La lección de lealtad del perro de Bush
Muerte de George Bush
La imagen del can, que no se separa del féretro del ex presidente, ha dado la vuelta al mundo.
Tras fallecer el viernes, George H.W. Bush ha sido recordado y homenajeado de numerosas maneras pero, sin duda, la de su perro, Sully, ha sido la más conmovedora. El can, de raza labrador, ha pasado dos años junto al ex presidente estadounidense y le ayudaba con las labores diarias debido al parkinson que padecía. Ahora no se separa de su féretro, como puede verse en la foto publicada por el portavoz de la familia, Jim McGrath, y también por el propio hijo del finado, George W. Bush.
"Misión cumplida", reza McGrath junto a la emotiva imagen, que ha dado la vuelta al mundo. "Por mucho que nuestra familia vaya a echar de menos a este perro, nos reconforta saber que llevará a su nuevo hogar la misma alegría que trajo al presidente 41", afirma por su parte el hijo del fallecido. Sully está entrenado para realizar múltiples tareas, incluyendo descolgar el teléfono o ayudar a encontrar objetos.
El futuro de este labrador estará lejos de la familia Bush a partir de ahora, puesto que volverá al centro VetDogs, donde permanecerá durante la Navidad para luego ser trasladado al Programa de perros del Centro Médico Militar Nacional Walter Reed en Maryland. Sully fue bautizado con este nombre en honor al ex piloto Chesley B. Sullenberger, apodado Sully, y que salvó la vida de 155 personas en el 2009 al ser capaz de aterrizar un avión en el río Hudson. Sea cual sea el nuevo dueño que se le asigne, no cabe duda de que seguirá ayudándole y queriéndole tanto como hizo con Bush.
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