Patricia Arauzo y Aldo Mata | Músicos

Cerrando el círculo de Turina

  • David Mata, Aldo Mata y Patricia Arauzo publican en IBS Classical una nueva integral de los Tríos con piano de Joaquin Turina

Patricia Arauzo y Aldo Mata junto a las Setas de Sevilla.

Patricia Arauzo y Aldo Mata junto a las Setas de Sevilla. / José Ángel García

El violonchelista madrileño Aldo Mata y la pianista burgalesa Patricia Arauzo se convirtieron en profesores del Conservatorio Superior Manuel Castillo de Sevilla en 2018, pero su relación viene de casi una década antes. "Yo estudiaba en Salamanca cuando él era ya profesor allí", comenta Arauzo. "Luego coincidimos en Budapest, en los cursos de Ferenc Rados, y finalmente en Madrid. Recuerdo que hicimos una gira por España dentro del ciclo Clásicos en ruta de la AIE (Asociación de Intérpretes y Ejecutantes). Ahí establecimos definitivamente nuestro vínculo camerístico".

"Hicimos recitales como dúo, pero también con mi hermano David. Antes de llegar a Sevilla recuerdo que hicimos un concierto en Burgos, donde tocamos música de Antonio José, Pedro Tintorer, Joaquín Malats y Emma Chacón. El de Tintorer es el primer trío de la historia de España, una obra del XIX, romántica, zarzuelera incluso. Cuando planteamos hacer un disco como trío pensamos en hacerlo en pro de la música española. Y tenía que ser Turina, pues su corpus camerístico destaca entre el de todos los grandes compositores españoles. Era obligatorio". "Y estando aquí en Sevilla los dos, más aún… Tira la tierra, aunque sea de adopción. Yo con 5 años decía que quería ser sevillana, y aquí he acabado, dice mi madre que casualidad no puede ser. La inspiración de estar en Sevilla mientras montábamos este programa fue muy especial. Estaba estudiando de lleno el programa antes de grabar. Era Semana Santa y estudiaba el tercer movimiento del Trío en si menor, que tiene unos acordes graves, muy solemnes, y a mí me recordaba una marcha procesional, y justo en medio del estudio pasó una procesión junto a mi casa, y me dije es justo esto. Me pareció muy especial ese vínculo".

Aunque en principio no estaba tan clara la idea del trío. "Tenemos un cuarteto mi hermano y yo con Andoni Mercero, que toca la viola, y Marc Oliu, que es el segundo violín, el Cuarteto Granados. Con Patricia nos juntamos e hicimos el Quinteto de Granados. Y la primera idea era hacer quintetos españoles, pero Andoni está en Musikene, Marc en Salamanca... Así que era un poco complicado, lo más práctico era plantearnos lo del trío, porque habíamos tocado juntos y había funcionado. Y Turina era demasiado tentador. Estos tríos demuestran toda su andadura musical. El Trío en fa mayor no lo editó en vida, aunque afortunadamente no lo quemó. Se nota la impresión que le dio salir de Sevilla, llegar a Madrid, escuchar la de Chaikovski, estar en una ciudad más cosmopolita. Uno ve que le ha encantado Chaikovski, pero tiene ya su personalidad, mucho oficio. Lo hemos tocado mucho y le gusta a todo el mundo. Aunque es cierto que no tenía su voz y su estilo definitivo y acaso por eso no lo metió en su catálogo. Luego va a la Schola Cantorum, estudia con D’Indy, y le sale la vena nacionalista, en el segundo tiempo del Trío nº1 hace un recorrido por toda España, con la muñeira, el zorcico, el polo, la soleá..."

Pero ese Trío nº1 se abre además con un sorprendente Preludio y fuga: "Una fuga a la inversa, empieza con los strettos y acaba con las entradas –sigue el músico madrileño–. Es un momento de gran virtuosismo compositivo. Ya en el Quinteto Op.1 introduce una fuga espectacular, incluso más enjundiosa, ese quinteto quizás es la obra camerística más enjundiosa de Turina, luego va destilando y refinándose. Y en Círculo ya no hay una nota que sobre". 

Turina - Mata, Mata y Arauzo Turina - Mata, Mata y Arauzo

Turina - Mata, Mata y Arauzo

Joaquín Turina era un gran pianista, ¿se aprecia ello a nivel idiomático en las obras? Toma la palabra la burgalesa: "Toda la música de cámara con piano gira en buena medida en torno al piano, por ser instrumento armónico y sus múltiples posibilidades, pero la escritura de Turina es tan idiomática para el piano como para las cuerdas. Se nota que era pianista. No es fácil, pero está muy bien escrito. Es de extraordinaria variedad. Hay partes en que manda el piano, otras en la que ejerce de simple acompañante o se turna en dúos con las cuerdas..." "Turina juega también con el dúo violín-cello –añade su compañero–. Por ejemplo, el Preludio y fuga empieza como un dúo de cuerdas, con unas disonancias tremendas. Hay también partes solistas para cuerda, diálogos de todo tipo, es de una riqueza inagotable".

Patricia Arauzo había grabado ya para IBS. "Paco Moya nos animó mucho, porque tenía mucho interés en este proyecto. Siendo una discográfica de este calibre y con un personal insuperable el proyecto se hizo muy atractivo". Para Aldo Mata era su primera vez: "A mí me pareció una persona especial. Paco es muy especial. Tiene un gran nivel de exigencia, porque él es músico y fue profesor de música de cámara. Escucha con oídos muy cercanos a los nuestros. Conoce la música, tiene la partitura delante, te hace sugerencias a nivel de interpretación. Fue todo muy rápido". "Muy intenso, pero agradable –asevera la pianista–. Siempre le digo que saca la mejor versión de cada uno".

Un aspecto interesante de la grabación es para Mata la cuestión organológica: "Yo toco con cuerda de tripa entorchada; mi hermano con cuerdas metálicas, Patricia con un piano moderno, pero funciona... Eso demuestra que al final el instrumento es sólo un medio, y no es lo más importante". El violonchelista madrileño es un rara avis, pues se atreve a tocarlo todo con tripa: "Incluso a veces con tripa sin entorchar: hice así la Sonata Arpeggione de Schubert, que a lo mejor fue un error, y el Trío de Clara Schumann. Pero en realidad hago de todo, creo que soy el único especialista en música antigua y en música contemporánea, que también hago mucha, y que monto siempre cuerdas de tripa. Además toco siempre con el violonchelo cogido entre las pantorrillas, sin pica, que en realidad es algo que sólo se generalizó muy a finales del siglo XIX".

Patricia Arauzo entre David y Aldo Mata. Patricia Arauzo entre David y Aldo Mata.

Patricia Arauzo entre David y Aldo Mata. / Ben Vine

Normal que cuando llegó a Sevilla su integración en la OBS fuera rápida. "Fue muy fácil. Ahora toco mucho con Al Ayre Español. Antes de la OBS lo había hecho bastante con Musica Boscareccia. Me interesan las prácticas antiguas. Estoy integrado en un grupo esponsorizado por La Nouvelle Athénes en París, en el que también está Laura Granero. Estudiamos grabaciones antiguas para ver el impacto que han tenido en la interpretación de la música del siglo XIX. Hay cosas muy interesantes. Por ejemplo, el portamento y el vibrato han cambiado radicalmente. El vibrato moderno, de amplitud de altura del sonido estaba muy mal visto en el XIX. Había vibrato de intensidad, de arco, otro del aire, otro llamado de las perlas… Distintos tipos de vibrato. Lo sabemos gracias a un violinista malagueño, Luis Alonso, que escribió un tratado a finales del siglo XIX y del vibrato moderno echa pestes. Si quieres tocar a Brahms como a Brahms le habría gustado no tiene nada que ver a como se suele escuchar. Si uno escucha grabaciones de Joachim, que hay, o de Sarasate, el uso del vibrato no tiene nada que ver. Y con el portamento y el rubato pasa lo mismo. La forma de hacer portamento en cuartetos a principios del siglo XX, grupos que heredan la tradición beethoveniana, es muy distinta a la de finales de ese mismo siglo, a la que nos acostumbramos, incluso resulta más chocante para nuestros oídos. A veces se escucha decir que el portamento es de mal gusto. Bueno, a Beethoven y a Brahms les gustaba. Ellos no tenían gusto y nosotros, sí. Bravo".

Mientras se plantean nuevos proyectos ("tenemos en mente integrar a Aglaya González como violista para  formar un cuarteto con piano y hacer un proyecto de inéditos antiguos que va a ser impactante, creo yo", dice Aldo), Patricia Arauzo se plantea profundizar aún más en Turina: "Este proyecto me ha convertido en una admiradora enorme del compositor. La variedad de su música (danzas, costumbrismo, contrapunto, recursos románticos, impresionistas…) me lo han revelado como un compositor impresionante, y me ha servido para meterme mucho más en su música pianística. Es como la búsqueda del duende flamenco, pero bañado en esta soberbia exquisitez sonora".

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