Violencia de género

El periplo judicial de Rubén Castro: nuevo juicio por seguir a su ex por tres chiringuitos

  • La joven le pide dos años y tres meses de cárcel por saltarse el alejamiento

El futbolista Rubén Castro (izquierda) con su abogado Francisco Baena Bocanegra

El futbolista Rubén Castro (izquierda) con su abogado Francisco Baena Bocanegra / Antonio Pizarro

No termina el periplo judicial del ex futbolista del Betis Rubén Castro: en 2017 fue absuelto de maltratar a su ex pareja pero el próximo 5 de julio será juzgado por incumplir la orden de alejamiento y seguirla por tres chiringuitos de la playa de Conil para hablar de la denuncia penal que le había interpuesto.

En esta ocasión la Fiscalía pide para él nueve meses de prisión y la acusación particular que ejerce su ex pareja dos años y tres meses de cárcel y el pago de mil euros de indemnización.

En su escrito de acusación, al que tuvo acceso este periódico, explica que los hechos ocurrieron en el verano de 2014, cuando se estaba investigando la denuncia de malos tratos y el futbolista tenía una orden de alejamiento a más de 300 metros y prohibición de comunicar con Laura M.P.

La mujer se encontraba en un evento en un chiringuito de Conil cuando llegó Rubén Castro y “al ver a Laura no abandonó el lugar sino que se fue a un reservado”. La joven se mantuvo distante y luego cambió de chiringuito, pero Rubén Castro también apareció en ese local y pidió a una tercera persona que se acercara al amigo que en ese momento estaba con la joven “y le pidiera que mediara para poder hablar con ella”.

El amigo transmitió la petición y la mujer se negó a hablar con Rubén.

Posteriormente, en un tercer chiringuito donde se encontraba la denunciante también apareció Rubén y dijo al amigo que “quería hablar con Laura y que le pasara el mensaje”. La mujer “se negó en varias ocaciones a hablar con él”, pese a lo cual el futbolista se acercó a ella, la cogió del brazo, tiró de ella para retirarse a un lugar apartado y allí “le estuvo reprochando que hubiera contado toda su vida en el otro procedimiento penal”.

También le criticó “como iba vestida y que llevara puesta la gorra de un chico”, según la acusación particular. En su escrito entiende que el futbolista no solo incumplió la prohibición de acercarse a menos de 300 metros sino la de “comunicar por cualquier vía” en tres ocasiones, dos de ellas al hacerlo por medio de personas interpuestas y otra al conversar directamente con ella.

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