Jurado Popular

La defensa alega "una autopsia errónea" como motivo para culpar de asesinato al acusado de matar a su suegra en Sevilla

El acusado de matar a su suegra ante el tribunal del jurado

El acusado de matar a su suegra ante el tribunal del jurado / José Ángel García

En agosto de 2019 una mujer de 70 años aparecía muerta en el apartamento que compartía con dos nietos, su hija y su yerno en un céntrico edificio de apartamentos de Sevilla. En diciembre, la Policía interrogaba como investigado al hombre, Rafael N. A., que es acusado de la muerte de la anciana y al que no se le decretó prisión.  Ahora, un jurado popular decidirá si es culpable de asesinar a la mujer asfixiándola con una técnica conocida como "mataleón". La Fiscalía solicita para el acusado, 20 años de prisión y el pago de una indemnización total de 130.000 euros a la familia de la víctima.

Por su parte, la defensa ejercida por Luis Romero solicita la libre absolución o un año y medio de cárcel en el caso de que en el desarrollo de las sesiones se pruebe que es un homicidio imprudente. El letrado recordó que la hija de la fallecida sigue conviviendo con el acusado junto a la hija de ambos y al sobrino.

Según el acusado, que afirmó durante el juicio que por el calor dormía con la puerta abierta, por lo que "podía haber entrado cualquiera al domicilio", apostilló su abogado. La defensa aseguró en varias ocasiones que "cree en la inocencia" de su representado afirmando incluso que "no mató a la anciana, no es el típico acusado" porque no llegó desde prisión "donde no ha estado nunca".

Luis Romero insistió en que la imputación por asesinato se basa en una "autopsia errónea" realizada de forma "macroscópica", "lo que se ve a simple vista". Es más, "se tenía que haber mandado al Instituto de Toxicología muestras de corazón, hígado y pulmones y no se hizo", añade.  Por esta razón, anunció que durante el juicio declarará el forense José Cabrera sobre el informe encargado por la defensa y en el que indica que la muerte "no fue por asfixia sino por hemorragia".

Según el escrito de acusación, Rafael N. A. tenía una relación sentimental con la hija de la víctima dede el año 2015, teniendo ambos una hija en común. En el año 2017 la víctima y un nieto llegaron desde Rusia para vivir con ellos en un apartamento de Sevilla.

Esta situación, como reconoció el propio acusado ante el tribunal, "teníamos algunas discusiones porque de pronto me encontré en casa con una señora impedida y un niño, ambos rusos y sin conocer el idioma". Tanto es así, que Rafael, a preguntas de la fiscal, afirmó que buscó información sobre las posibilidades de dar al menor en adopción.

Aunque en un principio, según Rafael, estaba previsto que la suegra y el niño se fueran a otro domicilio que el acusado tiene en Zufre, "como la abuela estaba muy deteriorada" decidimos que se quedara en el apartamento de 40 metros cuadrados en el centro de Sevilla. Aún así, la fiscal le interrogó sobre otro inmueble que el acusado tenía en Sevilla Este y que "tenía en venta y aún sigue así".

El acusado aseguró que nunca había agredido al niño ni a la abuela y que "en alguna ocasión" había suministrado un diazepan de 5 mg a la anciana "para que estuviera tranquila" y esto había sido motivo de alguna pelea en la pareja.

En el apartamento, Rafael y su pareja dormían con su hija pequeña en un dormitorio, mientras que la víctima y su nieto lo hacían en un colchón en el suelo del salón. Según el acusado, el día en el que la mujer murió, se levantó a las seis de la mañana, y al encender la luz vio que su suegra estaba dormida "boca abajo y con hormigas recorriéndole el brazo", algo que según declaró era habitual. Ante esta situación, avisó a su pareja, que estaba dándole el pecho a la hija de ambos y acudió a asear a su madre cuando la niña se quedó dormida. Según Rafael, "al darle la vuelta vi que tenía los ojos cerrados y no se movía pero no estaba fría. Le dije a mi pareja: esta mujer está muerta". Inmediatamente, declaró, llamó al 112 cuyos efectivos certificaron la muerte de la mujer. En cualquier caso, el acusado niega que asfixiara a la mujer con la técnica de mataleón. Rafael explica que, como tenía dañada la a espalda, cada vez que movía a la anciana, lo hacía poniendo la mano debajo de la barbilla y haciendo fuerza con el cuerpo para levantarla, razón por la que presentaba hematomas en esa zona.  Sin embargo, la fiscal asegura en su escrito que se aprovechó "de su edad y de que estaba dormida sin posibilidad alguna de defensa", le rodeó el cuello con su brazo tirando de ella hacia arriba, utilizando así la técnica conocida como ‘mataleón’ y provocando finalmente su muerte. La mujer pesaba unos 39 kilos.   

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