Juicio por el caso Fitonovo en la Audiencia Nacional

Las mordidas de Fitonovo: dinero en efectivo, teléfonos, un caballo y una yegua

La sede de la empresa Fitonovo.

La sede de la empresa Fitonovo. / josé ángel garcía

Para lograr sus contratos con el Ayuntamiento de Sevilla, los dueños de la empresa Fitonovo obsequiaban presuntamente a los funcionarios y autoridades con diversas dádivas. El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata, que investigó esta macrocausa una vez que la juez Mercedes Alaya la elevó a esta instancia, asegura en el auto de apertura de juicio oral que el funcionario Francisco Luis Huertas, jefe de Personal del servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla, recibió dinero en efectivo, teléfonos móviles, y hasta un caballo y una yegua.

Dice el instructor que el poder de esta persona derivaba de la "supuesta influencia política" de la que disfrutaría con las personas de Domingo Enrique Castaño, y el ex concejal Manuel Gómez Lobo, que también está acusado.

El funcionario conseguiría “para su propio beneficio a través de su empresa Elementos Urbanos", la adjudicación para Fitonovo de “múltiples contratos” en materia de juegos infantiles y así consiguió “acaparar el negocio de los juegos infantiles en Sevilla y en la mayor parte de Andalucía”. Entre 2002 y 2011 Huertas habría recibido en concepto de pagos mensuales 129.655,50 euros, a razón de 750 euros habitualmente hasta 2005, fecha en la que comienza a cobrar 2.400 euros hasta septiembre de 2007, reduciéndose a 1.000 en el primer semestre de 2009, subiendo a 1.600 hasta abril de 2011, y reduciéndose nuevamente a 1.000 en los restantes meses de ese año, detalla el auto.

"Lo indicado no sólo revela una vez más la precisión y veracidad de la contabilidad B de Fitonovo y su estricta correspondencia con la realidad de los hechos, sino también la absoluta naturalidad de la criminal relación de Huertas con los comerciales y directivos de Fitonovo, en la que aquél no duda en reclamar su ilícita soldada mensual y negociar los aumentos correspondientes", añadía el juez.

Dos de las hijas de Huertas trabajaron como comerciales, y a una de ellas, cuando abandonó la empresa, Fitonovo le regaló un vehículo, un Toyota Corolla.

La contratista le regaló además al funcionario –que según otro acusado era conocido como el “sheriff”– en mayo de 2007, un caballo llamado Alazano, valorado en 1.300 euros, y en febrero de 2008 una yegua, por otros 1.000 euros, y también recibió otros regalos como el pago de dos cotillones de fin de año en 2002 y 2003 por valor de 285 euros, un tractor carriola, un viaje a Budapest por importe de 3.499 euros, alquileres de vehículos, y varios teléfonos móviles de la marcas Nokia e Iphone, recoge el auto.

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