni Enzar cómo fue la aproximación del millar de inmigrantes. Además, les aseguró que en las proximidades de Melilla, en el monte Gurugú, hay otros 2.000 inmigrantes "en disposición de bajar" para intentar acceder a la ciudad autónoma.

Ceuta y Melilla reclaman un pacto de estado en materia de inmigración que incluya la revisión y actualización de la vigente Ley de Extranjería para adaptarla a las circunstancias actuales, así como una mayor implicación de la UE ante este problema.

Los dos mandatarios autonómicos defendieron ayer que las fronteras son "necesarias" y, por este motivo, tienen que ser "seguras y respetadas", aunque resaltaron que, ante el drama humano de la inmigración, lo que cabe es "solidaridad, compasión y actitud humanitaria".

En este contexto, tanto Imbroda como Vivas mostraron su apoyo y respaldo a la defensa fronteriza que desarrollan en las dos ciudades la Guardia Civil y la Policía Nacional, "en condiciones de extrema dificultad y de mucha presión". "No es un problema de las dos ciudades autónomas de Ceuta y de Melilla. Es un problema de Europa y, por tanto, se sobresale de nuestras posibilidades y de nuestros límites para convertirse en lo que es, un problema europeo", afirmó Imbroda.

Sobre la colaboración de Marruecos, tanto Imbroda como Vivas incidieron en la necesidad de que siga manteniéndola, sobre todo de cara a la lucha contra las mafias que se lucran traficando con seres humanos.

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