La siesta empieza a ser un negocio rentable
Los 'siestódromos' ofrecen un lugar en el que descansar o dormir un rato breve durante el día
El sueño de muchos, rentabilizar la siesta, ya es una realidad. Acaba de llegar a Madrid tras su auge en ciudades como Nueva York, París, Londres, Bruselas o Tokio y ya tiene clientes habituales, pero desde que Siesta & Go aterrizó en la capital el siesting está aún más de moda.
Ese rato relajado, perezoso, después de comer, ya no es un problema si no puedes volver a casa hasta más tarde, estos locales ofrecen cama, café y revistas por un módico precio: todos los ingredientes para una siesta perfecta.
Aunque este es el primer establecimiento especializado en siesting que llega a nuestro país, hay hoteles que ofrecen opciones especiales para alargar la estancia hasta la hora de la merienda o para pasar en ellos el tiempo de la siesta por el precio de una noche. No podría ser de otro modo en el país donde dormir la siesta es algo casi sagrado.
A pesar de la amplia tradición que avala al sesteo español, especialista en cargarnos las pilas para el resto de la tarde, no todos pueden tomarse este pequeño descanso. Mientras la vida se vuelve cada vez más ajetreada y los horarios se complican aún más, volver a casa a comer para muchos no es una opción. Es así como, tras la comida casera, perdemos también la posibilidad de echarnos una siesta.
En Siesta & Go los clientes pueden elegir si desean una habitación individual o tan solo una litera, más económica; el rato que dormirán o si prefieren sentarse en un sillón con un libro o una revista; tienen café y unas babuchas y pueden dormir o no, pero lo que es indiscutible es que disfrutarán de un rato relajado y relajante para afrontar con fuerzas renovadas el resto del día.
En el negocio de la siesta España no es, precisamente, de los pioneros. Las ciudades con un ritmo de vida más frenético han sido las primeras en acoger de buena gana esta idea, creándose toda una cultura de la siesta en los países con menos cultura de siesta.
En Tokio, por ejemplo, los establecimientos que se dedican a estos menesteres son de lo más variado y cuentan ya con un mercado consolidado y un público amplio y muy fiel, que demuestra probablemente lo que en España ya se sabe: que la siesta es adictiva. En la masificada ciudad por excelencia nipona, hay locales, incluso, solo para mujeres, dentro de la gama de especializaciones de este negocio floreciente.
Más cerca, una compañía francesa ha creado el concepto de Nap Bar, un "bar de siestas" que ha exportado a Dubai, donde se ha probado con éxito. Una taza de té de hiervas, aceites esenciales para dormir, una almohada y un poncho en el que arrebujarse para coger el sueño, el Nap Bar ofrece un espacio cómodo y, por supuesto, insonorizado y alejado de la tecnología y su mayor representante: el smartphone, que hay que apagar antes de entrar en este pequeño paraíso del sueño.
Los primeros pasos en Madrid para conseguir un mercado estable en el negocio del siesting muestran un panorama optimista y, aunque aún no haya competidores sólidos, estas iniciativas no tienen visos de desaparecer o caer en saco roto: cada vez son más conocidas.
A la espera de que se extiendan a más ciudades, de momento habrá que conformarse con Madrid, donde el ajetreo de las oficinas facilitará especialmente la proliferación de clientes. Y es que... ¿quién no necesita un descanso a lo largo del día?
No cabe duda: los siestódromos han llegado para quedarse y, más que nunca, han puesto de moda la siesta que tanto nos gusta.
También te puede interesar