Campaña. Día 1

La esperanza de Oseluí

Sanz y Moreno, en un acto reciente.

Sanz y Moreno, en un acto reciente. / M. G. (Sevilla)

Oseluí Sanz parte con mucha desventaja porque le dejaron el partido enterrado en ocho concejales. Está obligado a doblar los apoyos (directos y/o indirectos) para ser alcalde. Por eso es meritorio que Tezanos haya dictado la sentencia que ha dictado. Los fogones del CIS dicen que el PP crece hasta los 12 o 13. Ya lo dice el poema: después de la sentencia viene siempre la esperanza. Hay partido. Tranquilo, Oseluí. Hemos conseguido que Moreno arrope más a Sanz en sólo un mes que en los casi dos años que lleva proclamado candidato. ¡Dos años, oiga! Distinta es la cara de suegra del presidente andaluz, al que se le nota mucho más feliz en Granada con Marifrán. Ella es de la factoría San Telmo, mientras que Oseluí lleva el marchamo del terrible PP sevillano, el mismo que recibió de forma gélida a Moreno hace ya unos años.

Tal vez ayuda que Granada está más lejos de Doñana. Ay, el parque natural representa esa primera cáscara de plátano que pisa el hombre de la mayoría absoluta que es recibido en los actos como arzobispo metropolitano en la seo. La segunda metida de pinrel ha sido la referencia al trío de Almeida, Ayuso y Alberto Núñez Feijóo como la triple A. ¡Han cantado línea! Algún asesor debe ser castigado sin postre. O que nos convenzan de que el presidente se inspiró en los fármacos que son analgésicos, antipiréticos y antiinflamatorios. Qué cierto y verdad que el mérito radica muchas veces en no cometer errores forzados, como se dice en el tenis que tanto le gusta a mi dilecto Elías; en tener esperanza y en hablar de las calles limpias, los taxis, los buses, los colegios, la sombra, el tráfico, las comunicaciones... Déjense de ocurrencias, sonrían todos. Estamos en Sevilla, verde claridad sonora...