Tentativa de asesinato

Dos cuñados que intentaron matar a tiros a otro hombre en las Tres Mil esquivan la cárcel tras pagar 74.000 euros a la víctima

El suceso ocurrió entre las calles Arquitecto José Galnares (ahora Utopía) y El Nombre de la Rosa.

El suceso ocurrió entre las calles Arquitecto José Galnares (ahora Utopía) y El Nombre de la Rosa. / M.G.

Los dos hermanos y el cuñado de ambos que han sido juzgados en la Audiencia de Sevilla por intentar matar a tiros a otro hombre en las Tres Mil Viviendas han sido condenados a entre tres años y tres meses de cárcel, pero ninguno tendrá que cumplir esa pena tras alcanzar un acuerdo con la víctima y con la Fiscalía. Una de las claves de esa conformidad, aparte de una importante rebaja en la calificación de los delitos respecto a la inicial, es que el agredido será indemnizado con 74.000 euros por parte de los dos principales acusados, uno de los hermanos y su cuñado. Y la otra es que, al ser esas penas de tres años como máximo, el tribunal ha acordado suspender su ejecución durante cinco años. Si ambos cumplen determinadas condiciones, como no delinquir en ese periodo y pagar sendas multas, no serán recluidos.

Los hechos, que han sido reconocidos por los encausados ante el tribunal de la Sección Tercera, ocurrieron el 21 de octubre de 2017 en la parte de la barriada Martínez Montañés conocida como Las Vegas. Ramón D.L.C., alias Grumete, conducía un ciclomotor en los alrededores de la calle Utopía y se colocó junto al vehículo donde iban la víctima, un delincuente apodado Amén, y varias mujeres. En un momento dado, el primero se dirigió "violentamente" al segundo y le profirió expresiones como "te tengo que matar" o "me voy a f...r a tu mujer" mientras lo amenazaba con un palo de madera de unos 85 centímetros de largo y un cuchillo con una hoja de 20 centímetros. Así constaba en el escrito de la Fiscalía, que ha sido ratificado por los acusados y por tanto aparecerá tal cual en la sentencia.

El amenazado, pese a que sus acompañantes intentaron impedírselo, acabó apeándose del coche y se enfrentó al acusado. Como consecuencia de ese altercado, también se presentaron allí los otros dos investigados, ambos familiares del Grumete: su hermano José María, alias Cucu, y su cuñado Francisco Javier J.M., alias Fabi.

El primero de ellos sacó una escopeta del vehículo en el que había llegado y disparó una vez contra la víctima, que salió huyendo en dirección a la calle El Nombre de la Rosa. Sin embargo, ya herido y "sin posibilidad alguna de defenderse", fue perseguido por su agresor y tiroteado de nuevo en dos ocasiones, primero por el Cucu y después por el Fabi. Como este le había "arrebatado" la escopeta, su cuñado sacó una pistola y lanzó varios disparos al aire. Después se cayó, sin que se sepa por qué, y así fue sorprendido por los policías nacionales que habían llegado al lugar.

La víctima sufrió varias fracturas y hematomas, así como una perforación en el abdomen. Tardó 300 días en curarse de todas las heridas, durante dos semanas permaneció en estado grave o muy grave y aún sufre distintas secuelas, como un trastorno de estrés traumático o daño estético por múltiples cicatrices. "Tales lesiones le habrían causado la muerte por shock traumático hipovolémico de no haber mediado una rápida atención médica", aseguraba la Fiscalía. En otras palabras, se habría desangrado.

La acusación pública pedía inicialmente doce años de cárcel para el Cucu (nueve por el asesinato en grado de tentativa y tres por la tenencia ilícita de armas) y once años y medio para su cuñado (nueve por el intento de asesinato y dos y medio por tenencia de arma prohibida). A ambos les aplicaba el fiscal la atenuante de reparación parcial del daño porque en 2018 ya indemnizaron a la víctima con 24.950 euros. El Ministerio Público, además, reclamaba dos años de prisión para el Grumete por un delito de amenazas graves con la agravante de reincidencia.

Esa petición ha sido sustancialmente modificada en el acto del juicio. La atenuante de reparación se ha convertido en muy cualificada tras el pago de los 74.000 euros y a ella se han sumado la de drogadicción en el caso del Cucu y el Fabi (eran adictos a la heroína y la cocaína y por eso tenían sus facultades mermadas cuando intentaron matar a Amén) y la de trastorno psicótico y trastorno paranoide en el de Grumete.

De este modo, el Cucu ha sido condenado a dos años por el intento de asesinato y uno por la tenencia ilícita de armas, mientras que su cuñado ha sido castigado con la misma pena por la tentativa y seis meses por la tenencia. Y a Grumete le han caído tres meses por el delito de amenazas graves. Además, los dos primeros no podrán acercarse a menos de 300 metros ni comunicarse con la víctima durante diez años, que serán cinco en el caso del tercero.

Tras oír cómo el ponente dictaba sentencia firme en la misma sala, las defensas de José María D.L.C. y Francisco Javier J.M. han solicitado la suspensión de la ejecución de las penas de cárcel. La del Cucu, por ejemplo, ha alegado que ha reconocido los hechos, "lo que conlleva su arrepentimiento por lo que hizo", y ha recordado que, además de reparar el daño, "se ha esforzado por deshabituarse a la adicción que desgraciadamente sufría en el momento de los hechos".

Ni la fiscal ni el abogado de la víctima se han opuesto a esta petición de las defensas, así que la Sección Tercera ha acordado suspender su entrada en la cárcel si durante los cinco próximos años no cometen ningún delito y pagan una multa de 5.840 euros en el caso del Cucu y otra de 4.848 euros en el de Fabi.

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