Inseguridad ciudadana

El “okupa” violento de la Macarena pide ser absuelto de robo y narcotráfico

  • Fue condenado a casi 6 años de cárcel 

Venta de droga desde uno de los pisos "okupados"

Venta de droga desde uno de los pisos "okupados"

Ismael F.R., el okupa que atemoriza a la Barriada Villegas del distrito de la Macarena, ha recurrido su condena de  casi seis años de cárcel por tráfico de drogas en uno de sus pisos okupados y por otro delito de robo con violencia por irrumpir de madrugada en una vivienda y robar un perro.

Su abogado ha pedido al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que corrija la sentencia condenatoria de la Sección Séptima de la Audiencia porque la droga que le incautó la Policía era para autoconsumo y porque el delito de robo con violencia e intimidación (por el que fue condenado a cuatro años y cuatro meses de cárcel) fue en realidad una realización arbitraria del propio derecho.

Esta figura consiste en el empleo de violencia e intimidación, fuera de las vías legales, para ejercer un derecho propio y la pena que lleva aparejada es de solo  solo una multa.

En este caso, el recurso al TSJA argumenta que Ismael, cuando entró en una vivienda de madrugada y se llevó el perro de raza American Bully, actuó en la creencia de que el animal pertenecía a una camada que a su vez le habían robado cinco meses antes. También alega que el robo había sido denunciado y que los asaltantes no se llevaron otros efectos de valor excepto el animal, lo que demuestra que era su único objetivo.

La sentencia de la Audiencia, sin embargo, no consideró probado que el perro que se llevaron fuese el mismo que había sido robado cinco meses antes y destacó que la denunciante del robo de la camada no fue Ismael sino su hermanastra. En ese sentido, la defensa aporta al TSJA sentencias según las cuales la realización arbitraria del propio derecho también puede aplicarse a quien actúa en nombre del legítimo propietario.

Ismael y su amigo David R.H. fueron condenados porque en la madrugada del 4 de abril de 2019, junto con dos individuos no identificados, entraron a la fuerza en una vivienda, rompieron la puerta de entrada, amenazaron a los moradores con un cuchillo y un palo y tiraron al suelo a la mujer.

Como prueba adicional de la violencia ejercida, los magistrados enumeraron los WhatsApp mandados por Ismael y David a las víctimas, que “no eran precisamente conciliadores sino de evidente tono amenazador”. Entre otros, los siguientes: “No ba tene sevilla pa esconderte”, “Te dado la oportunidad, no la as savido aprovechar” y con el envío de fotos de la fachada de su casa “para dejar claro que sabían donde vivían”.

La defensa no concreta la multa a la que desea ver reducida esta condena, que debe oscilar entre los seis y doce meses. 

Ismael también pretende que se anule su segunda condena de un año y siete meses de cárcel por otro delito de tráfico de drogas por las 123 pastillas de éxtasis, con un valor de  1.263 euros y un peso de 8'68 gramos netos, que según la sentencia guardaba para destinar a la venta y que arrojó por la ventana cuando la Policía acudió a su casa.

En este caso, el recurso ante el TSJA argumenta que las pastillas eran para su autoconsumo porque en aquella época padecía una fuerte dependencia. En el juicio dijo que la báscula que le incautaron era para “controlar lo que tomaba”.

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