Meryl Streep ha hecho gala de elegancia, estilo y sobre todo de capacidad de gestionar el estrellato con brillantez y humildad en una estancia en Oviedo con la que pocos premiados con el Princesa de Asturias han podido dejar una huella igual durante todos estos años. En  su discurso vibrante también mostró que el trabajo de actriz y estrella de Hollywood va mucho más allá de estar en el plató y lucirse ante los fotógrafos.

La camaleónica intérprete a sus 74 años ha impresionado a todos los asistentes y ha asombrado a todos los seguidores que la han visto de cerca en Oviedo. Pero en esta ocasión, en esta visita a España, se ha percibido que no estaba a su lado su marido, el artista plástico Don Gummer, padre de los cuatro hijos de la actriz. Esta ausencia ha revelado la separación matrimonial de una pareja que llevaba 45 años unida, un registro casi sin igual en Hollywood, pero a su vez se ha detallado que esa separación se había fraguado hace seis años, ruptura que llevaron con toda discreción y sin dar pábulo a los medios.

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Un portavoz de la pareja ha informado este fin de semana que esa prolongada etapa de separación por la que Streep y Gummer "habían tomado caminos separados".  Quien ha acompañado a la oscarizada actriz a los actos oficiales en la capital asturiana ha sido su hermano, pintor, Harry W. Streep.

La actriz y el escultor formaban una pareja con una relación que parecía imposible deteriorarse pero finalmente al cabo de cuatro decenios juntos el vínculo hizo aguas.

La historia Meryl Streep con John Cazale

Meryl Streep con John Cazale en 'El Cazador'

Mery Streep y Don Gummer se casaron en 1978, en el inicio del estrellato de la protagonista de El Cazador (The Deer Hunter), una película donde también participaba su primer amor, John Cazale. Un cáncer se llevó prematuramente a este intérprete con carisma que cuenta con un palmarés insólito. Sólo intervino en cinco cintas de Hollywood, pero cada una de ellas fue nominada a mejor película del año. Sus trabajos fueron siempre en títulos que acapararon premios y pasaron a la historia, sobre todo de la mano de uno de los directores más importantes de esas décadas, Francis Ford Coppola.

Cazale, cuya carrera en primer línea se extendió por sólo siete años, entre 1971 y 1978 , intervino en El Padrino y en El Padrino 2 y entre estas cintas del cineasta, otra más, La conversación.  Quien sugirió que le contratasen para la película de los Corleona fue Richard Dreyfuss. En 1975 también actuó en Tarde de perros, con Al Pacino, de Sidney Lumet, con la que estuvo nominado al Globo de Oro en interpretación secundaria, y tras regresar al teatro tres años después se estrenaría el mastodóntico proyecto de El Cazador, de Michael Cimino,  donde Cazale coincidió con Streep. Esta película se ha mantenido con fuerza con el paso de los años, cómo la guerra de Vietnam les cambia la vida, de manera diferente, a un grupo de amigos, obreros de una fundición de origen ruso. Durante el rodaje de El Cazador se conocía su grave enfermedad y se rodaron sus escenas con antelación, con plante de su pareja y del director de la película si no se atendía esta petición. De Niro garantizó que él pagaba los gastos en caso de que hubiera que cambiarse de actor por su fallecimiento.

John Cazale tuvo Una carrera breve en el cine tras una extensa experiencia en el teatro, en una vida truncada a los 42 años, y con un recuento de títulos que ningún otro intérprete puede igualar.

Streep estuvo a su lado en los últimos meses de su enfermedad. Se volcó por completo en su amor, cuyo cáncer estaba derivado de un tabaquismo furibundo. La actriz vivió una dura prueba a su lado.

En el duelo de su pérdida conocería en Nueva York a quien sería su marido. La historia ahora con Don Gummer ha concluido en lo sentimental, y en el horizonte, el recuerdo de la persona que realmente los unió, Cazale.