El diestro Juan Ortega se encuentra en su domicilio de Sevilla, en el que vivía con su novia, la cardióloga jerezana Carmen Otte, reflexionando sobre su situación personal tras cancelar la boda prevista este sábado y dejar estupefactos a los 500 invitados y a la opinión pública en general. Justo cuando este torero hispalense vivía un dulce momento profesional iba a dar este paso en su vida privada que ha zarandeado a todo su entorno y lo ha colocado en las portadas más allá de su labor en los ruedos.

El maestro de 33 años dejó el hotel Bodega Tío Pepe de Jerez tras comunicar por teléfono a su novia, apenas una hora antes del enlace previsto al mediodía, que debido a las dudas que tenía sobre su futuro, prefería no dar el paso a un compromiso definitivo. Fue el padre del diestro el que lo comunicó a varios invitados y la confirmación se anunció en la iglesia jerezana de Santiago donde se iba a celebrar el enlace.

El sacerdote leal a la familia que iba a oficiar la ceremonia ya sabía lo que iba a ocurrir porque Ortega le comentó en la mañana del sábado lo que sentía y la encrucijada a la que se encontraba. El religioso le recomendó que siguiera el dictado de su corazón y su coherencia ya que no se sentía preparado para casarse. Una dolorosa decisión del diestro que se habría sentido ante el abismo con un enlace "para toda la vida", como rubrica un vínculo matrimonial por la Iglesia. No habría aguantado esa presión personal y pese a que en la noche del viernes había vivido junto a su novia Carmen Otte la fiesta preboda. El padre del novio ha querido destacar "la valentía" de su hijo para llegar a esa conclusión.

La familia de la novia exige que el diestro se haga cargo de todos los gastos de la celebración truncada, una justa compensación parcial a todo el sufrimiento y bochorno que está viviendo la novia, de igual edad que el contrayente, y su entorno. Las "dudas" tienen un coste en metálico de unos 90.000 euros, informaba el programa Y ahora Sonsoles.

Juan Ortega en una de sus faenas

Esa cantidad son de todos los servicios acordados para la celebración ya que ninguno pudo anularse al haberse producido todo casi minutos antes de la hora prevista para darse el sí quiero. Desde la familia de la novia se va a pasar factura de todo lo gastado en vestuario y el precio del catering y todos los profesionales previstos para la fiesta anterior y posterior, como los fotógrafos, los food trucks o los djs. Los gastos de hotel y viajes de los allegados o el viaje de novios que no se va a celebrar son otros de esos cargos a los que Juan Ortega deberá hacer frente. El diestro ya comunicó su intención de asumir todo lo que es un verdadero drama personal que ha dejado en la conmoción a la familia de su hasta ahora pareja y de la suya propia.