En 'El Hormiguero'

Tamara Falcó aclara en su versión del vestido nupcial cómo se la ha jugado a las diseñadoras

Tamara Falcó este jueves en 'El Hormiguero'

Tamara Falcó este jueves en 'El Hormiguero'

Tamara Falcó es de los contados españoles que disponen de una parcela asegurada en el prime time para dar la versión de lo que sucede. En este jueves en El Hormiguero iba a justificar cómo se produjo la ruptura con la firma Sophie et Voilà que iba a confeccionar su vestido de novia. La han dejado plantada por sus exigencias que rozaban el plagio absoluto, aunque Tamara asegura que simplemente el vestido propuesto "no le gustaba". Las diseñadoras vascas, que habrían acordado pagar 150.000 euros por vestir a la novia del año, rompieron el acuerdo sin poder poner en contacto con la afectada, tras tantas tiranteces. En ese momento Falcó decía que le había pillado desprevenida esa cancelación.

Motos dejó hablar a Tamara, para que así anoche diera su versión con toda la atención de la audiencia curiosa. "Empezamos con estas señoras. Y tenía en mente un vestido, tenía esa inspiración", rememora la marquesa. "Vinieron a casa (de Isabel Preysler) y Juan Avellaneda y Blanca Unzueta y la primera prueba fue muy satisfactoria", recuerda. El problema estribó, según defiende Tamara Falcó, en que reveló que ese futuro traje nupcial era una "inspiración" y  las diseñadoras se molestaron por lo que cambiaron el modelo inicial. "En la segunda prueba el vestido había cambiado completamente", asegura Tamara Falcó, que salió vestida ante su madre, que "al ser muy exigente" y se indignó con el cambio inesperado. Ya no era el vestido de "inspiración" que habría pedido copiar. Con el modelo del cambio "no se veía",  "con unos volúmenes" que no eran adecuados. "Fue muy incómodo y todo fue mal", reconoce ahora Tamara en el momento de entrar en ruptura con Sophie et Voilà que se produjo ya semanas después.

Tamara dice que gracias a sus abogados ha podido prevenir este desastre: "había una cláusula de un contrato de imagen, pero si no me gustaba el vestido, no me lo ponía", por lo que ahí estaba respaldada para tomar a decisión de no aceptar cambios  pero sobre todo cualquier roce o inconveniente con los diseñadores elegidos. Si se da la excusa subjetiva de que "no le gusta" se puede producir una ruptura de la condiciones. 

"Se torció la cosa, me desanimé. Todo fue super-crudo", ha lamentado Tamara Falcó en una situación en la que se observa que ella no ha puesto todo de su parte por solucionar y que efectivamente desde hacía semanas estaría ya trabajando con otras firmas para otros vestidos para su ceremonia. De hecho ha estado bien tranquila pese a este grave contratiempo y estuvo de despedida de soltera. Es decir, tras el desencuentro con las diseñadoras ya tenía una opción B aunque no se hizo público.

"Podríamos no haber terminado mal", lamenta ahora. Tamara rechaza el aluvión de críticas que está recibiendo ella y su madre. Se siente que no es una "persona difícil" y lo resume: "o me iba a casar con un vestido de novia que no me gusta", con el respaldo de su madre que se calló cuando la vio vestida con la prueba fallida.

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