Pasarela

Cayetano Rivera y Eva González, marido y mujer

  • El torero y la modelo protagonizan una ceremonia clásica con Rolls, chaqués, guantes y pamelas, en la que el novio fue de azul y la novia, muy sencilla, con un velo eterno y la espalda bordada.

Aunque el sol no era de justicia, las pamelas reinaron en la boda de Cayetano Rivera y Eva González, una ceremonia clásica con Rolls, chaqués, guantes y stilettos, en la que el novio fue de azul y la novia, muy sencilla, con un velo eterno y la espalda bordada. Los dos coincidieron en la sonrisa. Una soleada mañana de unos 20 grados de temperatura ha acompañado al torero y a la modelo y presentadora que han contraído matrimonio rodeados de casi 400 invitados en la parroquia Nuestra Señora de la Asunción de Mairena de Alcor (Sevilla), pueblo de la novia.

A pesar de que las pamelas son el complemento ideal de una boda en primavera y verano, el buen tiempo ha animado a que, en pleno otoño, las señoras se hayan decantado por lucirlas en todo su esplendor. Elegante y distinguida la de Lourdes Montes, generosa y rotunda la de Viky Martín Berrocal; de ala ancha, en tonos azules, la de Pastora Soler o plana y ladeada la de la modelo Elizabeth Reyes.

Dos de las grandes amigas de la novia, Raquel Revuelta y María José Suárez, optaron por el tocado lady. La primera en fieltro negro y la segunda en tono beige, en seda con redecilla sobre los ojos, ambas con guantes como manda el protocolo. Raquel Rodríguez, exmiss España, y otra de las grandes amigas de la novia apostó por un vestido en pedrería y elegante sombrero con rejilla sobre el rostro.

Atrevida fue la apuesta de Samantha Vallejo-Nájera, compañera de programa de Eva González en MasterChef, encargada de coordinar el menú del enlace, que lució un sombrero-plato en tonos fucsia y naranja que casi recordaba a una de sus recetas. Los cuadros estuvieron presentes en el chaleco de tartán de Pepe Rodríguez y en el chaqué del torero José María Manzanares, que acudió con su esposa Rocío Escalona, de las pocas invitadas que no cubrió su cabeza, lució su melena suelta, vestida de encaje.

El torero que, después de un tiempo de reflexión, ha regresado al albero para quedarse, lucía un chaqué diseñado por la línea exclusiva y a medida de Armani, un modisto al que le une una gran amistad, desde fue imagen de la firma en 2007. Llegó sonriente, minutos antes que la novia, del brazo de su suegra, Encarnación Fernández, que lucía un vestido verde hasta el tobillo y mantilla negra, momento en el que sin duda, tuvo muy presente a la su madre, Carmina Ordóñez, quien le acompañó en su primer enlace con la asturiana Blanca Romero.

Exultante, feliz y emocionada, Eva González, llegó en un Rolls Royce, apenas decorado, y caminó hacia el altar acompañada del padrino, Curro Vázquez, apoderado del novio, pues su padre falleció hace dos años, luciendo un vestido de Hervé Moreau, director creativo de Pronovias, que ha confeccionado para ella los dos modelos que lucirá en este día tan especial. El traje de ceremonia estaba confeccionado en seda y crepé, de cuerpo ajustado con escote barco y manga larga y tres metros y medio de copa.

El cuello barco se abría a una espalda en V, con un delicado bordado de nudos franceses y rebrodé, de seda sobre tul cristal, que cerraban doce pequeños botones. Un moño bajo, cuajado de pequeñas flores blancas, sostenían un velo de tul de varios metros que le caía sobre el rostro y la espalda.

Los novios se intercambiaron unas alianzas de oro de la firma Suárez, que también ha creado para la novia un broche con 254 diamantes. El ramo, de tallo largo, estaba compuesto de rosas blancas. El segundo de los vestidos que lucirá durante el banquete, acompaña como complemento una chaqueta de cordero rasado blanco de Elena Benarroch.

Amigos y familiares han querido acompañar a la pareja durante la ceremonia oficiada el párroco, Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp, quien sonriente, fue retratado como el resto de los invitados. Los hermanos del novio arroparon con su presencia a Cayetano. Francisco Rivera, con chaqué azul marino y chistera, apareció del brazo de su mujer, Lourdes Montes, vestida por Roberto Diz y dejaron a la pequeña Carmen en casa.

También acudió su hermano Kiko Rivera, hijo de Isabel Pantoja y Paquirri, sin su pareja Irene Rosales, y Julián Contreras, hijo de Carmina Ordóñez y Julián Contreras, que se excusó en las redes sociales por acudir con traje con una divertida frase: "Abrir una invitación, puede evitar que vengas a una boda de chaqué, en traje...". Con su enlace, la pareja cierra un año lleno de éxitos profesionales para ambos, y con la satisfacción de ver colmado su deseo de contraer matrimonio, después de siete años de relación, que no han estado exentos de altos y bajos. Su última ruptura duró casi un año, tiempo en el que la pareja se volcó en proyectos profesionales, ella, mientras que él desveló su vertiente más solidaria con una vuelta al mundo.

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