Pineda de Mar no es, precisamente, un pueblo independentista. Su alcalde, Xavier Amor, hijos de malagueños, es militante del PSC, casi como toda la corporación. Él no participó en el referéndum del domingo, la localidad barcelonesa vivió la consulta sin ninguna alteración, pero desde el lunes por la noche es uno de los epicentros de la revuelta independentista.

El alcalde de Pineda asegura "estar muy preocupado por la convivencia"

En declaraciones a este medio, Amor negó que hubiera amenazado a la dirección de dos hoteles donde se alojan policías nacionales con el cierre si éstos no salían. "Lo que estoy es muy preocupado por la convivencia", indicó.

La empresa Checkin, propietaria de los hoteles Montpalau y Pineda, había indicado al principio de la mañana que recibieron la amenaza de un cierre de cinco años si no echaban a los agentes. Ya por la tarde, en un comunicado conjunto, de empresa y Ayuntamiento, se explicó que el comportamiento de los agentes había sido correcto, aunque se anunciaba su salida para ayer por la tarde, aunque estaba previsto para el día 5 de octubre.

Los sucesos comenzaron el lunes por la noche, cuando tres centenares de independentistas se concentraron en las puertas de los hoteles para protestar por el alojamiento. Un escrache en toda regla, que fue contestada por los agentes. "¡Que nos dejen actuar! ¡Que nos dejen actuar!", respondieron los agentes, que también cantaron "yo soy español, español" y dieron vivas a la Guardia Civil y a la Policía Nacional.

Al mediodía de hoy estaba previsto que los agentes dejasen los hoteles. En Calella, el otro municipio de donde se han tenido que ir la guardia civil, pasó algo similar, escrache y respuesta. En ese caso, la alcaldesa, Monserrat Candini, del PdeCAT, sí solicitó la salida de los agentes.

En esta población, los cruces de acusaciones entre los agentes alojados y los manifestantes fueron más grave, ya que llegaron a enfrentarse en la calle. Fueron los mossos quienes actuaron de intermediarios para detener la bronca.