Un caso de prisión permanente revisable

Alaya enjuiciará a los padres del bebé maltratado de seis meses

  • La juez presidirá en septiembre el jurado popular que determinará si se castiga al padre con cadena perpetua, como solicita la Fiscalía

La madre del bebé, detenida por la policía

La madre del bebé, detenida por la policía / José Ángel García

La magistrada de la Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla Mercedes Alaya presidirá a partir del 23 de septiembre el juicio contra los padres del bebé de sólo seis meses que murió en el hospital Virgen Macarena el 17 de junio de 2017, hechos por los que la Fiscalía de Sevilla ha reclamado la condena de prisión permanente revisable para el padre, Bryan Steven R. G.

El juicio arrancará el 23 de septiembre con la selección del jurado y las alegaciones previas del Ministerio Público y de las demás partes, mientras que al día siguiente, el martes 24, declararán los dos acusados. Se trata del cuarto juicio con jurado popular que dirige Mercedes Alaya desde que en 2015 accedió a la Audiencia de Sevilla, tras marcharse del juzgado de las macrocausas.

En Sevilla sólo se ha acordado la cadena perpetua en el caso de Enrique Romay Reina, que fue condenado por asesinar e intentar violar a una mujer en marzo de 2017 en la localidad de Pilas. La Fiscalía también pidió esta pena para el violador del Parque de María Luisa, pero la Audiencia rechazó imponérsela en una sentencia que fue luego confirmada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

En su escrito de conclusiones provisionales, el Ministerio Público atribuye a Bryan Steven R. G. un delito de asesinato, por el que reclama la cadena perpetua, así como un delitos de abandono de familia y otro de maltrato, por los que reclama otra condena que suma 18 meses más de cárcel.

La Fiscalía recuerda que el bebé fue prematuro y pesó al nacer sólo 1,1 kilos, y asegura que tanto el padre como la madre, Ruth F. G. –a la que solicita 18 meses de cárcel por abandono y maltrato–, “con desprecio a sus deberes como padres, mostraron total despreocupación en el proceso de seguimiento de las enfermedades y de recuperación del recién nacido, sin acudir a las visitas de acompañamiento y entrenamiento en cuidados”, mostraron además un “constante comportamiento agresivo y disruptivo con los médicos”.

En mayo de 2017, el acusado, al intentar que el bebé se tomara el biberón y como no paraba de llorar, “de forma agresiva, le apretó la cabeza con una de sus manos y con la otra le presionó las mandíbulas, provocándole hematomas en la cara”. Como seguía llorando, zarandeó al bebé, mientras la madre, que presenció la agresión, “no hizo nada por impedirlo y tampoco lo llevó al médico para curarlo”.

El 12 de junio de 2017, Bryan Steven R. G., “con ánimo de causarle la muerte a su hijo, quien no tenía capacidad alguna de defensa dada su corta edad, o en todo caso, sin importarle que se muriera, apretando su cabeza, la chocó violentamente contra una superficie lisa y dura no determinada, al tiempo que lo zarandeaba de forma brusca y acelerada”. El traumatismo craneoencefálico severo le provocó una triple fractura craneal, y el bebé falleció varios días después debido al traumatismo craneoencefálico severo y al deterioro neurológico por la “brutal agresión del acusado”.

El abogado Juan Isidro Fernández, que defiende al padre del bebé fallecido, solicita la libre absolución del joven y de manera subsidiaria que se considere en todo caso la existencia de un delito de homicidio imprudente por el que se le debería imponer la “pena mínima”.

Según Juan Isidro Fernández, el padre siempre ha manifestado la misma versión de los hechos, respecto a que el bebé se atragantó con la leche y él intento hacer el boca a boca porque no podía respirar, y no se ha encontrado “un solo vestigio biológico que pudiera acreditar que el bebé sufrió un golpe dentro de la vivienda”, como sostiene la Fiscalía.

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