Isabel habla claro

En 1971 se casó embarazada por el que dirán, pero no se veía preparada para su matrimonio con Julio Iglesias. Quería a Carlos Falcó, pero "se le cruzó" por delante el entonces ministro Miguel Boyer y sintió un flechazo que aún perdura. Isabel Preysler, por muy pública que haya sido su vida, ha solido reservar detalles tan extremos de su existencia, entregada siempre a las especulaciones de los cronistas. La princesa de las revistas, siempre portada desde que se comprometiera con Julio Iglesias, y que ha cumplido 45 años de su llegada a España, ha hablado para la revista Vanity Fair y ha contado en esta ocasión 'más de la cuenta'.

La madre de Tamara Falcó y Enrique Iglesias también ha hablado de la muerte de sus hermanos, tragedias de las que nunca se ha pronunciado. No era por frivolidad, ni por aparentar ser una mujer ligada al lujo y a lo banal, siempre ha querido reservarse una parcela intocable. También ha llevado con reservas la delicada salud de su marido, que se ha recuperado de un ictus de manera muy favorable, pero aún se recupera de la muerte de su hermana Beatriz, víctima de un cáncer de pulmón en 2011; y de su hermano Carlos, por la misma enfermedad, en 2013.

Sobre su matrimonio con Julio Iglesias, al cabo de cuatro decenios Preysler revela sin ambages que se casó porque estaba embarazada de Chabeli. Esta precipitación dejó el amor sin madurar y fueron unas responsabilidades que Isabel admite ahora que le llegaron de forma prematura. "Entonces parecía una tragedia no pasar por vicaría. El cura que nos casó el 20 de enero de 1971 declaró que nunca había visto a una novia llorar tanto en su vida", relata en primera persona la protagonista, que reconoce que estaba deprimida con una boda con la que no contaba en ese momento. Sus años de matrimonio con Julio, ahora en la lejanía del tiempo, los contempla con felicidad. "Julio se comportó de forma adorable conmigo hasta el final", asegura, pero cuando le pidió el divorcio fue todo un drama, aunque sabía que el cantante, ya con una vida muy frenética con sus actuaciones por todo el mundo, no le era fiel.

Afronta también su amistad con Carmen Martínez Bordiú ("ambas éramos jóvenes y liberadas") y que se distanciaron "por una tontería", porque ella no salió en defensa de Chabeli. Preysler reconoce que es muy rencorosa y de ahí que años después se distanciara de quien fue su mejor amiga.

Su relación con Carlos Falcó, "un hombre muy cosmopolita", la refinó y le permitió tener libertad para una vida social más intensa, frente a Julio, que era "posesivo". Y Miguel Boyer "se le cruzó por el camino". "No fue culpa de Carlos, fue mía. Me enamoré", confiesa ahora quien dejara caer ríos de tinta sobre su relación.