El acusado de asesinar a su mujer en Dos Hermanas: "Si yo no hubiera bebido, mi mujer seguiría viva"
Violencia machista
La Fiscalía rebaja en dos años su petición de 25 años de cárcel por aplicación de la atenuante de confesión
La última sesión del juicio con jurado en el que se acusa de asesinato a Emilio Verdugo por matar de una brutal paliza con más de 90 lesiones y que terminó con nueve hachazos a su mujer fue especialmente dura. Los miembros del jurado pudieron escuchar la llamada que el acusado hizo al 112 una vez que había matado a Rosa. Con una voz tranquila y en un tono frío, casi distante, tras indicar su dirección el acusado espetó a la operadora: "He matado a mi mujer". Ante las preguntas de la telefonista, aclaró: "Hemos discutido, le he dado un par de leñazos y la he matado".
Igualmente ausente de ningún tipo de emoción explicó durante la recreación de los hechos, que también fue visionada en la sala de vistas, cómo había empezado la pelea, cuándo empezó a pegar y patear a su mujer y en qué momento cambió las patadas y los puñetazos por el hacha. "Casi todos los hachazos fueron en la cabeza", reconoce en el vídeo de la reconstrucción.
Según el testimonio de una de sus hijas, que fue leído por el letrado de la Administración de Justicia al no poder asistir al juicio por su enfermedad, los malos tratos del padre a su madre eran habituales, "sobre todo cuando bebía".
Aunque ni las acusaciones ni los psiquiatras forenses del Instituto de Medicina Legal aprecian el alcoholismo en el acusado, la declaración de un psiquiatra con más de 30 años de experiencia en el Hospital Virgen del Rocío, aportado por la defensa, ha señalado que Emilio Verdugo "tenía significativamente alterada su voluntad por el alcohol en el momento de los hechos porque el alcohol afectó al control de su conducta".
El propio acusado, que hizo uso a su derecho a la última palabra, declaró después de pedir perdón a sus hijas y la familia de su mujer, aseguró que si no hubiera bebido, su mujer "estaría aquí".
Sin embargo, la fiscal en sus conclusiones, consideró que no ha quedado demostrado que Emilio Verdugo estuviera borracho cuando usó "una violencia desmedida, con 94 lesiones por todo el cuerpo, contra su mujer, puesto que estaba en sus manos parar y continuó hasta acabar con la vida de su mujer". Entre otras cuestiones, la fiscal alude a que el acusado se acuerda de todo lo que hizo y "con todo lujo de detalles".
Una vez finalizadas todas la declaraciones de testigos y visionadas las pruebas, la Fiscalía ha rebajado levemente su petición inicial, de 25 a 23 años, al aplicar la atenuante de confesión. Por su parte, el abogado de la acusación particular ejercida por dos de sus hijas, Álvaro Castillo, reiteró su petición de prisión permanente revisable al entender que se trata de un asesinato cualificado en el que la víctima tiene especial vulnerabilidad.
Por su parte, la defensa de Emilio Verdugo, ejercida por Luis Barrón, solicita la pena de cinco años por un delito de lesiones graves con resultado de muerte. El letrado, que insistió en el alcoholismo de su representado, apeló a la colaboración con la justicia que tuvo Emilio en todo momento. El abogado añadió además que su cliente ha mostrado siempre su intención de reparar el daño, "aunque todos lamentamos la muerte de Rosa y sabemos que una vida no se puede reparar".
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