Mucho se comentan las anécdotas en torno a la figura del ex presidente bético Manuel Ruiz de Lopera, marcadas por el buen humor en multitud de casos. Desde sus muletillas ("Fijarze bien") hasta su sentido del ahorro, pasando por su condición de abstemio, que nunca fue óbice para ejercer de anfitrión en tantas fiestas organizadas en alguno de los auditorios del edificio Jabugo Center. En este inmueble proyectó a finales de los años noventa las dependencias del Real Betis, pero nunca llegó a materializarse aquel traslado. Todo estaba previsto, pero es sabido que estallaron los casos judiciales y el destino fue otro biem distinto. 

Allí quedaron las salas de juntas con multitud de teléfonos fijos, los despachos, los monitores de los ordenadores con panza (todavía no habían llegado las pantallas planas), la cafetería, el salón para las grandes asambleas, innumerables aseos perfectamente acondicionados , etcétera. Don Manuel nunca dejó nada a la improvisación, menos aún si guardaba relación con las plástica y la liturgia del poder. 

Quizás el detalle con más gracia sea el rótulo que anuncia el acceso a las dependencias que iban a estar destinadas para los altos directivos: 'Zona Noble'. Aparece en mayúsculas, a gran tamaño, en tono dorado y, como todo el edificio, bajo un remate de escayola con pan de oro. La zona noble se sobreentiende en cualquier sede, pero don Manuel no quiso dejar lugar a dudas. Las cosas mejor dejarlas claras y expresas, pensaría tal vez a finales de los años noventa, cuando proyectó la gran sede del Real Betis en el Fontanal. El edificio es un conjunto de detalles que bien merece una visita. Y en las molduras de escayola de la mayoría de las plantas, como hemos referido, brillan los adornos de pan de oro en tal cantidad que se podrían dorar dos o tres pasos de Semana Santa.