San Juan de Aznalfarache

El crimen de Loli Ortiz fue "pasional" según el Grupo de Homicidios

  • La inspectora declaró ante el tribunal del jurado que las condiciones del cadáver no permitían el reconocimiento facial y tuvo que esperar al resultado de las huellas de la víctima

Lugar en el que apareció una mujer asesinada en San Juan de Aznalfarache.

Lugar en el que apareció una mujer asesinada en San Juan de Aznalfarache. / Antonio Pizarro

"La brutalidad de los hechos nos llevó a calificar como crimen pasional, en el que la víctima no tuvo ninguna oportunidad de defenderse por el carácter sorpresivo del ataque". La inspectora del Grupo de Homicidios que declaró ante el tribunal del jurado que enjuicia la muerte de Dolores Ortiz, conocida como Loli, en San Juan de Aznalfarache en febrero de 2020 definió de este modo a la fiscal los hechos que se están enjuiciando en la Audiencia Provincial de Sevilla. Durante la tercera sesión de la visita oral testificaron los policías que intervinieron en la investigación del crimen.

Asimismo, la agente que realizó la inspección ocular en la plaza donde apareció el cadáver de la mujer el 1 de febrero de 2020, enumeró a requerimiento de la fiscal, los diferentes objetos que se encontraron como una botella utilizada para fumar droga, el chaquetón de la víctima manchado con sangre, y un gorro de lana que tenía ADN del acusado, Abel M. 

Respecto a la posibilidad de que el acusado, que esa misma mañana comentó con otro toxicómano que habían matado a Loli "reventándole la cabeza y rematándola en el suelo", conociera los detalles del crimen de oídas, los tres policías que declararon aseguraron que "era imposible que nadie viera el cadáver" ni desde los balcones que daban a la plaza ni en el mismo lugar, "que permaneció acordonado hasta cerca de las 11:00". Además, añadieron que el estado en el que estaba la víctima impidió un reconocimiento facial, por lo que tuvieron que esperar al resultado de las huellas que no llegó hasta las 14:00. Sin embargo, a preguntas de la letrada de la Junta de Andalucía, afirmó que por las indicaciones de la ropa que llevaba Loli cuando fue reseñada por la Policía la noche antes, "los compañeros de Seguridad Ciudadana manifestaron que, por la vestimenta, pudiera ser ella".

La inspectora del Grupo de Homicidios afirmó que el cadáver presentaba más de 20 golpes realizados con un objeto que nunca apareció. "Ya el primer golpe fue incompatible con la vida. Seguramente fue, de manera sorpresiva, mientras fumaba droga tapada por el chaquetón que hayamos cerca del cadáver". La prenda tenía una gran mancha en su interior. La inspectora calificó la muerte de Loli como "bastante violenta".

Además del gorro hallado cerca de la plaza donde apareció el cadáver y el chaquetón, la inspectora destacó una bolsa que contenía, entre otras cosas, cables, "y que la patrulla que interceptó esa madrugada a la víctima, no constató que llevara", aunque el acusado cuando declaró como testigo ante la policía, señaló que Loli la tenía la noche anterior. A este respecto, la inspectora reseñó las contradicciones existentes entre las declaraciones de Abel M. como testigo y como ya acusado. En la segunda de ella, el acusado llegó a declarar desde prisión, donde estaba por otra causa. 

Por otro lado, la inspectora señaló que existe un testigo, vecino de la plaza donde apareció el cadáver, que vio al acusado, que salió corriendo en cuanto lo vio, escondido sobre las 6:00 detrás de un poyete. Un lugar que coincide con el sitio en el que aparecieron varias gotas de sangre. 

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