Condenado a 16 años de cárcel un hombre que secuestró un coche con una madre y sus dos hijos en Vigo a punta de cuchillo

Los hechos, que conmocionaron a la comunidad viguesa en septiembre de 2024, se produjeron a plena luz del día y en una zona urbana, lo que no solo puso en peligro a las víctimas directas, sino que también generó alarma social.

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Momento de la detención del hombre tras la persecución por Vigo
Momento de la detención del hombre tras la persecución por Vigo

Miguel Ángel F.D., el hombre que protagonizó un violento robo de vehículo en Vigo con una madre y sus dos hijos en su interior, ha sido condenado a 16 años y dos meses de prisión tras reconocer los hechos en una vista de conformidad celebrada este miércoles en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en la ciudad olívica.

Los hechos, que conmocionaron a la comunidad viguesa en septiembre de 2024, se produjeron a plena luz del día y en una zona urbana, lo que no solo puso en peligro a las víctimas directas, sino que también generó alarma social. En total, Miguel Ángel ha sido declarado culpable de los delitos de robo con violencia —con el agravante de uso de instrumento peligroso—, detención ilegal agravada por la presencia de menores, resistencia grave a la autoridad y lesiones.

Un robo con amenazas y un cuchillo

El suceso tuvo lugar el 24 de septiembre de 2024, poco después del mediodía. El acusado aprovechó un descuido para colarse en un vehículo familiar que acababa de ser estacionado. En el interior del coche se encontraba una madre con su bebé en brazos y su otro hijo, de apenas cuatro años, sentado en la parte trasera.

Ocultando su rostro con una mascarilla sanitaria y armado con un cuchillo, Miguel Ángel amenazó a la mujer para que saliera del coche. Sin embargo, ella se negó a abandonar el vehículo sin su hijo mayor. Ante la negativa, el hombre arrancó el coche con la familia aún dentro, empuñando el cuchillo y blandiéndolo en dirección a la mujer, quien gritaba desesperadamente pidiendo auxilio.

Durante el trayecto, el acusado llegó a causar cortes en el abrigo de la madre, aunque no le provocó heridas físicas. La situación alcanzó un momento especialmente alarmante cuando dirigió el cuchillo hacia el bebé, intentando forzar a la madre a guardar silencio.

Una huida truncada y un policía fuera de servicio

La secuencia de hechos, que se extendió durante varios minutos, concluyó cuando el vehículo tuvo que detenerse por cuestiones de tráfico en la calle Tomás Alonso. En ese instante, intervino un agente de la Policía Nacional que se encontraba fuera de servicio. El policía, alertado por el padre de la familia y que había seguido el coche en moto, se acercó rápidamente al vehículo, se identificó como agente y abrió la puerta del conductor.

Gracias a esta intervención decisiva, la madre logró escapar junto a sus dos hijos. El agente, no obstante, tuvo que enfrentarse al agresor en un forcejeo en el que fue herido. A pesar de la resistencia del acusado, el policía consiguió desarmarlo, reducirlo y mantenerlo inmovilizado hasta la llegada de refuerzos.

Como consecuencia de ese enfrentamiento, el funcionario sufrió lesiones considerables, incluyendo una fractura en el hueso escafoides de la muñeca, un esguince y una cérvico-lumbalgia.

Condena con agravantes y responsabilidad civil

Durante la vista, la Fiscalía solicitaba inicialmente una pena de 16 años y 8 meses de prisión. Sin embargo, tras el acuerdo alcanzado entre las partes, la condena se fijó en 16 años y 2 meses, distribuida de la siguiente manera: 4 años y medio por el robo con violencia, 10 años por dos delitos agravados de detención ilegal —dado que las víctimas eran menores—, y 20 meses por los delitos de resistencia y lesiones al agente.

La gravedad del delito se vio incrementada por la circunstancia de reincidencia. Miguel Ángel F.D. ya había sido condenado en Vigo a 12 años y 9 meses de prisión por otros tres robos con violencia, y en el momento de los hechos se encontraba en situación de tercer grado penitenciario.

Además de la pena de prisión, el tribunal ha impuesto al acusado la obligación de indemnizar al agente de policía con 5.540 euros por las lesiones sufridas, así como a la madre y a sus dos hijos por los daños físicos y psicológicos derivados del secuestro, cuantía que deberá determinarse en fase de ejecución de sentencia.

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