Colegios profesionales

La decana de los arquitectos confía en el archivo de la querella de su antecesor

  • Al anterior equipo “sólo le queda agonizar y tirar del juego mediático y la difamación”

  • Ángel Díaz del Río “no asume el resultado democrático de unas elecciones” 

La decana del Colegio de Arquitectos de Sevilla, Cristina Murillo.

La decana del Colegio de Arquitectos de Sevilla, Cristina Murillo. / Víctor Rodríguez

La decana del Colegio de Arquitectos de Sevilla, Cristina Murillo, confía en el archivo de la querella interpuesta contra ella y dos miembros de su equipo por dos patronos próximos al anterior decano, Ángel Díaz del Río, al igual que se han archivado “todas las denuncias interpuestas hasta ahora en todas las instancias y formas existentes”.

En un escrito dirigido a este periódico, Murillo dice que en junio de 2017, los arquitectos de Sevilla eligieron “a un equipo ilusionado, arquitectos y arquitectas con ganas de trabajar por su Colegio, al tiempo que provocaba la salida de un equipo perpetuado en el cargo desde hacía 16 años”.

“Lejos de acatar la decisión de las urnas, el equipo saliente se ha dedicado durante todo este tiempo a interponer querellas y denuncias en todas las instancias y formas existentes: contenciosos administrativos, denuncias civiles, penales, deontológicas, en el Defensor del Pueblo… siendo todas archivadas hasta la fecha”, afirma.

Añade que “ante esta situación de bloqueo, acoso y derribo continuo contra la institución, pero también a título personal contra los miembros de la Junta de Gobierno, se ha permanecido en silencio durante este año y medio por compromiso con la profesión y confiando en que sea la justicia la que hable, llegado el momento”.

Murillo destaca que el auto del juez de refuerzo de Instrucción número 6 -en el que se basó la información de este periódico- dice textualmente que “resulta improcedente la adopción de las medidas cautelares solicitadas en el presente estadio procesal, en cuanto las diligencias practicadas no permiten deducir, con la solvencia necesaria, la existencia del ilícito penal denunciado; resulta así preciso, como se ha dicho, practicar otras diligencias que permitan completar la instrucción jurisdiccional, y situarnos en condiciones de poder decidir sobre la continuación del procedimiento o bien, por el contrario, el sobreseimiento de las actuaciones”.

El equipo de Murillo “se desmarca de las viejas formas de hacer beligerantes y sin límites, y se sitúa en el trabajo diario, en construir y no destruir”. Afirma que existen dos vías penales posibles: La denuncia, que exige unas diligencias (investigaciones) previas a través de las cuales el juez valora y decide si continuar, o no, con el procedimiento; y la querella criminal -que es la vía abierta por los miembros de la junta saliente- donde el juez está obligado a citar a las partes como investigadas para ejercer su derecho de defensa constitucional acompañados de un abogado”.

Por ello, cree que “no es lo mismo estar investigado en una denuncia que se ha admitido a trámite, se ha instruido y existen indicios de delito, como es el caso de la denuncia interpuesta contra Ángel Díaz del Río, ex decano del Colegio, que ser investigada en una querella criminal por así establecerlo la legislación vigente”. 

“Y estos detalles son fundamentales para dejar de dar voz a un equipo que no asume el resultado democrático de unas elecciones donde por abrumadora mayoría perdieron el cargo, y solo le queda agonizar y tirar del juego mediático y la difamación”, según su nota.

Sobre la querella criminal por delito societario contra ella, señala que se presentó tres meses después de la toma de posesión de la actual junta de gobierno como patronos de FIDAS, “cuando aun está aterrizando en su cargo y cuando, además, había desaparecido la dotación económica de más de 1 millón de euros aportada por el COAS a la Fundación”.

A su vez, con el cambio estatutario de 2005, promovido por quienes presentan la querella, el Colegio desaparece como socio fundador y legítimo propietario del Pabellón y el suelo de FIDAS, apareciendo la figura de dos patronos fundadores a título personal.

“La investigación y la justicia requieren tiempo y serenidad, y así lo hemos entendido desde nuestra llegada a la junta de gobierno del Colegio. Y serán el tiempo, los tribunales y la investigación judicial quienes pondrán a cada uno en su sitio con sentencias, y no con guerras mediáticas sin fundamento, cuyo fin único es la difamación permanente de las personas que representan hoy esta institución”, concluye el texto.

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