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Festival de Cine Sevilla

El fenómeno fan precede al tedio

  • Colin Farrell, Paz Vega y Christopher Lee abren el certamen con 'Triage', en una velada que premió a Vittorio Storaro y Sören Staermose · La gala cansó al auditorio por su larga duración y el exceso de contenidos

El fenómeno fan llegó ayer al Sevilla Festival de Cine Europeo con la presencia del irlandés Colin Farrell, que se detuvo a calmar la excitación de sus admiradoras firmando unos cuantos autógrafos en las puertas del Casino de la Exposición. Farrell inauguraba el certamen con la proyección de Triage, un trámite en el que le acompañaban la sevillana Paz Vega y el memorable Christopher Lee, coprotagonistas de la cinta; incluso sir Ben Kingsley asistía al acto, pero todos desconocían que tendrían que afrontar, esa misma velada, uno de los papeles más difíciles de toda su carrera: aguantar con estoicismo una gala de más hora y media en la que los premios y los recorridos por las diferentes secciones parecían amontonarse, en una ceremonia tediosa con miedo al vacío: un homenaje al director de fotografía Vittorio Storaro, un recuerdo a Paul Bowles o el reconocimiento de la industria al productor Sören Staermose se sucedían mientras también había cabida para un par de números musicales, múltiples vídeos sobre la oferta preparada para estos días y la excesiva presencia institucional que es característica de la cita. El alcalde de la ciudad, que entregó dos de los premios, declaró sin reparo que "Sevilla no es Berlín ni es Cannes, pero aspiramos a serlo y podremos si seguimos en esta senda".

Pese a todo, la gala deparó ciertas sorpresas y confidencias. Carlos Saura rememoró que tuvo su primer encuentro con Storaro en Kioto, gracias a la sabiduría de Juan Lebrón, que intuía que sólo un cinematographer como Storaro podía abordar un proyecto como Flamenco; un Storaro agradecido declaró tener Sevilla "muy cerca del corazón" y oler "un perfume de cine" gracias a Saura. El humor estuvo presente en algunos destellos: el presidente del jurado, Nicolas Roeg, anunció sobre el equipo con el que iba a convivir que "seguro que nos peleamos un poquito, espero que sobrevivamos"; la actriz Anne Consigny interpretó con desparpajo unas palabras en español pese a desconocer el idioma; y Richard Horowitz resaltó de Paul Bowles que era "un travieso" -también soltó alguna palabra más sonora- que se "portaba fatal". Y Sören Staermose, responsable de trasladar a la gran pantalla la serie Millennium, afirmó que "para un productor, recibir un premio es muy raro". También en castellano, Staermose dijo tener "el corazón bailando flamenco" y recordó un tanto conmovido al malogrado Larsson, "un guerrero sueco que luchaba por el feminismo".

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