Pedro G. Romero asegura que en algunos momentos del rodaje de Siete Jereles, la película en la que vuelve a conformar una singular alianza con Gonzalo García Pelayo, los integrantes del equipo llegaron a sentir "incluso placer físico" por la aventura y el desafío que les brindaba el Jerez lluvioso, noctámbulo e imprevisible que retratan en su filme.

El largometraje, que puede verse como una obra complementaria a Nueve Sevillas, que el mismo tándem estrenó en 2020, surgió del comentario inocente de un sobrino de García Pelayo. "Tito, la película me ha gustado mucho, pero en Jerez hay más caballos y más flamencos", le dijo el familiar sin saber que aquello dispararía la imaginación de los realizadores. "Aunque se repite el esquema, allí eran nueve versiones de Sevilla desde el flamenco y aquí son siete versiones de Jerez desde el flamenco, hay cambios sustanciales en esta propuesta", apunta Romero, "como el hecho de que sea una película nocturna y que contemos con un director de fotografía como Álex Catalán, que nos hacía falta para los planos secuencia que queríamos llevar a cabo".

Pedro G. Romero, al que el productor Gervasio Iglesias describió como "un esteta, pero también un filósofo de sensibilidad underground", defendió que en la película dan cabida a los artistas "de los que se olvida el Festival de Jerez, los que no están publicitados", que perpetúan las esencias, "la potencia que ya se veía en el mítico programa de Rito y geografía del cante, pero mirado desde otros sitios. Aquí están quienes queríamos desde el principio, y si no está el candidato inicial está su hermana, que en Jerez casi todos son familia y todos tienen talento".

Para el codirector –el único que acudió al estreno en el Festival de Sevilla: Gonzalo García Pelayo está atendiendo otros compromisos en Argentina–, Jerez es "una ciudad más viva que Cádiz y que Sevilla", donde uno se puede topar con destellos del mejor flamenco. "Coincidimos con un guitarrista, Claudio Bohórquez, profesor de composición y de violín que nos tocó una falseta inspirada en Ligeti a la que yo no daba crédito, algo de un concierto de una sala de primera, un tipo galáctico. Y escenas así se repetían a menudo. Alguna vez, en un bar, venía alguien a pedir y cantaba una seguiriya, y yo le preguntaba al camarero cautivado: ¿Pero este quién es?". Para Romero, Siete Jereles, que forma parte del proyecto El año de las 10+1 películas, es una obra "sutil, con muchas capas. Si la ves por segunda vez, le encuentras 23 cosas que no habrías imaginado".