Condenado a ocho años de cárcel por violar tres veces a una joven minutos después de que la Policía lo parase por acosar a otra mujer

Agentes de El Viso del Alcor interceptaron al individuo por acechar a una dependienta, pero no llegaron a arrestarlo y él atacó a la otra víctima unos minutos más tarde

Juan Antonio L.P. asaltó a la joven a la salida del supermercado donde trabajaba y la agredió de forma consecutiva en un aparcamiento, en Mairena del Alcor y en su casa en una sola noche

Un violador multirreincidente agrede hasta tres veces a una joven poco después de salir de prisión

Dos agentes de la Policía custodian a Juan Antonio L.P. el día de su detención. / Policía Nacional

03 de agosto 2025 - 07:00

Todas las violaciones son execrables, pero hay casos tan viles y perversos que suscitan la duda de si ciertos seres humanos merecen llamarse así, como el de un sevillano que ha aceptado ocho años y medio de cárcel por secuestrar a una mujer y atacar su intimidad con violencia y agresividad. Hay que recalcar que aceptó ese castigo. Es decir, cómo sería de abominable su acción para que pensara que valía la pena conformarse con una condena que no es precisamente leve... Y lo que sucedió en efecto fue tremendo: Juan Antonio L.P., que es el nombre de este espécimen, violó a su víctima tres veces en una sola noche en tres escenarios distintos de El Viso y Mairena del Alcor. Para más inri, había sido interceptado unos minutos antes por la Policía Local porque estaba acosando a otra joven. Los agentes, por desgracia, se limitaron a identificarlo y lo dejaron libre.

Los hechos juzgados por la Sección Primera de la Audiencia de Sevilla ocurrieron en agosto de 2022. Cuatro meses antes, en abril, el acusado había salido de prisión por un delito similar. Ni eso ni lo que pasó en las horas previas a la triple violación aparece en la sentencia, pero sí en la información que difundieron el Gobierno e incluso el Ayuntamiento de El Viso en una nota que publicó... para presumir de su Policía Local.

El caso es que a las 21.50 horas del 5 de agosto, una dependienta de El Viso llamó a las autoridades “tras ser atemorizada por un individuo que estaba merodeando” su tienda y que “incluso había entrado a hacer una compra”. “El individuo le había advertido de que cuando cerrara a las 22.00 se iba a pasar por ella y la llevaría a su casa”, contó el Consistorio. Ese sujeto, un hombre “corpulento” de 43 años, era Juan Antonio L.P.

Una patrulla acudió a auxiliar a la dependienta. Al ver llegar a la Policía, el acosador huyó. Los agentes lo persiguieron y lo alcanzaron en la entrada del domicilio que había alquilado “hacía poco”, pero no lo arrestaron, sólo lo identificaron “por si mediara denuncia” de la joven. En libertad por tanto, Juan Antonio L.P. “seguramente buscó otra víctima al ver frustrado su intento”. Así lo explicó el Ayuntamiento. Y entonces se produjeron los hechos que sí han sido enjuiciados en la Audiencia.

El drama empezó a las 00.40 horas en la avenida de la Igualdad, cerca del puesto de la Guardia Civil. El pervertido abordó a la víctima, que salía de trabajar de uno de los dos supermercados que hay allí, y tras preguntarle la hora aprovechó que se le cayó el móvil “para agarrarla fuertemente del cuello”. La mujer le dio el teléfono y 25 euros, pero “la intención del acusado no era apropiarse de ello sino utilizarlo para su inicial propósito de agredirla sexualmente”. “Esa misma noche le devolvió los efectos”, cuenta la Sala.

“Acto seguido, movido por un ánimo lúbrico”, Juan Antonio L.P. obligó a la víctima a acceder al aparcamiento de uno de los supermercados. Allí “la arrastró debajo de las escaleras mecánicas” que daban al recinto, “la arrojó al suelo, le tapó la boca y le dio varios golpes”. Después, “tras ponerse encima de ella [...], le bajó las mallas y la ropa interior” y consumó la violación. También le dijo que “como gritase, le iba a dar una paliza que la iba a matar”.

La escalera mecánica donde se produjo la primera violación.
La escalera mecánica donde se produjo la primera violación. / M.G.

Esa primera agresión duró veinte minutos. Después, “movido todavía” por el mismo ánimo, Juan Antonio L.P. condujo a la víctima hasta Mairena del Alcor, a una zona llamada Las Treinta, “todo ello mediante empujones”. Al llegar allí volvió a tirarla al suelo, le quitó la ropa y “procedió de nuevo” a violarla.

“A los diez minutos”, según relata la Sección Primera, el acusado cogió a la víctima de nuevo por el cuello y la llevó hasta su casa. La suya, no la de la mujer. Una vez dentro, la metió en el dormitorio y la agredió por tercera vez “mientras la mantenía agarrada fuertemente por el cuello”.

Al día siguiente, sobre las 12.30 horas, la novia del violador se presentó en la Policía Local “en estado de bastante nerviosismo y llorando” y denunció que, al volver a su domicilio, estaba “todo destrozado” y Juan Antonio L.P. “la amenazaba de muerte”. Este relato ya se corresponde de nuevo con lo que publicó el Ayuntamiento. Los agentes comprobaron que en la casa ya no había nadie. Según esta mujer, su novio podría haber huido a Dos Hermanas. Allí fue localizado por la Policía Nacional.

Juzgado con urgencia

Juan Antonio L.P. fue detenido tres días después de los hechos, el 9 de agosto de 2022, y entró en prisión preventiva el 11 de agosto. Salió en libertad provisional el 2 de abril de 2025. Como estaba claro que era un peligro tenerlo en la calle, la Sección Primera señaló el juicio con rapidez. A las tres semanas ya estaba el sujeto en la Audiencia para firmar esa conformidad, después de que su abogado alcanzase un acuerdo con la Fiscalía y la víctima para dejar la condena en ocho años y seis meses de prisión por un delito de detención ilegal en concurso con un delito continuado de agresión sexual con violencia e intimidación y penetración. A eso hay que sumarle diez años de libertad vigilada, la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de la joven y comunicarse con ella durante ese mismo plazo y catorce años de inhabilitación para cualquier trabajo que implique contacto con menores.

El violador también obtuvo la atenuante de intoxicación por drogas. “Actuó con sus facultades mermadas por el consumo abusivo previo de alcohol y sustancias estupefacientes”, dice la sentencia.

Juan Antonio L.P., que fue condenado en firme en la misma sala tras reconocer los hechos y aceptar la sentencia, deberá indemnizar a la mujer con 20.000 euros por los daños morales y las lesiones que le causó en el cuello, los brazos, el mentón y la mejilla derecha. Pero lo peor no fue el perjuicio físico. La mujer también padeció “un trastorno adaptativo con síntomas de ansiedad y depresión” y tuvo que someterse a un “tratamiento psicoterapéutico individual y colectivo”. Tardó “al menos” cinco meses en mejorar.

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