El nuevo decano del Colegio de Abogados de Sevilla (ICAS), Óscar Fernández León, ha tomado posesión de su cargo este jueves en un acto en el que ha adelantado que una de sus prioridades, si no la que más, es "la dignificación de la profesión", para lo cual ha hecho un llamamiento a todos los operadores jurídicos y a los políticos en busca de una "mutua empatía" que considera imprescindible.

Su predecesor en el cargo, Óscar Cisneros, también ha pronunciado un discurso con su punto de reivindicación y, sobre todo, ha reclamado "infraestructuras dignas" en la provincia. "Algunas no son propias de un país civilizado", ha llegado a lamentar.

El decano entrante, que ha prometido su cargo después de que lo hicieran los catorce diputados y diputadas de su nueva junta –"me he rodeado de gente mejor que yo", ha apostillado-, ha sido muy agradecido con Cisneros, quien a su juicio es "el artífice de la modernización" de la institución. También ha ofrecido un entrañable recuerdo para Paco Ciudad, gerente del ICAS durante medio siglo. Y acto seguido ha dibujado un pequeño esbozo de la profesión y de sus objetivos más transversales.

En primer lugar, ha lamentado la "precarización" de la abogacía y "la queja constante sobre la falta de conciencia de la dignificación de la profesión". "Me preocupa", ha confesado antes de reclamar esa colaboración con el resto de profesionales de la justicia. "Quiero que los operadores jurídicos sepan que los necesitamos para hacer una abogacía más fuerte", ha afirmado. Y más en concreto se ha dirigido a los magistrados, a quienes ha pedido "mutua empatía". "Buenos operadores jurídicos hacen buenos abogados y viceversa", ha rematado.

En cuanto a la "clase política", a la que se ha dirigido tal cual, le ha avisado de que, aun siendo "conscientes de las limitaciones" a las que se enfrenta, debe pedirle "que recorra esa milla extra" en pos de la susodicha dignificación.

Antes, en su último discurso como decano tras cuatro años de mandato, Cisneros se ha felicitado por que en la nueva junta haya "dos terceras partes" de la que él presidió. "Algo habremos hecho bien", ha bromeado el ya exdecano, quien ha adoptado un tono mucho más serio para elevar a las administraciones públicas su crítica por ciertas injerencias que ha advertido a la hora de manejar "el cumplimiento deontológico" de los profesionales. "Hay que defender a toda costa que recaiga en los colegios", ha reivindicado.

También ha recordado que el ICAS aglutina a unas 8.000 personas, lo que lo convierte en el cuarto colegio de abogados de España. "Merecemos y exigimos un respeto, nunca toleraremos que otros tomen decisiones sobre nosotros o los justiciables, los ciudadanos", ha sentenciado.