Las condenas en el estado de Alarma

Coronavirus: Así se castiga a los que rompen el confinamiento

  • Las primeras condenas de prisión y multa se han producido por incumplir de manera reiterada el estado de alarma para simplemente pasear, beber o ir a tener relaciones sexuales con la novia

La Policía Local identifica a una persona en la calle.

La Policía Local identifica a una persona en la calle. / Antonio Pizarro

El próximo martes se cumplirá el primer mes de confinamiento de los 47 millones de españoles, quienes en su inmensa mayoría han respetado las limitaciones impuestas por el decreto del estado de alarma del pasado 14 de marzo. Sin embargo, hay una pequeña parte de la población que ha incumplido las restricciones impuestas a la movilidad, lo que ha generado miles de denuncias, en su mayoría leves, pero otras no tanto, que han sido trasladadas a los juzgados para su investigación y enjuiciamiento como delitos graves de desobediencia a la autoridad.

Y en algunos casos, ya hay incluso sentencias que ordenan el ingreso en prisión o condenan a penas de cárcel o de multa de hasta 720 euros a los infractores. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha informado de una treintena de sentencias dictadas por este motivo, aunque seguramente hay muchas más que no han trascendido. Y al menos cuatro personas han ido a prisión en Albacete, Segovia, La Palma y Santa Cruz de Tenerife.

Salir de paseo de forma reiterada y sin justificación, ir a la casa de su novia para tener relaciones sexuales, beber alcohol en plena calle, pedir limosna o a requerir a un familiar para que les diera dinero y comida son sólo algunos de los casos que han sido castigados hasta ahora por los jueces. En otros casos, los ciudadanos incívicos han huido de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad o se han resistido al arresto, agrediendo a los agentes o llegando incluso a escupirles a la cara.

Tenía "órdenes de Dios" para salir de casa

Quizás una de las excusas más absurdas que se han dado para infringir el estado de alarma es la que ofreció un vecino de Santa María de Guía (Las Palmas de Gran Canaria), que ha sido condenado a pagar 720 euros de multa por vulnerar el confinamiento. El reo fue sorprendido el 26 de marzo transitando por la vía pública y al ser requerido para que volviera a su casa, "con evidente desprecio al principio de autoridad, se negó a marcharse y dijo que no cumplía tal orden, que obedecía órdenes de Dios para salir a la calle y prefería ser detenido antes que volver a su casa", lo que finalmente ocurrió.

Un agente de la Guardia Civil para a un motorista para comprobar si su desplazamiento está justificado. Un agente de la Guardia Civil para a un motorista para comprobar si su desplazamiento está justificado.

Un agente de la Guardia Civil para a un motorista para comprobar si su desplazamiento está justificado. / josé ángel garcía

Pidiendo limosna en un supermercado

Un hombre de 46 años ha sido condenado a dos meses de trabajos en beneficio de la comunidad, después de que fuera sorprendido sobre las 18:45 horas del sábado 4 de abril pidiendo limosna cerca de un supermercado de Las Palmas de Gran Canaria.

En un primer momento, el individuo fue requerido por la Policía para se marchara a su casa, a lo que accedió, pero sobre las 19:30 horas de ese mismo día acudió a las inmediaciones de una gasolinera para pedir limosna. En esta ocasión, cuando fue de nuevo requerido para que se marchara, el hombre “se negó de forma reiterada, con total desprecio hacia los agentes actuantes”, señala la sentencia.

Burlar la cuarenta en cinco u ocho ocasiones

En La Palma (Santa Cruz de Tenerife), un juez ordenó el ingreso en prisión de un hombre que burló la cuarenta hasta en cinco ocasiones y aprovechó su última salida para incendiar un vehículo e intentar hacer lo mismo con otro, por lo que se le imputan delitos de desobediencia grave a la autoridad y un delito de daños agravados con incendio. El sujeto fue sorprendido en la vía pública sin causa justificada los días 19, 23, 26 y 28 de marzo, lo que según el auto de prisión "muestra un notorio desprecio a la severa, compleja y delicada situación en la que se encuentra nuestro país".

Además, prosigue el magistrado, evidencia la falta de consideración por la "encomiable labor de nuestros profesionales sanitarios, los ciudadanos enfermos y los desgraciadamente fallecidos, la salud de las personas vulnerables en situación de riesgo, y quienes velan por la seguridad y la conservación del orden público, los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado".

Y en Corcubión (La Coruña), un juez ha condenado a pagar una multa de 1.440 euros a un hombre que incumplió hasta ocho veces el confinamiento, durante los días 22, 23, 24, 26 y 30 de marzo. La primera vez fue advertido de que no podía salir de su casa a repostar gasolina "tres o cuatro veces al día", y en las siguientes ocasiones alegó que había salido para "dar un paseo" o una vuelta porque "estaba cansado de estar en casa".

Denunciado por sus propios padres

En la localidad de Granadilla de Abona (Santa Cruz de Tenerife) un joven de 20 años ha sido condenado a seis meses de cárcel por burlar por tercera vez el confinamiento, dándose en este caso la circunstancia de que fueron sus propios padres, ambos mayores y con patologías médicas, quienes alertaron a la Policía por el riesgo que suponía para la salud de ellos. El individuo fue localizado en las zonas comunes del edificio, sin causa justificada alguna para ello, y fue arrestado por su actitud "deliberadamente rebelde al cumplimiento" del confinamiento.

La Policía Local registra a un joven que paseaba con varios perros. La Policía Local registra a un joven que paseaba con varios perros.

La Policía Local registra a un joven que paseaba con varios perros. / antonio pizarro

En prisión por su reincidencia

Y hay también quien ha sido enviado a prisión por reincidente. Es lo que le ha ocurrido a un hombre de 51 años del Puerto de la Cruz (Santa Cruz de Tenerife) que fue condenado el 28 de marzo a seis meses de prisión por vulnerar en "cuatro ocasiones" el confinamiento.

La pena fue inicialmente suspendida al ser inferior a los dos años de cárcel y carecer de antecedentes penales. Sin embargo, el reo fue detenido nuevamente el 6 de abril por saltarse de nuevo el estado de alarma, por lo que dada su reincidencia ha sido condenado a otros ocho meses de cárcel.

En este caso, el juez ha rechazado la suspensión de la pena y ha acordado su ingreso en prisión por haber incumplido "a sabiendas y sin causa justificada alguna la prohibición de libre circulación de personas en la vía pública", después de que en una de las ocasiones en las que fue sorprendido en la calle dijera a los agentes que había ido a ver a su novia.

Condenados por beber en la calle

Este tipo de conductas también ha provocado algunas condenas, como la de una vecina de Las Palmas que ha sido multada con 2.160 euros por beber cerveza con otras personas en la calle y negarse a marcharse a su casa cuando fue requerida por la Policía, a los que se dirigió de forma despectiva con expresiones del tenor: "¡Vete de aquí, chulo de mierda!".

Salía para cometer robos en viviendas

En Arenas de San Pedro (Ávila) un joven de 19 años ha sido condenado a cuatro meses de prisión por desobediencia grave y encarcelado para evitar que cometa robos aprovechando el estado de alarma. El joven había incumplido en cuatro ocasiones el confinamiento y la última vez fue sorprendido robando en una vivienda, por lo que la juez decidió en este caso no suspender la pena de prisión.

La magistrada señala que el joven está aprovechando el "bajo índice de movilidad para cometer actos contra la propiedad", delito que se investiga en otro procedimiento. Y concluye que las Fuerzas de Seguridad deben tener cierta rapidez de movimientos en la situación actual, "en lugar de perseguir a las personas que, contumazmente, quebrantan las directrices" del decreto del estado de alarma.

Y en Santander, una mujer fue detenida el 4 de abril por intentar llevarse sin abonar varios productos de un supermercado. Como quiera que ya había sido sorprendida en otras dos ocasiones anteriores en la vía pública sin motivo justificado, ha sido condenada a pagar una multa de 360 euros.

Un guardia civil comprueba la documentación del conductor de un vehículo, en un control de carretera. Un guardia civil comprueba la documentación del conductor de un vehículo, en un control de carretera.

Un guardia civil comprueba la documentación del conductor de un vehículo, en un control de carretera. / antonio pizarro

Hacer la compra a 20 kilómetros de su casa

Por ir a hacer la compra pero a 20 kilómetros de su domicilio ha sido condenada a pagar 720 euros de multa una vecina de Las Palmas de Gran Canaria que, además, se negó en reiteradas ocasiones a acatar las instrucciones de la Policía Nacional. La acusada se dirigió a los agentes y a los vigilantes de seguridad del supermercado llamándoles "zampabollos" e "hijos de puta" y amenazándolos: "Si me tocas te meto un puñetazo que te reviento", recoge como hechos probados la sentencia, que se dictó con conformidad de la acusada para beneficiarse de la rebaja en un tercio de la pena a imponer.

Los supermercados son un foco de conflictos en el estado de alarma. En Gandía (Valencia), otra mujer ha sido condenada a seis meses de prisión por hacer caso omiso a las indicaciones de la Policía e intentar entrar en un supermercado del municipio. La mujer dijo que quería entrar en el establecimiento "sí o sí" y cuando el negocio bajó la persiana, se metió en el supermercado.

Acudió a un cuartel varias veces

Un juzgado de Carballo (La Coruña) ha condenado a un joven a pagar 360 euros de multa por haber acudido en varias ocasiones los días 27 y 28 de marzo al cuartel de la Guardia Civil para exigir la devolución de un perro que no era de su propiedad. El día 28 los agentes le advirtieron, al igual que el día anterior, que debía de abandonar el lugar porque otra vez incumplía el estado de alarma, pero no atendió a los agentes, que lo arrestaron y pusieron a disposición judicial.

Estas son las primeras condenas, pero indudablemente habrá muchas más, puesto que todavía hay ciudadanos incívicos que siguen quebrantando el confinamiento hasta el punto de que acaban detenidos. En Sevilla, por ejemplo, se han dado casos como el de una mujer de Tocina que fue arrestada por hacer entrenamientos en el exterior de su casa y desnudándose parcialmente. Y otras personas han sido detenidas tras recibir 18 y 22 avisos. Y en otro caso se detuvo a un individuo que les dijo a los agentes que había salido de su casa porque tenía que ir a comprar drogas. Hay todo un elenco de excusas variadas.

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